El camino para las organizaciones y
sindicatos del sector obrero, campesino y popular, adheridas por décadas al
Partido Revolucionario Institucional, se observa hoy sinuoso y oscuro frente a
la tercera alternancia partidista en México, ahora comandada por quien será el
primer Presidente de izquierda en la historia: Andrés Manuel López Obrador.
Para los especialistas consultados por
SinEmbargo estas estructuras sindicales tienen una gran capacidad de adaptación
y no dudarán en usarla ante el nuevo Gobierno federal. Sin embargo, también
coinciden que con la debacle del PRI sus líderes y agremiados quedaron
seriamente debilitados. Esto abre la incógnita de si su habilidad camaleónica
servirá para perpetuarse y seguir usando a los trabajadores en México como
moneda de cambio ante el Presidente y el partido en el poder.
Ciudad de México, 9 de agosto
(SinEmbargo).- El futuro para las organizaciones y sindicatos del sector
obrero, campesino y popular, que por décadas tejieron redes de votos que
canjearon por cargos públicos y dinero con los gobiernos de los partidos
Revolucionario Institucional (PRI) y Acción Nacional (PAN) en detrimento de los
trabajadores, hoy se torna brumoso frente a un nuevo partido en el poder y una
posible modificación del régimen de prebendas, coincidieron especialistas
consultados por SinEmbargo.
El 30 de diciembre de 2017,
en la antesala de la selección de candidatos presidenciales y de cara a la
campaña de 2018, el diario británico Financial Times publicó que José Antonio
Meade Kuribreña sería el candidato victorioso en la elección presidencial del 1
de julio “porque estará respaldado por la formidable maquinaria electoral del
PRI”.
El influyente diario
económico y financiero se refería a la estructura corporativa y específicamente
a los sindicatos creados por el mismo PRI hace décadas, y que le permitirían
garantizar a Meade Kuribeña el 30 por ciento de los votos necesarios para ganar.
Pero “la formidable
maquinaria” se atascó y dejó a Meade en un lejano tercer lugar, frente al
“tsunami AMLO” que fue provocado por una marea de millones de votos contra el
Gobierno que encabeza Enrique Peña Nieto, el tricolor y la corrupción que
representan, dicho por diversos analistas políticos.
El Partido Revolucionario
Institucional (PRI), institución política que creó, arropó e impulsó a los sindicatos,
ya no tiene nada que ofrecerles ante su abismal caída en las elecciones del
pasado 1 de julio. En tanto que el ganador de la contienda electoral, Andrés
Manuel López Obrador, de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ha
prometido impulsar las modificaciones necesarias para una verdadera democracia
sindical y exterminar el “caciquismo”.
Los expertos explican que
estas estructuras sindicales tienen una gran capacidad de adaptación y no
dudarán en hacer gala de ella en esta tercera alternancia partidista. Pero la
pregunta es si su capacidad camaleónica les será efectiva en esta ocasión. Al
respecto hay opiniones encontradas.
Para algunos politólogos,
como Juan Luis Hernández Avendaño, Director del Departamento de Ciencias
Sociales de la Ibero Puebla, y Alfonso Bouzas Ortiz, investigador en la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), creen que no funcionará el
ofrecimiento que puedan realizar los sindicatos al Gobierno federal entrante y
que el país tendrá una oportunidad para resquebrajar los liderazgos corruptos y
propiciar una transformación en sus estructuras.
Para otros analistas
políticos, como Maximiliano García Guzmán, especialista en Gobierno y Asuntos
Públicos de la UNAM, las asociaciones sindicales nuevamente se adaptarán,
lograrán un entendimiento con Presidente electo y, aunque prevé cambios
superficiales, considera que estas organizaciones conservarán su sistema
tradicional.
LA MAQUINARIA CORPORATIVA DEL PRI
La Confederación de
Trabajadores de México (CTM), el sindicato obrero más grande del país, la
Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) y la Confederación
Nacional Campesina, (CNC) son organizaciones históricamente priistas que
agrupan a millones de trabajadores y que tienen líderes ampliamente señalados
por corrupción y por su capacidad de lucrar con los votos de sus agremiados.
