Desde la banca, Leocadio Cabrera dice que hubo apoyo al
Ejército
Leocadio Cabrera Delgadillo, director de la
Policía Municipal de Guasave, puesto en la banca tras salir de prisión bajo
reservas de ley por imprecisos cargos de homicidio por omisión, prefiere no
hablar ya de lo sucedido y que le marcó el presente y el futuro.
Dice que no dará ya más entrevistas, hasta en tanto no tome su decisión
personal de regresar al trabajo, en donde se desempeñó por más de doce años,
luego de que dejó su cargo de cabo en el Cuarto Batallón de
Infantería.
“Soy una policía de carrera, porque desde los 14 años estoy
con ellos. Admiro lo militar. Yo te busco o nos encontramos por ahí, cuando ya
tenga una decisión. De momento no quiero hablar, lo dicho ya fue dicho y no hay
nada nuevo”.
Cayo para sus amigos y filas, Leo para la familia y más
allegados, el ahora exdirector de Policía accede ver al reportero en una esquina
de Guasave. Afuera de Waldos. Es puntual y respetuoso. No se exalta. Se nota que
no ha descansado del todo y que el tema de su detención y liberación no lo
digiere aún. Y prefiere guardárselo para sí.
Su gesto reconcentrado
demuestra que ha pasado noches en vela, que ha reflexionado el caso, pero sin
tomar una decisión final, excepto que ya no quiere atizar la hoguera. No revela
si es por decisión personal, pedimento familiar, indicación de su jefe político,
Ramón Barajas López, o una táctica legal para “enfriar” el expediente judicial.
En lo que sí es firme es en que ya no quiere reflectores, quiere darle vuelta a
la hoja, voltear la página y dejar que el tiempo borre todo lo padecido en poco
más de una semana, tras que Guasave viviera largos minutos de horror por las
balaceras consecutivas que terminaron en el asesinato de tres soldados, en pleno
corazón urbano, apenas el 30 de enero pasado.
Como en esos días aciagos,
su familia lo acompaña y no lo deja un momento a solas.
Durante minutos
abre sus recuerdos, hurga.
Antes del tiroteo jamás hubo altercado con los
soldados. Él había sido uno de ellos por cuatro años. Había pasado de recluta a
cabo en su contrato y por eso se subordinaba al uniforme. “Ellos saben que el
apoyo era mutuo. Y ese día no fue lo contrario, pero el desenlace fue
lamentable”.
No encuentra culpables de su detención y responsabiliza de
ello a lo álgido del momento. Todos estaban alterados, por como habían terminado
las cosas y simplemente sucedió.
El altercado con el jefe de la Policía
de Ahome, Jesús Carrasco Ruiz, no fue la causa, supone.
Carrasco Ruiz
había llegado en estado alterado a Guasave. Su arribo a la esquina de 16 de
Septiembre y Constitución no era oficial y sí subrepticio. Nadie sabe por qué
llegó al lugar desplazándose 60 kilómetros, pues no desplegó ningún operativo.
Arribó con rifles al ristre, alegó, discutió, fracturó relaciones policiales y
salió con las manos limpias.
Este es hasta ahora el único jefe de Policía
en la historia del norte de Sinaloa que sin representación legal y oficial,
invade territorio ajeno, llega a una escena de crimen, altera los
acontecimientos, obstruye la persecución y arremete contra sus iguales, fabrica
culpables y genera una incisión en la coordinación operativa que perdura hasta
ahora.
Cabrera Delgadillo dice no tener datos para comentar las fracturas
y prefiere cerrar ese episodio. “Como te digo, ya no voy a declarar más”. Lo que
sabe es que las filas se han acomodado a los nuevos mandos y toda la Policía se
encuentra trabajando, a excepción de los 35 agentes que fueron acusados de
delitos por omisión.
“Voy a dejar que pase el tiempo y después veremos si
regreso o no”, expone reiteradamente.
—¿Brindaron o no apoyo al
Ejército? —Siempre hubo ese apoyo, lo hay aún. Pero las cosas terminaron mal
y eso fue el caso. No sabemos porqué, pero los hechos así están.
