martes, 2 de julio de 2019

CÁRTELES EN CLANDESTINO NEGOCIO DE EXTRACTOS DE CANNABIS EN SAN DIEGO



Con una mayor demanda de derivados de marihuana como aceite y miel de cannabis en el mercado estadounidense, la DEA advierte la presencia de los cárteles detrás de sofisticados laboratorios localizados en SD. Un gramo de estas sustancias puede venderse en hasta 80 dólares, cuatro veces el costo de un gramo de metanfetaminas, por lo que el mercado se vuelve muy lucrativo

La Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) advirtió no solo del aumento de laboratorios clandestinos para extraer aceite y miel de cannabis en el Condado de San Diego, California, sino de la incursión de cárteles para producir cantidades industriales de estos derivados que se llegan a vender hasta en 80 dólares por gramo, tanto en el mercado negro como en establecimientos autorizados.

Si bien en 2018 se hizo efectiva la legislación que permite el consumo de marihuana con fines recreativos en California, la fiscal del Condado de San Diego, Christina Eastman, detalla que aún no se han expedido las leyes secundarias ni reglamentos que regulen la elaboración de derivados del cannabis, por lo que el gobierno de California no está en condiciones de emitir licencias de operación.

Sin embargo, esto no ha frenado su instalación. Steve Woodland, agente especial de la DEA, apunta que la legalización de las drogas no equivale a la erradicación del mercado negro, ya que muchas de las organizaciones e individuos relacionados con la venta de droga continuan haciéndolo de forma clandestina para evitar el pago de impuestos.

Autoridades confirmaron incluso el hallazgo de estos productos obtenidos de manera ilegal de venta en dispensarios de marihuana autorizados.

LABORATORIOS DE SAN DIEGO ALIMENTAN DEMANDA NACIONAL

En 2019, la DEA ha detectado 19 laboratorios dedicados exclusivamente a la extracción de estos productos en zonas residenciales como El Cajon y Lemon Grove, mientras que en 2018 se clausuraron 28 sitios de este tipo.

Por ello, de continuar esta tendencia, 2019 podría cerrar con un aumento del 35 por ciento.

A la presencia de más laboratorios, mayormente en zonas residenciales, se suman dos explosiones en lo que va del año que han dejado a cuatro personas lesionadas, quienes trabajaban en los laboratorios clandestinos.

La razón por la que estos sitios representan un riesgo de seguridad pública -explicaron agentes que participan en los operativos de detección y decomiso- es porque durante el proceso de extracción del aceite, se utilizan solventes como butano y alcohol etílico, los cuales con una sola chispa de circuitos eléctricos, pueden provocar explosiones.

Precisamente la fácil adquisición de estos solventes, por ejemplo el butano, se vende en latas disponibles en tiendas de conveniencia, logrando que adolescentes y consumidores de droga inicien los procesos de extracción guiándose por medio de videos en internet.

Sin embargo, la DEA tiene indicios que detrás de los laboratorios más sofisticados, con equipo valuado hasta en 2 millones de dólares, se encuentra la estructura de los cárteles de la droga que ya operan en San Diego.

Registros de la agencia indican que, en 2016, el 65% del aceite y miel de cannabis que se vendió en Estados Unidos se produjo en California.

Para Paul Hequist, agente especial de la DEA, esto se debe a la cercanía de la frontera, lo que hace más sencillo que la marihuana permanezca en la región para distribuir sus derivados por todo Estados Unidos.

Por su parte, Steve Woodland comparó la multiplicación de estos laboratorios clandestinos con la crisis de metanfetaminas en la década de los noventa, esto porque a pesar que un mayor número de laboratorios se localizaba en la Costa Este y el centro del EU, los pocos laboratorios en la franja fronteriza de California con México producían las mayores cantidades de droga. Lo mismo ocurre ahora con estos extractos de cannabis.

Tan solo en uno de los laboratorios encontrado recientemente, las autoridades decomisaron cantidades de aceite de cannabis que superaban los 4 millones de dólares.

Respecto a las penas que pueden recibir las personas relacionadas con la operación de estos laboratorios, la Fiscalía del Condado de San Diego informó que las condenas van de tres a siete años de prisión. Sin embargo, de existir agravantes como la presencia de niños (maltrato infantil) o incendio, las sentencias aumentan.

Matthew Sutton, de la Fiscalía de Distrito Sur de California, añadió que el delito puede convertirse de índole federal cuando se localizan armas o dinero en efectivo en el sitio y si se comprueba la operación de redes de venta y distribución.

Informó que investigaciones han arrojado el uso de la dark web o red oscura, un mercado clandestino por medio de internet para la oferta de estos productos, también representa agravantes del delito federal.

Por último, el agente especial de la DEA, Steve Woodland, opinó que no se trata de apoyar o rechazar la legalización del uso de la marihuana, sino de evitar situaciones que pongan en riesgo a la comunidad, ya sea por la falta de regulación de los productos que se fabrican en estos laboratorios, o por los riesgos que conllevan posibles explosiones.

(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA  /INÉS GARCÍA/ RAMOS LUNES, 1 JULIO, 2019 01:00 PM)

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