La Comisión Nacional Bancaria
y de Valores de Estados Unidos, la Securities and Exchange Comission, tiene un
Programa de Informantes que ha sido redituable. Mediante este programa para
combatir la corrupción, aquellos informantes cuya información lleve al éxito
una investigación, reciben entre el 10 y el 30% de las sanciones impuestas,
siempre y cuando superen el millón de dólares. Son incentivos muy fuertes para
los llamados whistleblowers, y desde 2011, la Comisión, conocida por sus siglas
SEC, ha pagado más de 276 millones de dólares a quienes les han soplado
secretos. Uno de estos informantes señaló al ex presidente Enrique Peña Nieto
de haber recibido sobornos de un empresario italiano por la operación de venta
de Fertinal a Pemex en 2015, adquirida con sobreprecio.
Una copia de la declaración
del informante a la SEC fue entregada a Noé Cruz, un veterano reportero en
temas energéticos, y que publicó en El Universal. Peña Nieto, que se ha
caracterizado por ser muy lento en responder, actuó con prontitud. A las 11 de
la mañana con 38 minutos escribió en Twitter: “Rechazo categóricamente las
falsas imputaciones en mi contra, publicadas esta mañana en distintos medios y
atribuidas a un supuesto informante. No es la primera vez que se pretende
inculparme de mala fe y sin fundamento alguno. Por supuesto, mienten”.
El presidente Andrés Manuel
López Obrador también se vio obligado a tomar una posición durante su
conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional. Dijo no tener información
de una investigación sobre Peña Nieto, pero señaló que “es muy difícil que un
presidente de la República no se entere de un negocio de esa magnitud”. López
Obrador no mintió. En la investigación que se abrió en México no figura el
nombre de Peña Nieto, lo que de ninguna manera excluye el presunto
involucramiento revelado por el susodicho informante de la SEC.
Las hojas de la acusación del
informante que mostró El Universal, dejan más preguntas que respuestas. No es
una declaración que haya salido de la SEC, cuyas investigaciones son guardadas
con enorme secrecía hasta que dan a conocer los resultados de la pesquisa,
cuando esta resulta en una sentencia de culpa y resarcimiento económico. Por lo
que se aprecia en el documento, esas copias salieron de un despacho de
abogados, quizás del informante o de personas vinculadas a él. En uno de los
párrafos difundidos se deduce que el informante firmó una petición“TCR”,
acrónimo de Tip, Complaint or Referral(Tip, Queja o Referencia), que es un
formato de siete páginas con preguntas y explicaciones que se le piden a quien
la firme.
El extracto de la declaración
difundida por el periódico está expurgado, lo que indica que la persona que se
lo proporcionó al diario no quería que una serie de nombres, acciones y fechas
salieran a la luz pública, con lo que se evita revelar quién es el o la
informante. Los nombres que ahí aparecen son los de Fabio Mássimo Cobarruvias
Piffer, que vendió Fertinal a Pemex, del dueño de Grupo Salinas, Ricardo
Salinas, porque los fideicomisos del empresario se manejaban en Banco Azteca, y
Peña Nieto. La acusación del informante señala que a través de un fideicomiso
que se creó para la operación con Pemex, el Fideicomiso 470, se sacó el dinero
para el presunto soborno a Peña Nieto. Ningún otro nombre aparece abiertamente
en la declaración, al haber sido expurgado. Ni siquiera, extrañamente, el de
Emilio Lozoya, quien como director de Pemex hizo el estudio para la compra de
Fertinal en 2015.
El documento publicado tiene
algunos detalles que son diferentes a los documentos oficiales en Estados
Unidos. Uno de ellos es que aparece el nombre de Cobarrubias sin el segundo
nombre, Mássimo, ni el apellido materno, Piffer. Puede ser irrelevante, pero
llama la atención. El que haya nombres y aparentemente fechas y lugares
expurgados, dejando únicamente tres protagonistas de la operación de Fertinal,
sugiere que Peña Nieto es el objetivo central del informante, que también
quiere embarrar a Salinas, cuyo nombre colocó recientemente en el escenario
Proceso.
La pregunta que queda no es
sólo quién aportó los detalles de la operación, sino para dónde va. El abogado
de Lozoya, Javier Coello Trejo, ha puesto sobre la mesa los nombres del ex
presidente y del entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y en la
víspera de la publicación de El Universal, adelantó su deseo de llamar a
declarar a Peña Nieto. En una entrevista en Foro TV el martes, Coello Trejo
reveló que la operación de compra-venta de Fertinal no fue con dinero de Pemex,
sino que salió de Nafin, que en ese entonces dirigía Jacques Rogozinski, y
Bancomext, que encabezaba en el momento que se concretó la venta, Alejandro
Díaz de León, actual gobernador del Banco de México. La autorización de quién
pagaba, debió salir de Hacienda. Su cliente, precisó, “no se mandaba solo”.
¿Es Videgaray el objetivo de
Lozoya? Los dos terminaron muy mal su relación, pero se desconoce si el ex
director de Pemex es el informante. ¿Es Peña Nieto a quien pretende inculpar?
Para que pudiera comprobarse, tendría que haber documentos del Fideicomiso 470
que lo vincularan directamente, lo que hay que esperar y ver. Lozoya es prófugo
de la justicia, pero la acusación de lavado de dinero no tiene nada que ver con
la operación de Fertinal. Esta revelación eleva la presión sobre López Obrador
para actuar en contra de su antecesor, a partir de un nuevo escándalo mediático
lleno de verosimilitudes e incertidumbres que, lo único concreto que se puede
observar, es que regresa la atención al abandonado tema de la corrupción.
(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA
PALACIO/19 DE JUNIO 2019)
No hay comentarios:
Publicar un comentario