jueves, 16 de agosto de 2018

GOLFO DE CALIFORNIA: LA ENTREGA SILENCIOSA DE TERRIORIO MEXICANO


Todo parece indicar que con el arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República, y de su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), como amplia mayoría en el Congreso de la Unión y el Senado de la República, el gobierno de Estados Unidos apretará la cuña para evitar que el Gobierno Federal decrete el Golfo de California, como parte del territorio nacional, siempre en la mira de las políticas expansionistas de Washington.

En el Artículo 27 de la Constitución Política Mexicana, el cual establece la propiedad de las tierras y las aguas en el país, las aguas del Golfo de California, no se contemplan como territorio propio y soberano, así como algunas Islas y zonas del Delta del Río Colorado, siempre ambicionado por el vecino del norte.

En la lucha por reclamar el también llamado Mar de Cortés, hay suficientes precedentes. 

El año pasado, el diputado federal de Morena por Baja California, Roberto Jiménez, propuso una iniciativa de ley para incorporar como territorio soberano esta zona del país, considerada también patrimonio natural de la humanidad por la variedad de sus recursos naturales.

Sin embargo, la iniciativa de ley fue enviada a la congeladora, al igual que la que propuso el panista Marco Antonio Peyrot Solís en el año 2008.

Desde la época del presidente Luis Echeverría Álvarez, todo intento del gobierno mexicano por declarar aguas territoriales al Golfo de California ha sufrido un revés de las políticas norteamericanas que, de acuerdo con archivos históricos, intentaron comprar a México al presidente Benito Juárez. 

Aunque no se concretó la venta, desde mediados del siglo XIX, Estados Unidos obtuvo el “derecho de vía” por todo el Mar de Cortés, y actualmente es considerado como “aguas internacionales”.

En 1975, Echeverría, logró que la Cámara de Diputados aprobara modificaciones al Artículo 27 de la Constitución Política Mexicana, la cual hasta ahora no consigna como territorio soberano, y decretó la Zona Económica Exclusiva Mexicana, que abarca 200 millas náuticas mar adentro desde el litoral del país, pero solo para explotación de sus recursos marítimos.

El portal California Hoy, en un artículo publicado en mayo pasado, advierte que las políticas públicas decretadas en los últimos años por México, así como el sinnúmero de conservacionistas extranjeros enfocados en la península de Baja California, sobre todo de origen estadounidense, son la “cabeza de playa” para allanar el camino a Washington, en su afán de expoliar los recursos naturales, así como la “entrega pacífica” de una zona altamente rica y que hoy por hoy goza un estatus de conservación alto.

Y es que 7 de diciembre de 2016, según datos recabados por Metrópoli, por decreto del presidente Enrique Peña Nieto, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el documento que establece como “Zona de Salvaguarda denominada Golfo de California-Península de Baja California-Pacífico Subcaliforniano”.

En teoría, este decreto es para “prohibir las actividades de exploración y extracción de hidrocarburos, y que la incorporación de las mismas, será hecha por decreto presidencial, fundado en los dictámenes técnicos que para tal efecto se emitan”.

Sin embargo, una crítica reiterativa a este decreto, es que en realidad lo que plantea el Estado Mexicano es “proteger” las grandes reservas de petróleo, gas natural y recursos minerales que existen en la zona para un futuro próximo, en el entendido que las reformas en materia energética permitiría a la industria extractiva extranjera implantar sus intereses en la región de Baja California

LOS INDICIOS DE FIN DE SEXENIO

El pasado mes de febrero, la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) publicó un artículo en inglés y español en su portal firmado por el Capitán de Navío, Carlos Alejandro Sanz Aguilar, quien detalló la materia jurídica y legal en torno al Golfo de California.

Sanz, con un amplio currículum en materia naval, es jefe del Doctorado en Administración Marítima y Portuaria en el Centro de Estudios Superiores Navales.

En su ensayo señala puntualmente:

“El hecho se que el Golgo de California no sea reconocido a nivel internacional, en su totalidad, con el régimen de aguas interiores o territoriales mexicanas, limita al Estado mexicano a no tener plena y total soberanía sobre este espacio marítimo; por ello, es importante acotar jurisdicción e incrementar la presencia de todas las instituciones nacionales en dicha área”.

Y además se refiere el problema con el vecino del norte.

“Como se aprecia, este es un problema real, ya que con el régimen actual que presenta el espacio del Golfo de California, concibe la posibilidad de que sus aguas sean utilizadas para fines contrarios a la seguridad del país, sin que el gobierno mexicano pueda impedirlo, debido al carácter internacional que se otorga a dicha zona marítima”.

“Además, al mantenerse alejada la península de Baja California del resto del territorio, y si a eso se añade su proximidad con California (Estados Unidos), y el potencial expansivo de esa región, se podrían discernir ciertos intereses de ese país en un futuro. Por lo cual, México debe buscar tener plena y total soberanía sobre esta área”, sentencia el estudio del experto naval.

El capitán de navío, por lo tanto, detalla en su extenso artículo la necesidad jurídica de que México lleve a la Convención del Mar de la Organización de las Nacionles Unidas (ONU) la propuesta para anexar este mar territorial que se mantiene en la indefinición legal.

LA RIQUEZA DEL GOLFO Y LA PENÍNSULA

En el estudio que realizó el Capitán de Navío, Carlos Alejandro Sanz Aguilar y publicado por la Marina, se explica la relevancia no solo ecológica de la región, declarada como ya se dijo, como “Zona de Salvaguarda” por el presidente Enrique Peña Nieto, sino también la económica nacional en materia de pesca, acuacultura y turismo.

“En la región, existen alrededor de 40 municipios correspondientes a los cuatro estados costeros (Baja California, Baja California Sur, Sonora y Sinaloa); la población total de los estados, es de casi 10 millones (INEGI, 2015) que se concentra en dichos municipios costeros. Existe una especialización regional de pesca de escama y sal en la península de Baja California; captura y cultivo de camarón en Sonora y Sinaloa; agricultura (trigo, sorgo, caña de azúcar, arroz, legumbres) en el sur de Sonora y norte de Sinaloa, y en algunas porciones de la península; y ganadería en el norte de Sonora”, transcribe el capitán.

Este sistema de especialización regional, tiene una estrecha dependencia con el mercado de los Estados Unidos, y en menor proporción con el resto del país. 

En la zona costera se realizan diversas actividades económicas, como la pesca industrial, la pesca ribereña, pesca deportiva, turismo y acuacultura.

Además la región cuenta con decenas de áreas naturales protegidas y que en reiterados intentos de parte de corporaciones extranjeras han intentado expoliar los recursos hídricos y minerales, bajo esquemas de exploración tóxica que afectaría severamente los ecosistemas.

En abril de este año, un tribunal colegiado dejó en firme un amparo otorgado una empresa minera estadounidense con capital mexicano denominado “Don Diego”, el cual pretende extraer fosfatos de Bahía Magdalena, ubicada del lado del Pacífico, pero también dentro de la zona exclusiva económica y además protegida por ser sitio de especies marinas en peligro de extinción.

Aunque desde el Gobierno de Estados Unidos, no se ha manifestado públicamente la intención de reclamar o acotar al Estado Mexicano en su intención de reclamar al Golfo de California, los especialistas señalan de no hacerlo, se correría el riesgo de una agresiva política expansionista de parte de Washington, bajo la égida de Donald Trump

(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ METROPOLIMX.COM/16 DE AGOSTO 2018)

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