Hermano de Rafael cumplió condena de 17
años en penal de súper máxima seguridad en Denver, Colorado. Estuvo preso por
crimen organizado y conspirar para traficar marihuana. Autoridades mexicanas no
le molestaron al ingresar a suelo nacional por la garita de “El Chaparral” el
19 de julio. A una semana de su deportación se desconoce su paradero y si tiene
alguna cuenta pendiente con la justicia
Elementos del Servicio de
Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) le acompañaron
hasta la línea divisoria y lo entregaron a agentes del Instituto Nacional de
Migración.
Los funcionarios del gobierno
federal no lo requirieron. Así como llegó después de cumplir una condena en
Estados Unidos, Miguel Ángel Caro Quintero salió a territorio mexicano con toda
soltura. En libertad. Los oficiales expectantes vieron aquél hombre acelerar el
paso para encontrarse con sus familiares que le aguardaban de este lado, hasta
que aquél grupo se perdió entre la gente.
Efectivamente, Miguel Ángel
Caro Quintero, narcotraficante mexicano que compurgó su sentencia en suelo
norteamericano, fue deportado por Tijuana el viernes 19 de julio. Las
autoridades de este país no emitieron comentario alguno. De lo que se tiene
certeza es que no fue detenido y se desconoce su paradero.
Miguel, hermano del también
traficante de drogas, Rafael Caro Quintero, era considerado el líder de una
empresa criminal que se conoció en los años noventa como el Cártel de Sonora,
con centro de operaciones en la desértica ciudad de Caborca.
De 56 años de edad, en la
fecha de su excarcelación, el sinaloense cumplió una sentencia de más de 17
años de cárcel en prisiones de California y Colorado. La última de sus
estancias fue en la afamada penitenciaría de súper máxima seguridad ADX
Florence, en Denver, a donde horas más tarde de su egreso, fue trasladado el ex
líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Miguel Ángel Caro fue detenido en diciembre de 2001 en Los
Mochis por agentes federales de investigación, dependientes de la Procuraduría
General de la República (PGR), quienes le cumplimentaron una orden de detención
provisional con fines de extradición dictada por el Juzgado Primero de Distrito
de Procesos Penales Federales en la Ciudad de México.
El día de su captura, Caro
Quintero conducía una camioneta Chevrolet color gris modelo 2000 y al momento
de su aseguramiento se le encontró una pistola calibre 38 Súper. Le acompañaba
un sujeto de nombre Elieder “N”.
La PGR dio cuenta que los
antecedes de los procesos seguidos en los Estados Unidos para el Distrito de
Arizona señalaban que de 1982 a 1986, Miguel Caro, junto a su hermano Rafael y
27 miembros de la organización, exportaban marihuana y cocaína para un sujeto
de nombre Michael Hooks, en ese país.
La droga era almacenada en
territorio estadounidense y posteriormente comercializada a traficantes de
Arizona y Colorado, utilizando para ello sistemas de vuelos clandestinos y
transportes terrestres. Agentes encubiertos de la DEA negociaron con Miguel,
con el fin de establecer diversas pistas de aterrizaje clandestinas en los
Estados Unidos.
Luego de estar un tiempo en
el penal de máxima seguridad del Altiplano, Miguel Ángel Caro Quintero fue
trasladado al Cefereso 3 de Matamoros, Tamaulipas, de donde el 25 de febrero de
2009 fue extraditado a los Estados Unidos.
Desde las etapas
preliminares, el mexicano se declaró culpable de los cargos y colaboró con las
autoridades norteamericanas para que le impusieran una condena reducida de 17
años por una Corte Federal de Denver, Colorado, a cambio de información sobre
la operación del llamado Cártel de Sonora y lo que supiese de miembros del
Cártel de Sinaloa y otras organizaciones.
Los cargos de Miguel por los
que fue sentenciado son crimen organizado en Colorado y conspiración para
traficar marihuana en Arizona. Durante su última etapa de internamiento
compartió cárcel, aunque no dormitorio, con los afamados traficantes mexicanos
Osiel Cárdenas Guillén del Cártel del Golfo, y Javier Arellano Félix “El
Tigrillo” del Cártel de Tijuana, en el penal conocido como la “Alcatraz de las
Rocosas”.
Antes, en México, fue
detenido el 18 de enero de 1992 en El Altar, Sonora, cuando agentes federales
le interceptaron a bordo de una camioneta portando una pistola escuadra calibre
9 milímetros en compañía de un sujeto de nombre Flaviano “N”. Al hermano menor
de Rafael le buscaban por delitos contra la salud que habría cometido en
Zacatecas y Sonora en las modalidades de siembra y cultivo de marihuana en
sociedad con un narcotraficante llamado Guillermo Soltero.
Pese a que desde ese entonces
se aseguraba que tenía diversas órdenes de aprehensión y ya era recamado por el
gobierno de los Estados Unidos de América, Miguel Ángel recuperó su libertad al
poco tiempo, hasta que fue nuevamente capturado en 2001 a petición de los
norteamericanos. En México se dijo que sería juzgado por operaciones con
recursos de procedencia ilícita y portación de arma de fuego de uso exclusivo
de las Fuerzas Armadas, pero no fue condenado.
Su extradición fue acordada
por la Secretaría de Relaciones Exteriores el 25 de noviembre de 2002, pero la
entrega no se materializó por el proceso penal pendiente en suelo nacional.
Posteriormente, la defensa interpuso una serie de amparos y el tiempo se
extendió hasta inicios de 2009 cuando se consumó la extradición internacional.
Rafael Caro Quintero, el
hermano de Miguel, se encuentra prófugo después de que fue liberado por un
error judicial el 9 de agosto de 2013 en el juicio del secuestro y homicidio
del agente de la DEA, Enrique Camarena Salazar y el piloto mexicano Alfredo
Zavala Avelar, por el que se le impuso una pena de 40 años de prisión, de los
cuales quedaron 12 por cumplir.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / LUIS CARLOS SÁINZ
/LUNES, 29 JULIO, 2019 01:00 PM)
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