Tras el incidente ocurrido en el evento Cabo 250, donde un piloto y un aficionado resultaron gravemente lesionados, se evidenciaron las irregularidades de una actividad que ni siquiera cuenta con seguros que se responsabilicen de los lesionados. El presidente de la Asociación Estatal de Pilotos de Off Road, Carlos Alberto Valdez Miranda, admite a ZETA que “todo es un caos, porque ahora cualquiera organiza una carrera de ruta o pista, mete una ambulancia en la salida y otra en la meta, un par de policías y listo”
Gerardo Zúñiga
Pacheco
Desde 1955, las
carreras Fuera de Camino u Off Road no se habían tornado tan peligrosas como
sucede ahora en Baja California Sur.
De un tiempo a la
fecha, las competencias se tiñeron de rojo en este deporte, donde -según
admitió el director del Instituto Sudcaliforniano del Deporte, Antonio Molina
Amarillas- priva la desorganización, inseguridad, indisciplina y una serie de
irregularidades detrás de cada competencia.
De acuerdo con el
Código Deportivo de la Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo
(FEMADAC), cada corrida debe tener un director de carrera, un coordinador de
pista, un coordinador de cronometraje, un coordinador médico y un coordinador
de seguridad, quienes en su conjunto, tienen la responsabilidad de revisar,
entre otras cosas, lo siguiente:
- Que cada competidor tenga experiencia y conozca la
ruta y todos los señalamientos, además de que la unidad disponga de equipo de
seguridad.
- Que ninguno de los pilotos participe bajo los
influjos de alguna droga o alcohol.
- Que de ser necesario o a determinación de alguna
autoridad, los pilotos sean sometidos a una revisión médica.
- Revisar las condiciones mecánicas de las unidades.
- Asegurarse de la vigencia y cobertura de los seguros
de accidentes personales para pilotos y seguros para daños a terceros.
- Dar fe de las licencias deportivas de pilotos en
regla y acreditaciones a miembros de equipos, oficiales, médicos y prensa.
Sin embargo, en la
práctica nada de eso sucede, pues pilotos y aficionados quedan expuestos al
riesgo de cualquier accidente automovilístico.
El presidente de la
Asociación Estatal de Pilotos de Off Road, Carlos Alberto Valdez Miranda,
reconoce que de un tiempo a la fecha “todo es un caos, porque ahora cualquiera
organiza una carrera de ruta o pista, mete una ambulancia en la salida y otra
en la meta, un par de policías y listo”.
De manera que los
aficionados se mueven libremente sobre la pista y en peligro, porque en el
trayecto de la ruta no se toman medidas de seguridad y constantemente los
espectadores quedan al alcance de potentes motores, que desarrollan velocidades
de 355 y 450 kilómetros por hora.
“Los competidores no
tienen la garantía de que no va a suceder algún accidente, sobre todo porque
corren sobre arena suelta y piedras, y ese simple hecho ya es un factor de
riesgo”, dijo el entrevistado.
Mientras que el
director del INSUDE consideró que ahorita “el tema del Off Road es muy
complicado porque atraviesa por un proceso de reestructuración por parte de la
Federación Mexicana de Automovilismo Deportivo, derivado del surgimiento de una
división entre dos grupos dentro de la Asociación Estatal de Automovilismo de
Baja California Sur, porque había un terrible descontrol de carreras y no todos
estaban de acuerdo en lo que estaba sucediendo en el calendario y la frecuencia
de eventos”, expuso Molinas Amarillas.
Oficialmente, el
calendario de competencias del campeonato anual es de solo seis carreras:
- Todos
Santos 150
- Dos Mares
- Coyote 300
- Expo
Comondú 250
- Migriño
Desert Challenge
- Circuito
Bronco.
La joya de la corona
es la denominada “Baja Mil”, organizada por la promotora Score International,
la cual sale desde Ensenada hasta el puerto de La Paz.
Sin embargo, en un
evidente acto de promover el desorden, la Asociación Estatal de Automovilismo,
encabezada por Salvador Carrillo Torres, autorizó las siguientes carreras:
- Cabo del
Este
- Tormenta
del Desierto
- Los
Barriles
- Cabo 250
- Loreto 400
- Siete carreras
más, exclusivas de las fiestas patronales de las delegaciones municipales de
Los Cabos, cuya competencia denominaron “Deporticabos”, con el aval del alcalde
José Antonio Agúndez Montaño.
