miércoles, 16 de octubre de 2019

“LOS SALAZAR”, TRAS LA MUERTE DEL “VAQUERO”


La guerra de células del Cártel de Sinaloa que prevalece por el poder de la ruta de la droga que abarca el municipio de San Luis Río Colorado, Sonora y el Valle de Mexicali, ha recrudecido la violencia en meses recientes. La noche del 7 de septiembre, sicarios fuertemente armados acribillaron a Julio César Aguilar García “El Vaquero” y ligaron una cadena de asesinatos de traficantes que operan para  Ismael “Mayo” Zambada García. La principal línea de investigación señala como presuntos responsables a los operadores de Crispín Salazar Zamorano, quien encabeza una célula delictiva en Sonora
 
La incursión de células delictivas de Sonora ligadas al Cártel de Sinaloa, en la zona sur del valle de Mexicali, es el origen del incremento de los homicidios perpetrados con armas de grueso calibre en la limítrofe de este municipio con San Luis Río Colorado, Sonora, esa es la hipótesis de las autoridades en la Capital bajacaliforniana.
 
Actualmente se vive una ‘guerra’ entre pandilleros reclutados por Crispín Salazar “Zamorano, históricamente allegado a Joaquín Guzmán Loera, se están enfrentando con la célula de ‘Los Cuates’ encabezada por la familia Lara. Y aunque en Mexicali aún no se identifica al representante de Salazar, el enfrentamiento ha dejado alrededor de 50 muertos en los primeros siete meses de 2019, lo que representa un incremento importante partiendo de la premisa que en todo 2018 se contabilizaron treinta asesinatos”, informó un investigador.
 
A raíz de esta pugna, “Los Salazar” se convirtieron en los principales sospechosos del ataque armado en el que perdió la vida Julio César Aguilar García alias “El Vaquero”, de 40 años, antiguo lugarteniente de Ismael “Mayo” Zambada en el Valle de Mexicali y el noreste de Sonora. Lo mataron cuando se encontraba a las afueras de un panteón rural ubicado en Colonias Nuevas el 7 de septiembre de 2019. En el mismo ataque fue abatido uno de sus principales operadores, Rodolfo Antonio Galindo “El Chupacabras”.
 
La presencia de “Los Salazar” en la región -que históricamente ha controlado gran parte de Sonora- ha dejado secuelas en el Valle de Mexicali, donde el mes de julio registró un aumento sustancial de asesinatos, al llegar a 21, cuando en promedio el municipio contabiliza 12 mensuales.
 
El alcalde Gustavo Sánchez Vásquez, fue entrevistado sobre el tema y, acostumbrado a evadirlo, aseguró que la única información que tienen sobre los homicidios en aquella zona es la pugna de cárteles de la droga.
 
“Estamos al pendiente y en coordinación en estas últimas semanas, se han recrudecido los asesinatos en San Luis, sobre todo la parte sur de Mexicali, el Kilómetro 57. Seguiremos trabajando en este sentido, estar en permanente coordinación”, expuso.
 
Aunque no precisó detalles, reconoció que este punto requiere atención especial en materia de seguridad, sin embargo, investigadores del Estado consideran que por lo menos otros cinco homicidios podrían estar ligados al asesinato del “Vaquero” , en el Valle de Mexicali y San Luis Río Colorado, Sonora, donde operaba habitualmente antes de ser capturado en febrero de 2011. Este traficante había sido liberado recientemente y reportes de inteligencia indican que pretendía reactivarse en su antigua zona de influencia.
 
Días después del asesinato, una célula de jóvenes sicarios ultimó a un individuo en San Luis y posteriormente se enfrentó con policías municipales mientras emprendía la huida; los matones fueron abatidos y se capturó a otros cuatro individuos involucrados en el crimen. Las mismas fuentes de inteligencia afirman que los hoy occisos habrían atacado a células contrarias en el Valle de Mexicali.
 
Oficialmente, la principal hipótesis de estas pugnas es la falta de liderazgos al interior de una fracción del Cártel de Sinaloa, el cual quedó sin cabeza tras la captura del “Chapo” Guzmán, de Dámaso López “El Licenciado” y la reducción de la actividad criminal de “El Mayo” Zambada. Actualmente solo se vislumbra a “Los Chapitos”, hijos de Guzmán Loera, como líderes de la agrupación.
 