“Cuando hablamos del régimen
del priiato, tenemos que hablar del régimen corporativo y clientelar en el que
estas organizaciones son fundamentales, porque durante décadas tuvieron el
control político y ayudaron al PRI a tener el poder”, expone el politólogo Juan
Luis Hernández Avendaño.
La estructura del
sindicalismo corporativo en México creció a la par del Revolucionario
Institucional en la década de los 40 y esa “complicidad” se ha mantenido, ha
explicado en diversas entrevistas Martín Moreno, periodista y autor del libro
“Los demonios del sindicalismo”.
Maximiliano García, analista
político de la UNAM, sostiene que estos organismos sindicales eran parte “del
aceite que hacía funcionar la maquinaria gubernamental” del PRI, en lugar de
ser un actor de contrapeso u oposición.
Un sindicato, destaca el
especialista, debe jugar un papel fundamental para que la clase trabajadora
pueda tener ciertas protecciones y garantías frente a la clase empresarial. Sin
embargo, “ese papel fue abandonado por el sindicalismo mexicano desde hace
mucho tiempo, precisamente a partir de la complicidad entre Gobierno y los
actores sindicales”.
Carlos Aceves del Olmo, secretario
general de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), una organización
clave en la estructura corporativa del PRI. Foto: Galo Cañas, Cuartoscuro
La Confederación de
Trabajadores de México (CTM), con más de 82 años de creación, aglutina al menos
4 millones de trabajadores en 32 federaciones estatales y regionales, así como
cientos de sindicatos nacionales y de industria. Desde los primeros líderes, Vicente
Lombardo y Fidel Velázquez Sánchez, se volvió clave en el régimen
corporativista del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Carlos Aceves del Olmo es el
dirigente nacional de la CTM desde enero de 2016. Asumió la dirigencia nacional
tras el fallecimiento de Joaquín Gamboa Pascoe. Aceves del Olmo ha sido tres
veces Diputado federal y dos veces Senador, siempre en representación del
Revolucionario Institucional.
Dentro de la estructura del
PRI, ha desempeñado los cargos de Subsecretario de Gestión Social, Coordinador
Operativo del Sector Obrero del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Delegado en
diferentes entidades del país y Secretario Adjunto de la Presidencia del CEN.
Actualmente también es
integrante de la Asamblea General del Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) e integrante del Consejo de Administración del Instituto del Fondo
Nacional para la Vivienda de los Trabajadores (Infonavit).
La CTM contribuyó a la
creación del Instituto Mexicano del Seguro Social y del Infonavit, instancias que
también tienen sus sindicatos y que lideran Manuel Vallejo Barragán y Rafael
Rivapalacio Pontones, respectivamente.
Entre los sindicatos que
agrupa la Confederación de Trabajadores de México están el Sindicato de
Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana (STFRM) con 45 mil
agremiados y liderado por Víctor Flores Morales; también el Sindicato Único de
Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (SUTERM), con 75 mil
miembros y dirigidos por Víctor Fuentes del Villar, dos líderes que, además,
tienen inscritas ante la Procuraduría General de la República (PGR) demandas penales por enriquecimiento ilícito.
LA MANO DURA DEL FERROCARRILERO
En mayo pasado, por ejemplo,
trabajadores del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República
Mexicana (STFRM) denunciaron a su líder Víctor Flores Morales por retenerles el
pago de bonos desde 2014.
El secretario general de la
Sección 31, con sede en Chihuahua, Benito Bueno Rentería, solicitó la
intervención inmediata y urgente del Secretario del Trabajo, Roberto Campa
Cifrián, con el propósito de que 265 trabajadores sindicalizados reciban el
pago de su bono de productividad que les fue suspendido por órdenes de Víctor
Flores.
Los trabajadores
ferrocarrileros también solicitaron a la Procuraduría General de la República
dar curso a las denuncias presentadas por diversos trabajadores sindicalizados
en contra de Flores Morales por agresiones físicas, hostigamiento y represión
por expresar su inconformidad ante las acciones impunes del dirigente nacional
ferrocarrilero.