—¿Qué le
dicen sus excompañeros? —Que se están acomodando, están trabajando, como
siempre. Ya conocen a los nuevos mandos y hoy hay un nuevo coordinador
operativo. Es militar también, pero se están acomodando.
—¿Cuál es su
situación legal? —Ya lo saben ustedes. Ya se publicó. Nos detuvieron, nos
acusaron de homicidio y salimos libres. Es lo que hay ahora.
—La PGR
apeló el auto de libertad, ¿ustedes van a combatir los agravios?, ¿tienen aún
defensa legal? —No sabemos lo que vamos a hacer. Primero es descansar, tomar
el tiempo necesario y después veremos. Más adelante veré si hago o no una
declaración. Nos pondremos en contacto.
Segunda
instancia
La misma noche de domingo 5 de febrero en que los diez
policías de Guasave recobraron la libertad por falta de elementos para ser
procesados, la sede en Sinaloa de la Procuraduría General de la República apeló
la resolución que se asentó en el expediente penal 21/2012.
Así, la PGR
obliga a que intervenga un magistrado del Tribunal Unitario de Mazatlán en la
resolución que dictó el juez Francisco Ramos Silva.
Con la apelación los
fiscales de la PGR pretenden, primero, que el pleno del Tribunal revoque el auto
de libertad y emita órdenes de aprehensión contra los policías a los que acusó
de homicidio y lesiones en la modalidad de comisión por omisión; además de
ilícitos cometidos contra funcionarios públicos, abuso de autoridad y ejercicio
indebido del servicio público en la averiguación previa SIN/GUAS/021/2012/M-III,
o bien, se modifique para algunos delitos.
El auto de libertad, señala
una fuente cercana al expediente, no es una sentencia absolutoria ni sinónimo de
esta, sino es una determinación legal que revela que los acusadores no reunieron
pruebas suficientes para acreditar los delitos imputados. Por ello, la
averiguación previa regresa a la fuente de investigación.
Así, el caso
Guasave, que inició el día 30 de enero, cuando se registró un enfrentamiento
armado entre militares y civiles por varias zonas de la ciudad de Guasave, donde
perdieron la vida tres militares, continuará abierto unos meses
más.
Caso cerrado
Para el Gobierno municipal la
prioridad es recuperar y mejorar la seguridad pública, exclusivamente en lo
referente a la prevención del delito y no en la persecución de hechos del fuero
común o federal o delincuencia organizada, porque se encuentra en condiciones de
inferioridad, señaló el secretario de la Comuna, Miguel Ángel Robles
Santillanez.
El caso Guasave de detención de sus jefes de Policía es para
la Comuna un asunto concluido, porque los elementos consignados salieron en
libertad sin problema alguno, lo que demostró la inocencia de todos.
“Hay
la suficiente confianza en ellos, porque todos recién aprobaron los exámenes de
control de confianza. Todos van a regresar a las filas en cuanto se terminen sus
días de descanso que solicitaron. Es lógico reflexionar sobre los hechos y el
futuro, pero en su mayoría van a regresar porque son policías de carrera. Las
posibles deserciones no impactarán negativamente la prestación del servicio de
seguridad pública”.
Para mejorarlo —comentó—, el alcalde Ramón Barajas
López gestiona en México mayores recursos en el Subsemun para la adquisición de
equipo: patrullas, armamento, radios; incentivos y capacitación.
Robles
Santillanez afirmó que la intervención del jefe de Policía de Ahome, en el
enfrentamiento verbal y armado entre este y su director de Seguridad Pública, no
es un hecho oficial porque nadie lo ha informado y por ello se considera que no
violó la autonomía municipal ni generó un conflicto político ni de diplomacia
municipal.
“Los medios consignan que sí estuvo en el lugar e incluso que
riñó con nuestro director, incluso tenemos comentarios de testigos, pero no son
hechos oficiales. No lo tomamos en cuenta y no consideramos que altere las
relaciones políticas”. |
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