EL ASESINATO DEL “VAQUERO”
 
Autoridades bajacalifornianas no tenían en el radar a Julio César Aguilar García”; ni siquiera sabían que habría recobrado la libertad meses atrás, luego de pasar ocho años recluido un penal de Sonora, pero su presencia en la zona Sur del valle de Mexicali generó inconformidad entre los traficantes de droga que habían tomado control criminal de esa área.
 
En términos criminales, Aguilar García fue un importante operador del Valle de Mexicali, al contar con el respaldo del “Mayo” Zambada, quien le tenía el encargo de proteger las avionetas “cargadas” que aterrizaban -y siguen aterrizando- en esa zona.
 
En marzo de 2011, cuando fue capturado por autoridades sonorenses en el Golfo de Santa Clara, “El Vaquero” se había teñido el cabello de rojo y pretendía pasar inadvertido, pues llevaba meses bajo el acoso de policías estatales de Mexicali.
 
Tras su captura efectuada por elementos municipales de Sonora y militares, nueve agentes ministeriales de Mexicali fueron arraigados por presuntos nexos con el capo del Cártel de Sinaloa; todos recobraron su libertad, pero fueron torturados por los miembros castrenses durante varios días.
 
“El Vaquero”, ya de 40 años de edad, con poco cabello y algunas canas en el bigote, acudió el 7 de septiembre de 2019 a un funeral que se realizaba en el panteón del poblado Colonias Nuevas, también llamado Kilómetro 57.
 
Según información proporcionada por fuentes del Grupo Coordinación, acudió con dos personas al camposanto, donde se le daría el último adiós a las dos sujetos fallecidos en el Ejido Sombrerete -comunidad ubicada muy cerca del municipio de San Luis-, los muertos eran Juan de Dios Guzmán Hernández y Juan Amezcua; el primero de ellos ligado a Aguilar García, y el segundo, asesinado de manera fortuita.
 
El traficante recién liberado apenas llegaba al cementerio cuando varios individuos descendieron de un vehículo -del que no se tiene mayores datos- y los atacaron a balazos por la espalda. Los sorprendieron y por eso Aguilar no alcanzó a responder con la pistola Beretta que llevaba entre sus ropas. En el sitio del crimen fueron localizados casquillos de .223 y 9 milímetros.
 
Aguilar García y Antonio Galindo perdieron la vida en el lugar, pero una tercera persona que caminaba con ellos fue trasladada de manera urgente a un nosocomio de San Luis; se desconocen mayores detalles de su condición.
 
La Policía Municipal de Mexicali montó un operativo de grandes proporciones en Colonias Nuevas para el velorio y entierro del “Vaquero”, pues temían pudiera darse otro ataque armado mientras se realizaba el acto luctuoso.
 
Los investigadores bajacalifornianos presumen que los autores del crimen pudieran ser los jóvenes abatidos durante el enfrentamiento ocurrido el domingo 8 de septiembre  -un día después del asesinato de Aguilar García- en San Luis, lo que redujo la posibilidad de otros crímenes de la misma naturaleza.
 
LOS CAMINOS APUNTAN A “LOS SALAZAR”
 
Aunque el escenario es difuso para el Grupo Coordinación de Seguridad y Pacificación, la hipótesis más clara es la intervención de sicarios ligados a “Los Salazar” para terminar con un inminente rival.
 
En las primeras versiones se estableció que pudiera tratarse de integrantes del Cártel de Jalisco Nueva Generación que pretendían ocupar el corredor de la droga de San Luis-Mexicali-Imperial, “…pero no se ha podido establecer relación entre los ‘Jaliscos’ y esta zona del Estado”, afirmaron a ZETA representantes de las fuerzas de seguridad.
 
Por ello las  autoridades mexicalenses redirigieron la investigación y encontraron ciertos patrones que pudieran establecer una pugna entre mismas células del Cártel de Sinaloa.
A partir de julio comenzaron a registrarse crímenes de alto impacto en la zona rural del municipio. Tres de estos se relacionan  directamente al “Vaquero” porque fueron identificados como sus antiguos operadores.
 