Víctor Félix Flores es uno de
los brazos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), pero durante mucho
tiempo se mantuvo cerca de Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa
cuando ambos fueron presidentes, lo mismo que hicieron Carlos Romero Deschamps
y Elba Esther Gordillo.
Y como todos los líderes de
los sindicatos priistas, ha sido legislador varias veces por ese partido que,
para las elecciones presidenciales de 2018, postula a José Antonio Meade
Kuribreña.
El dirigente es es fan del
automovilismo y contrata edecanes para los eventos que encabeza.
En una imagen del 9 de
septiembre de 2013, Víctor Flores Morales, líder del Sindicato de Trabajadores
Ferrocarrileros de la República Mexicana, arriba a una comida en el Museo
Nacional de Antropología de la Ciudad de México. Foto: Guillermo Perea,
Cuartoscuro
Otra vetusta organización es
la Confederación Nacional Campesina (CNC), que está por cumplir 80 años. Esta
corporación, fundada el 28 de agosto de 1938, es dirigida por el Senador Ismael
Hernández Deras. El próximo 19 de agosto celebrarán elecciones internas y ya se
aprobó el registro Hernández Deras, quien busca reelegirse.
Políticos priistas como
Maximiliano Silerio Esparza, la ex líder nacional del tricolor Beatriz Paredes
Rangel, Cruz López Aguilar y Gerardo Sánchez García han encabezado esta
estructura que se compone de al menos 2 mil 317 comités municipales en la
República.
La Confederación Nacional de
Organizaciones Populares (CNOP) fue fundada el 28 de febrero de 1942 en
Guadalajara, Jalisco, “con el propósito de incorporar a estos grupos sociales
dentro de uno de los sectores del PRI”, plantea en su portal.
Su líder actual es el también
Senador Arturo Zamora Jiménez, quien al igual que Ismael Hernández, de la CNC,
no ha hecho pública su declaración patrimonial.
ROMERO DESCHAMPS: SÍMBOLO DE CORRUPCIÓN
Carlos Romero Deschamps es
uno de los líderes más visibles e identificados con el PRI, y también con la
palabra corrupción. No por nada ha sido denunciado decenas de veces ante la PGR
por enriquecimiento ilícito y desvío de recursos, entre otros presuntos
delitos.
Romero de Deschamps está al
frente del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana
(STPRM) –integrado por 87 mil
agremiados– desde 1993, tras la detención de Joaquín Hernández Galicia, “La
Quina”, al inicio del sexenio de Carlos Salinas de Gortari.
Su familia, su estilo de vida
de su familia y sus despilfarros, han llamado la atención muchas veces en su
vida. Apenas el pasado 17 de junio, el diario Reforma exhibió que el líder del
sindicato petrolero disfrutará de una mansión frente a la bahía de Acapulco
valuada, hace tres años, en 4.5 millones de dólares. El periódico capitalino
detalló que en un terreno de al menos mil metros cuadrados, Romero Deschamps
construye la residencia a su gusto, que incluye un muro de contención para
mejorar la vista a la bahía y está ubicada en Las Brisas, Acapulco.
Además de líder sindical de
los petroleros, ha pasado décadas como Diputado federal y como Senador, siempre
en representación del PRI, y nunca ha presentado una sola iniciativa.
Romero Deschamps ha estado al
servicio de los presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente
Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. Todos han respetado
su cacicazgo, con todos se ha tomado la foto.
Durante la pasada campaña
presidencial, Carlos Romero Deschamps posó junto al candidato priista José
Antonio Meade Kuribreña, quien incluso agradeció públicamente al petrolero
frente a cientos de trabajadores del sindicato en Ciudad del Carmen, Campeche.
Mientras que Andrés Manuel López Obrador –hoy ya Presidente electo de México–
prometió durante su campaña que acabaría con el cacicazgo que existe en el
sindicato petrolero.