El representante de
los pilotos, Carlos Valdez, consideró que seis carreras por año, avaladas por
la FEMADAC, es el número ideal porque “el Off Road es un deporte muy caro,
donde cada uno de los participantes pone vehículos y su dinero para movilizar
unidades, equipo apoyo, y ofrecer un espectáculo gratuito a la sociedad”.
La última competencia
El desorden -que
data de 2010- quedó evidenciado durante la última carrera, denominada Cabo 250,
cuando un piloto y un aficionado estuvieron involucrados en un fuerte accidente
automovilístico en el puerto de Cabo San Lucas.
El 10 de agosto de
2013, el vehículo número 968 de la clase 9, tripulado por Jesús Castro Carrillo
y Antonio García Guillins, como piloto y copiloto, respectivamente, estuvo
involucrado en una volcadura, donde dos personas resultaron gravemente
lesionadas: el aficionado Luis Jesús Martínez Cortés, de 17 años, y el propio
copiloto.
De acuerdo al parte
informativo de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito
Municipal de Los Cabos, la unidad automotriz perdió el control, golpeó y dio un
par de vueltas a la altura de los poblados conocidos como San Ramón y La
Candelaria, “yéndose sobre los espectadores”.
La unidad quedó
volcada en la zona, cuando según el parte policiaco, otra unidad automotriz se
acercó a gran velocidad, brincó, golpeó en la cabeza a uno de los espectadores
y cayó a 20 metros de distancia aproximadamente.
El copiloto, Antonio
García Guillins, relató a ZETA que la carrera estuvo muy mal organizada porque
“desde que salimos, pude percatarme que estaban dando la salida entre un
vehículo y otro cada 10 segundos, y en algunos casos ni siquiera eso, cuando lo
reglamentario es cada 30 o 60”.
Comentó que “íbamos
corriendo, en medio de una polvareda, y al llegar a la altura del accidente,
sufrimos una volcadura, lo que ocasionó la salida de una llanta trasera del
vehículo, por lo que estando la unidad parada, llegó otro automóvil de la misma
competencia y nos impactó en la parte trasera. Nos hizo girar, observando que
por ese golpe sufrimos lesiones ambos competidores. Todavía confundidos por las
vueltas y el posterior impacto de la otra unidad, sentí en ese momento mucho
dolor, dándome cuenta de que salía mucha sangre del lado de la mano izquierda,
y observé que estaba lesionada y en muy malas condiciones”.
Afirmó que de
inmediato solicitó ayuda al piloto Jesús Castro Carrillo, quien tuvo que
caminar 600 metros para que pudieran ser auxiliados por un grupo de
aficionados. Fueron trasladados hasta el puente que se encuentra a la altura
del Panteón Municipal, donde había dos ambulancias y paramédicos que “me dieron
asistencia y me trasladaron a la clínica One World, donde fui internado y
empezaron las valoraciones médicas”, relató.
El diagnóstico
médico fue que el copiloto presentaba “cifras tensionales elevadas, dolor en
abdomen, pelvis estable, con presencia de dolor semicircular en tercio distal
de antebrazo izquierdo, involucrando piel, tejido celular, lesión vascular y
nerviosa, así como fractura de la mano izquierda”.
En base a resultados
de estudios de laboratorio y radiografías elaborados por las áreas de cirugía
general, ortopedia y traumatología del hospital One World, “se tenía que
amputar la mano izquierda a causa de las lesiones”.
LAS
IRREGULARIDADES
Salvador Carrillo
Torres es cuestionado sobre la desaparición del llamado fondo de contingencia y
el fondo de premiación
Salvador Carrillo
Torres es cuestionado sobre la desaparición del llamado fondo de contingencia y
el fondo de premiación
Tras el accidente
comenzó a surgir una serie de irregularidades que derivaron en denuncias
penales en contra de los organizadores de la competencia, bajo los números de
expedientes CSL/0532/AMP4/2013 y CSL/495/AMP3/2013. Los presuntos responsables
son:
- Salvador
Carrillo Torres, presidente de la Asociación Estatal de Automovilismo de Baja
California Sur
- Norman
Ceseña Angulo y Manolo Núñez Salas, representantes de la Unión de Promotores
(UPRO)
- La compañía de seguros Qualitas.
