Francisco J.
Covarrubias B.
No existe lugar a
promesas vacías. Ante hechos de muerte que enlutan a estudiantes y profesores
atropellados en calles y avenidas que delimitan la Universidad de Sonora, la
sociedad exige respuestas inmediatas, inteligentes y concretas, a funcionarios municipales con compromiso y
obligación de romper la cadena de simulaciones protagonizada por anteriores
ediles y regidores, quienes irresponsables, negligentes y omisos no hicieron lo
que estuvo a su alcance para evitar que
el derramamiento de sangre adquiriera
cartilla cotidiana. Especie de tributo y
sacrificio “humano” a pagar, cíclicamente, por alguno de los 30 mil universitarios, hoy en alto riesgo.
Por el lado que se
le vea, por cualquiera de sus cuatro costados, incluyendo sus diez puntos de acceso, todo el perímetro de
la Máxima Casa de Estudios se tornó
peligroso, producto de una multiplicidad de factores, no solamente asociados a
déficit de infraestructura, sino sobre todo a la falta de visión de políticos improvisados, la
carencia de una agenda de gobierno destinada a convertir a Hermosillo en una
ciudad moderna, competitiva y sustentable,
así como la prácticamente inexistente
planificación, el crecimiento desordenado de la ciudad y la débil
voluntad de sucesivas administraciones
(atadas más a inercias burocráticas y consignas partidistas que a su
vocación de servicio).
En este punto es
importante preguntarse ¿A quién le atañe mayor responsabilidad? Al respecto,
estudiantes, docentes y empleados, encuestados en fechas recientes, responden
que en un 50 % optimizar los accesos, salidas y opciones de tránsito que
ofrezcan mayor seguridad a la población del Alma Mater, recae en la investidura
del Rector; en segundo lugar en autoridades municipales y en tercer lugar en el
Gobierno del Estado. Otro 50 % afirma que ningún proyecto por excelente que sea
prospera si éste afecta a las arterias viales que circundan la Casa Máxima de
Estudios. Lo cierto es que toda innovación que se pretenda tiene que
presentarse a modo de solicitud escrita al Ayuntamiento, quien es la instancia
que decide autorizar o no las mejoras viales correspondientes.
En lo que representa
otra amenaza y desafío que se suma al peligro de avenidas transformadas en ejes
viales citadinos, la problemática vial interna de la Unison es por sí misma una bola de nieve que desborda por momentos a la
administración universitaria: En las
mismas instalaciones educativas se cuenta tan sólo con 4 mil 750 “cajones” para
igual número de autos y un
estacionamiento multinivel con 420 cajones, que representa el 1.5 % de
aligeramiento para evitar el congestionamiento, aliviar y desfogar la
circulación que alcanza día a día entre 12 mil a 15 mil vehículos (la capacidad
máxima es de 8 mil unidades por la mañana y 8 mil por la tarde).
Combinadas, de tal
suerte, las presiones intestinas del
tránsito vehicular con la densidad del tránsito externo, compuesto de un promedio de 400 vehículos que
pasan por hora, en cada calle adyacente y cada avenida, por lo general a exceso
de velocidad sin miramientos a la permitida,
sea por la avenida Rosales, el bulevar Luis Encinas, Juan Navarrete, la
calle Reforma o la L. D. Colosio. En
conjunto, contribuyen a convertir la
zona en una mortal plaza de toros, donde la agonizante “faena” lanza a cientos
de miles de jóvenes a correr para evitar una embestida, un golpe, o lograr
ganarle a los carros.
ESTUDIANTES, LA
POBLACIÓN MÁS EXPUESTA Y VULNERABLE. Las y los estudiantes, a fin de cuentas
constituyen la asignatura pendiente, la
población más expuesta y vulnerable. No
es indispensable enlistar aquí nombres, fechas fúnebres y días aciagos para los
universitarios. Los registros y evidencias se encuentran en Internet, en los
archivos policiales y ministeriales. Los
costos físicos, económicos y psicosociales que significa cada vida truncada,
brutalmente arrancada, como lo fue recientemente la vida de Alexa Salazar, son
enormes. Impagables. Irreparables.