El 25 de julio, José Israel Guzmán Machado fue asesinado a las afueras de una llantera ubicada en calle Cuba y Sexta del Kilómetro 57, a tres calles del panteón donde mataron a Aguilar García.
 
Los sicarios lo esperaron a las afueras del lugar y descargaron varios proyectiles de arma de fuego en su contra, para posteriormente escapar a bordo de una camioneta blanca; Guzmán Machado murió en una clínica de San Luis. Grupos de inteligencia refirieron a Guzmán Machado como operador del “Vaquero” en otras épocas.
 
Semanas después se dio a conocer la privación de la libertad de otro individuo en la misma zona, de nombre José Miguel Mendoza García, de 36 años, cuyo cadáver fue localizado en el dren Bacanora de San Luis Río Colorado; se presume -aún no terminan las indagatorias- que también era operador del “Vaquero”; su cuerpo fue hallado el mismo 7 de septiembre.
 
Luego se sumó la doble ejecución cometida el martes 3 de septiembre en el Ejido Sombrerete, también se vincula con el lugarteniente finado del “Mayo” Zambada. Particularmente uno de ellos, Juan de Dios Guzmán, fue vinculado a esta cadena de homicidios; su cuerpo fue localizado con múltiples impactos de arma de fuego al interior de un pick-up Ford F150 color blanco, modelo 1996, placas de circulación ZJL044A, estacionado a la altura del Aeródromo Zacatecas.
 
Fuentes del Grupo Coordinación establecen que “Los Salazar” y no las células locales, habrían cometido el crimen, pues hace años, la extensión territorial en la que operaba “El Vaquero” incluía gran parte de San Luis Río Colorado y en específico el Golfo de Santa Clara.
 
LOS ATAQUES EN SAN LUIS
 
Desde inicios del año, “Los Salazar”, liderada en todo Sonora por Crispín Salazar Zamorano, históricamente allegados a Joaquín Guzmán Loera y con operación principalmente en zonas como Navojoa, Hermosillo y Cajeme, ampliaron sus horizontes y comenzaron a pelear con grupos delictivos locales que también tenían protección del Cártel de Sinaloa.
 
En esta zona no se ha ubicado un lugarteniente, pero la información de autoridades sonorenses es que el grupo ha reclutado a jóvenes pandilleros de San Luis, a quienes dota de armamento y respaldo para pelear la plaza contra “Los Cuates”, agrupación con varios años operando en San Luis Río Colorado.
 
En mayo fue abatido Luis Alfonso Lara “El Cuate”, uno de los líderes de la plaza en San Luis. Cuando su cuerpo era velado en Funeraria del Valle, un grupo fuertemente armado arribó y comenzó a disparar contra los asistentes, dejando dos personas asesinadas, ambos sin antecedentes o relaciones criminales.
 
A partir de entonces, múltiples enfrentamientos se han registrado en San Luis y el Golfo, en los que incluso fue abatido un policía municipal. La mayoría de estos crímenes se relacionan con el enfrentamiento de estas células.
 
Uno de los más importantes ocurrió el domingo 8 de septiembre, cuando un grupo de sicarios asesinó a una persona sobre Avenida Mazatlán, entre las calles 11 y 12, para posteriormente huir a bordo de dos vehículos, una Cherokee y una Tahoe.
 
Policías municipales emprendieron un operativo y lograron dar con los mafiosos a las afueras de la ciudad, con quienes sostuvieron un enfrentamiento que terminó con el abatimiento de Armando Flores, Moisés Ortega y Alexis Rodríguez, tres jóvenes menores de edad que estaban fuertemente armados, según informó la Policía sanluisina de manera oficial.
 
Además, capturaron a otro grupo de matones identificados como integrantes de “Los Salazar”. Sin embargo, autoridades sonorenses no informaron mayores detalles sobre los capturados, salvo que uno es originario de Navojoa.
 
Dicha agrupación delictiva ha operado desde los años 90 en Sonora y mantiene un control mayoritario en las zonas de dicha entidad y la zona serrana de Chihuahua.
 
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA  INVESTIGACIONES ZETA/ LUNES, 16 SEPTIEMBRE, 2019 01:00 PM)
 
 


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