Según copia de la
denuncia penal en poder de ZETA, el día del accidente el copiloto accidentado
tuvo que depositar 100 mil pesos a la cuenta del hospital para cubrir el costo
de la operación de su mano, porque “estuvimos marcando a sus celulares y nunca
respondieron”, y “cuando un familiar fue a buscarlos a la carrera y expuso el
problema, solo atinaron a decir que irían al hospital y se harían cargo de
todo, pero eso nunca sucedió”.
El dinero salió de
familiares y amigos, y hasta el cierre de edición, el afectado había gastado
más de 250 mil pesos, lo cual está acreditado en el pago de factura y la lista
expedida por el hospital.
No obstante, tras
una serie de presiones de parte de familiares, el titular de la Asociación
Estatal de Automovilismo, Salvador Carrillo Torres, se comunicó con el piloto solo
para exponer que “la póliza solo amparaba la cantidad de 10 mil dólares para
gastos médicos”, y que la aseguradora solo pagaría “lo que correspondía dentro
de la póliza”.
El accidentado se
dijo molesto porque “cuando se me invitó a participar en la carrera, se nos
ofreció un seguro de gastos médicos mayores y daños a terceros, y el pago sería
en efectivo, no en reembolso”.
En el caso del
aficionado y menor de edad, sucede
exactamente lo mismo. Los familiares refirieron que “la cuenta del
hospital va cerca de los 100 mil pesos, y tiende a subir porque el joven sigue
internado por una fuerte lesión en su cabeza, el cual fue golpeado con la parte
baja del vehículo accidentado a una velocidad de 110 kilómetros por hora”.
Desafortunadamente,
ni los organizadores ni el seguro quieren hacerse cargo de los gastos del
joven, quien ya está en piso, tras estar muy grave.
Según la póliza
540003070, expedida por la compañía de seguros Qualitas a favor de la
Asociación Estatal de Automovilismo de Baja California Sur, el importe total
pagado por la prima es de únicamente mil dólares, el cual a su vez, amparaba
una prima 100 mil dólares por daños a terceros y de 10 mil dólares por piloto,
incluidos los gastos legales.
La póliza expedida
es de “vehículos turistas”, que de acuerdo a la Cláusula 4 del contrato,
“excluía accidentes ocurridos dentro de un radio de los primeros cien metros
del área de salida, meta y pits”, además de que no contemplaba la reparación en
“daños causados a miembros de un mismo equipo”.
Sin embargo, el
gerente regional de Qualitas, Enrique Caracosa Mendoza, dijo a ZETA que “no
importa el importe de la prima que se haya pagado”, sino que se van a pagar
todos los daños tanto al piloto, como al aficionado.
Sobre el piloto
responsable de las lesiones del espectador, se cubrió una fianza de más de 400
mil pesos para evitar que ingresara a prisión y seguir el proceso penal en
libertad, en tanto un juez resuelve el caso.
Respecto al piloto
accidentado comentó: “Está en trámite el proceso para reembolsar el dinero de
gastos médicos, se le va a dar lo que ampara la póliza, porque el piloto no
utilizó el hospital de convenio y ésa fue decisión de él y de su familia”.
Sobre el aficionado,
estableció que sí se van a cubrir los gastos, siempre y cuando retire la
denuncia penal en contra de la compañía.
— Pero, ¿por qué
habría de retirarla?
“Porque queremos
reparar el daño ocasionado por el piloto. Los abogados ya lo están viendo con
su familia, y la propuesta es que retiren la demanda, nosotros inmediatamente
cubrirnos los gastos, pero necesitamos que nos otorgue su amplio perdón”.
Sobre este
lamentable accidente, el presidente de la Federación Mexicana de Automovilismo
Deportivo, José Sánchez Jassen, inmediatamente se desligó del grupo de
promotores “no avalados” y “no reconocidos” por la Federación y la Comisión
Nacional de Pilotos Organizados de Ruta.
