Las 56 etnias de México viven marginadas y sin posibilidades de desarrollo, como lo demuestra lo sucedido entre los tarahumaras, en Chihuahua, señaló.
Elizabeth Velasco C.
México, DF. La Iglesia católica acusó que aun cuando los
diferentes niveles de gobierno “han hecho derramas de miles de millones de
pesos”, las políticas dirigidas a los pueblos indígenas “han fracasado
estrepitosamente”, como lo muestra con todo “dramatismo” las condiciones de
marginación extrema que han llevado al presunto suicidio de los tarahumaras,
negado por las autoridades de Chihuahua.
En el editorial de su órgano de difusión, Desde la Fe, la Iglesia
católica condena que, aun cuando los pueblos de las 56 etnias de México sean “el
distinto más importante” de la nación, “en su propia patria vivan marginados y
sin posibilidades de desarrollo”.
Eso sí, indica, “se recurre a ellos para fines políticos y electorales”,
aunque casi nunca se les toma en cuenta por quienes ejercen el poder.
Muestra de ello, indica, es que “no se respeta su cultura, su lengua, ni sus
tierras”, además que se diseñan políticas “paternalistas” que les impiden ser
los auténticos protagonistas de su historia y progreso.
El caso de los tarahumaras (denunciado a partir de la muerte de más de 50 de
ellos provocada por el presunto suicidio masivo por la hambruna que padecen 23
municipios de Chihuahua y que fue descartado también por el vicario general de
la diócesis de la Tarahumara, Héctor Fernando Martínez), refleja con “todo
dramatismo” la situación que viven ante la prolongada sequía de más de dos años
y la pobreza que los está llevando a la desesperación.
“Marginados, empobrecidos, olvidados, hace falta recordar que este país les
pertenece y que el progreso, la educación y el desarrollo también deben ser para
ellos”, indica el órgano informativo de la Arquidiócesis Primada de México,
quien consigna: “Urge un cambio en nuestras actitudes sociales para dejar de
discriminar y marginar a nuestros compatriotas y hermanos indígenas”.
Sobre el mismo tema, el obispo auxiliar Adolfo Miguel Castaño Fonseca, quien
oficio la misa dominical en la Catedral Metropolitana de la ciudad de México en
sustitución del cardenal Norberto Rivera Carrera, que se requiere en el país un
cambio radical frente a los escenarios que hoy vivimos: “materialismo,
deshumanización, violencia, pérdidas de valores, incluida la degradación y la
pérdida del valor tan grande y sublime que tiene la propia vida humana”.
El presbítero advirtió que mientras sigamos conviviendo con la “corrupción”,
no habrá un cambio verdadero, y no será cierto “nuestro arrepentimiento si nos
hacemos cómplices de la injusticia”.
En la misa mayor los fieles oraron por “nuestros hermanos de la sierra
Tarahumara”, para que “con nuestra ayuda puedan salir adelante en esta
emergencia alimentaria que padecen”.
El cardenal Norberto Rivera Carrera estuvo ausente en la celebración de la
misa mayor este domingo, debido a que fue operado de una catarata en el ojo
izquierdo.
Carlos Villarroiz, integrante del Sistema Informativo de la
Arquidiócesis de México, precisó que Rivera Carrera se encuentra en buenas
condiciones de salud.
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