¡Nuestra parálisis
no debe resistir una gota más de sangre! Expresó con dolor hace pocos días un profesor de la
licenciatura en Derecho, escuela en que estudiaba Alexa, en forma paralela a
cursar Trabajo Social. No obstante, en
cambio, las autoridades, flamantes, no parecen advertir la seriedad del
problema ni dimensionar sus consecuencias, no solo por lo tocante a una muerte
que se añade a las previas, sino también a la lista de heridos y
discapacitados, además de familias directamente impactadas de por vida.
¿Qué es esto?
¿Negligencia criminal o incapacidad racional? Policías municipales,
funcionarios públicos, estáticos, indiferentes, como ídolos elegidos para ser
objeto de adoración. Medios de comunicación y comunicadores que anticipan
juicios, sesgan evidencias, culpan por anticipado, hablan verdades a
medias. Y a la muerte física se añade el
asesinato social simbólico, en que se inculpa y condena a la persona
atropellada (voló 19 metros…y traía puestos los audífonos…no se le
cayeron…además fue muerta a las seis de la mañana…ni había clases…no se fijó al
cruzar, etcétera, etcétera). Y un agente policial parado a un lado del juvenil
cuerpo inmolado, declarando: “vamos a definir la culpabilidad de los
implicados”…¿Qué es esto?...
L os peatones,
ciclistas y motociclistas, así como alumnas y alumnos sin vehículo particular,
pasajeros del transporte público, son por igual la población más vulnerable, en
una ciudad capital como la nuestra, en una entidad y país como el nuestro. Es urgente la tardía
tarea del Municipio: entre otras medidas, suspender ya el carácter de ejes
viales de las cuatro avenidas que nos rodean y decretar su nuevo carácter de
zona escolar, con velocidad máxima de 20 kilómetros por hora…
LAS TAREAS
INELUDIBLES Y URGENTES. Reconvertir, transformar e innovar el sistema de
circulación vial y peatonal, en las cuatro importantes arterias que rodean
la Universidad de Sonora, debe ser una prioridad del gobierno que encabeza el
Alcalde Alejandro López Caballero.
Diseñar e
implementar a corto y mediano plazo una multiplicidad de proyectos orientados a
solucionar la compleja problemática de tránsito vehicular, misma que hasta
hoy rebasa con mucho la infraestructura
vial correlativa a las calles y avenidas cercanas y adyacentes a la universidad
de Sonora, con el propósito de reducir
radicalmente congestionamiento, accidentes, lesiones y pérdidas humanas y
materiales, que son humanamente evitables.
Instalar un sistema
tecnológico-digital inteligente de semáforos peatonales, al menos en los 7
puntos de acceso más importantes de la Universidad de Sonora, a la par que
regular en forma centralizada el flujo vehicular. Es también una innovación
inaplazable y prioritaria. Implementar
el desarrollo de software específico para la aplicación y control de las
infracciones. Puede ser útil considerar
un sistema de puntos por multa. Cada fallo de la reglamentación asignará una
cantidad de puntos determinada al conductor; al acumular 12 puntos, se
procederá a la cancelación de su licencia, la cual no podrá ser reexpedida
hasta 3 años después. Esto mismo se aplica en otras ciudades importantes de
nuestro país. Las infracciones que se castigan con la mayor cantidad de puntos
(6) son las siguientes: Circular en sentido contrario, circular en carriles
confinados al transporte público, circular en ciclo vías, circular en banquetas
y camellones
Por otro lado,
construir puentes elevados en el área que une al Gimnasio Universitario
con el resto del campus, sobre la calle Reforma. Por igual es inaplazable la
construcción de una obra similar para unir el Museo y Biblioteca con la plaza
Emiliana de Zubeldía. Evaluar y concluir las obras, acciones y proyectos que se
encuentran en marcha e impulsar innovaciones
imprescindibles para resolver el fuerte rezago acumulado que padece el
sistema de circulación vehicular en toda la zona que afecta por igual a la
Unison que al Hospital General del Estado, Centros Comerciales, oficinas electorales y empresas privadas.