En una carta
dirigida al gobernador Marcos Covarrubias Villaseñor, con copia a los alcaldes
de La Paz y Los Cabos, Esthela Ponce Beltrán y José Antonio Agúndez Montaño,
como autoridad máxima de este deporte, expuso que ni la Federación ni la
Comisión Nacional han avalado la realización de un evento o campeonato de esa
naturaleza con los organizadores, Unión de Promotores Unidos, y la Asociación
Estatal de Automovilismo de Baja California Sur.
“Tenemos reportes
que el citado evento no cumplió con los requisitos mínimos de seguridad
indispensables para poder garantizar la seguridad de los participantes y del público
asistente”, explicó, y fue más allá: “La peligrosidad de un evento de esta
naturaleza se ve exacerbada si se permite realizar sin la debida vigilancia a
las condiciones de seguridad en cuanto a los vehículos, participantes y a la
protección necesaria de los competidores, oficiales y público en general”.
En la opinión del
titular del INSUDE, Antonio Molina, la mayoría de estas competencias han sido
prácticamente avaladas y autorizadas por los alcaldes de Los Cabos, La Paz,
Comondú, Loreto y Mulegé.
La disputa
El desorden en las
carreras de Off Road ha sido tal, que en 2011, la Federación Mexicana de
Automovilismo Deportivo, tuvo que intervenir y nombrar una Comisión
Reorganizadora de la Asociación Estatal de Automovilismo, integrada por todos
los clubes de corredores.
Entre sus
obligaciones está el recabar:
- El listado de
clubes afiliados, pilotos, reglamentos y estatutos con los que se estaba
trabajando para, en su debido momento, actualizarlos y ajustarlos a los
parámetros nacionales.
- Informes
financieros y fiscales de 2006 a la fecha para valorar si se estaba cumpliendo
con la responsabilidad de informar trimestralmente al consejo y presentar los
estados de cuenta.
- Los archivos en
torno a sanciones establecidas a miembros y afiliados de la asociación, a fin
de revisar procedimientos y actas levantadas sobre conductas antideportivas e
irrespetuosas.
El presidente de la
Comisión Reorganizadora, Pedro Velázquez Hernández, comentó que “la información
nunca llegó hasta que la asociación fue oficialmente desconocida y, según
dictamen emitido el 18 de diciembre de 2012, “únicamente están a la espera que
todas las carreras sean suspendidas, hasta en tanto la Federación Mexicana de
Automovilismo Deportivo, tome una determinación final y resuelva sobre el
destino de la Asociación Estatal de Automovilismo”.
La principal
sospecha que pesa sobre Salvador Carrillo Torres, es la desaparición del
llamado Fondo de Contingencia y el Fondo de Premiación, donde en cada carrera
los pilotos participantes aportaban rigurosamente 200 pesos que debieron ser
destinados para accidentes, daños a terceros y compras de premios. Hasta 2011,
solo el Fondo de Contingencia tenía saldo de un millón 400 mil pesos, sin
embargo, ante la resistencia del presidente de la Asociación Estatal de
Automovilismo, a la fecha se desconoce el uso que se le dio a ese dinero.
Durante una
entrevista con ZETA, el propio Salvador Carrillo Torres rechazó que esa
situación haya originado el desconocimiento de la Federación, sino que “nosotros
decidimos retirarnos este año porque no obteníamos ningún beneficio, lo único
que ellos hacían eran vendernos un plástico que manejan como licencia de
automovilista deportivo, y teníamos que pagar mil 900 pesos”.
Asimismo, expuso que
la Federación “pretendía darnos un seguro de una compañía que está en la Ciudad
de México, y previas experiencias, tardan un año para pagar y el monto que
ellos deciden”.
Carrillo reconoció
haber tenido “un grave desencuentro con la Federación, porque intentó, a través
de la Comisión Nacional de Off Road, tomar por asalto nuestra asociación, la
cual es una organización civil y nadie puede intervenirnos, ya que es una
asociación libre, y por eso preferimos organizar nuestros eventos de forma
independiente, sin estar registrada en la Federación”.
El presidente de la
Asociación asegura que hasta ahorita y sacando cuentas, la Federación dejó de
percibir cerca de 500 mil pesos este año, y eso es lo que “les molesta”.
(SEMANARIO
ZETA/ Gerardo Zúñiga Pacheco/ septiembre 9, 2013 12:00 PM)
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