La señalización
preventiva, prescriptiva-normativa, de orientación y apoyo a la ciudadanía que
conduce vehículos, es cuantitativamente insuficiente y en buena medida
obsoleta. El entorno universitario
merece una señalización clara, innovadora, cuantitativa y cualitativamente
suficiente.
Instalar topes,
vibradores y reductores de velocidad, es una de las tareas más sencillas, no
por ello menos indispensables.
Emprender obras
estratégicas a mediano y largo plazo, por otra parte, obras que en materia de
vialidad requiere una ciudad modelo como Hermosillo, puede requerir gestionar
fondos internacionales y optimizar los recursos públicos estatales y federales,
así como aquellos provenientes de participación privada, para aplicarlos en
acciones estratégicas de mejora continua del sistema vial. Las obras destinadas
a ampliar y modernizar la vialidad necesitan concretarse con apego al criterio
de mejorar la imagen urbana, la continuidad histórica y el paisaje, y sobre
todo con el respeto a las áreas verdes y ecología próximas a la Máxima Casa de
Estudios.
En ningún modo se
necesita sacrificar el medio ambiente y la sustentabilidad, para realizar las
obras urbanas y mejorar la vialidad. Hermosillo presenta altos índices de
accidentes viales, personas lesionadas y
fuertes pérdidas económicas, entre otras cosas por falta de una educación vial
sistemática y consistente, dirigida sobre todo a la población más joven.
Se propone como una
solución alternativa establecer Centros de Protección Ciudadana, instalados en
puntos estratégicos de la geografía urbana, cuyo propósito habrá de ser doble:
a) realizar campañas permanentes de prevención de los accidentes
automovilísticos y, b) contribuir a la educación vial de los hermosillenses.
Con participación de prestadores de Servicio Social Universitario y estudiantes
de prácticas.
Desde luego que la
concertación de esfuerzos del conjunto de la sociedad, en la prevención de accidentes y educación
vial, necesita ser incluyente e integradora.
Sus promotores más importantes
son los ciudadanos, entre ellos a los empresarios, con vocación social, que pueden contribuir a evitar accidentes en
que se vean implicados estudiantes y escolares en general. Donar fondos para
diseñar e imprimir libros ilustrados sobre seguridad vial a la juventud, pero
también a niños de jardines infantiles y guarderías, así como juegos de cartas,
cuentos de seguridad vial que se distribuyan masivamente en bibliotecas y
centros escolares, entre otras acciones.
Por igual,
empresarios de la industria automotriz, pueden contribuir a la producción
editorial de dípticos, trípticos, posters, mantas, y folletos especiales para
concientizar tanto a menores de educación básica, que todavía no manejan un
vehículo, como a adolescentes que ya son conductores, sobre los temas definidos
anticipadamente,
Un paso mayor y no
por ello inalcanzable es crear la
Coordinación Ciudadana de Prevención de Accidentes de Tránsito y la
Coordinación Ciudadana de Educación Vial, Hermosillo Seguro, que además de ser
promotoras de la articulación de esfuerzos ciudadanos como los ya enunciados,
tengan funciones de contacto directo con la comunidad a través de: Charlas para
niños, adolescentes y adultos (coordinadas por profesionistas y estudiantes de
derecho, sociología, Trabajo Social, psicología y comunicación).
Impulsar la
participación en ferias de educación vial
organizadas por las asociaciones de vecinos. Visitas informativas a los medios de
comunicación. Visitas informativas a Clubes Deportivos. Organización de foros y
congresos juveniles. Visitas informativas a centros de trabajo, a organismos
públicos y privados. Entre otras medidas.
Sugerir que se
controlen un poco más a los policías que son los encargados de hacer cumplir la
ley. Por desgracia en Hermosillo, como en otras ciudades, hay dos tipos de
policías: los que se hacen la vista gorda y cobran tranquilamente su salario
ante los atascamientos, la prepotencia de ciertos conductores y las placas
oficiales y los que andan a la caza de dinero para el sandwich y la soda sin
importarles gran cosa la problemática del tráfico.
Menos las vidas en
riesgo. (Continuará).
(DOSSIER
POLITICO/ Francisco J. Covarrubias B. /2013-09-26)
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