EL SNTE: GORDILLO Y SU HEREDERO
El 26 de febrero de 2013, en
el arranque del sexenio de Enrique Peña Nieto, la entonces poderosa líder
magisterial Elba Esther Gordillo Morales fue detenida en el Aeropuerto de
Toluca, Estado de México, para enfrentar acusaciones por defraudación fiscal,
operaciones con recursos de procedencia ilícita, lavado de dinero y
delincuencia organizada, procesos que la llevaron a pasar cinco años con cinco
meses y once días tras las rejas.
“La Maestra”, como también se
le conoce, estuvo recluida en diversos lugares: pasó una temporada en la
clínica del Penal Femenil de Tepepan, en la Ciudad de México, para después
permanecer en varios hospitales y clínicas hasta que finalmente consiguió la
prisión domiciliaria en su departamento de la colonia Polanco, ubicado también
en la CdMx.
Desde diciembre de 2017, Elba
Esther Gordillo se encontraba en prisión domiciliaria en su penthouse acusada
de delincuencia organizada y lavado de dinero por casi 2 mil millones de pesos.
Casi a la medianoche del
martes pasado, Gordillo Morales fue liberada. El próximo 20 de agosto, “La
Maestra” dará una conferencia de prensa para dar más detalles sobre el caso, y
por el momento solicitó la comprensión de los medios y pidió tiempo para
asimilar su situación.
“He decidido no tener ningún
contacto con ningún medio de comunicación nacional o extranjero alguno y
considero que esta etapa que me ubica en una nueva circunstancia debe ser
adecuada y suficientemente recibida y vivida en familia”, expresó Gordillo en
un comunicado.
Su liberación generó una
serie de fuertes reclamos de ciudadanos y líderes sociales tanto al Presidente
Peña como a la PGR. Se les señala de haberla arrestado sólo por motivos
políticos, y de no haberla sancionado por la corrupción sindical que imperó en
el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) durante sus años
de control, ni por el daño que su actuación causó a la educación en México.
El de Elba es es un caso
emblemático y el más reciente de un líder sindical preso y luego liberado en
México. Su control político sobre cientos de miles de maestros le dio al PRI
comodidad electoral. Luego, ya del lado del PAN, con Vicente Fox Quesada y
Felipe Calderón Hinojosa, también les ofreció en charola de plata a sus
huestes, a cambio de mantener intacto su poder. Fue Peña quien cobraría la
traición de “La Maestra”, forjada en las filas priistas, para llevarla a la
cárcel, y fue también la PGR de Peña la que, por falta de pruebas, no pudo
juzgarla por uno solo de los delitos que le imputó.
El Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) se compone de 1 millón 400 mil activos y
por 400 mil maestros jubilados con derechos vigentes tras 30 ó 40 años de
servicio. Divido en 56 secciones en todo
el país, este sindicato es el más grande de América Latina en su sector.
Durante el pasado proceso
electoral, una parte del magisterio se manifestó y se dijo inconforme con el
actual dirigente Juan Díaz de la Torre, a quien consideran “ilegítimo”, y se
pronunció favor del candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador.
Díaz de la Torre fue elegido
el líder del magisterio el 28 de febrero de 2013, justo tras la detención de
“La Maestra” Elba Esther Gordillo.
Juan Díaz de la Torre sustituyó a Elba
Esther Gordillo Morales como líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación, justo después del arresto de “La Maestra”. Foto: Cuartoscuro
¿QUÉ PASARÁ CON ELLOS?
Los analistas consultados por
SinEmbargo coinciden en que los organismos sindicales han demostrado, a lo
largo de las últimas dos décadas, tener una gran capacidad de adaptación y
ahora tratarán de hacer los mejores oficios para que sean nuevamente
considerados interlocutores válidos y necesarios.
“Por más procesos electorales
que se hayan dado y de alternancia, los sindicatos siguieron conservando su estructura
tradicional porque son una maquinaria que ya están organizada para funcionar en
los momentos críticos, como pueden ser las elecciones. Finalmente ese es el
compromiso que establecen los diferentes actores de gobierno”, explica
Maximiliano García.
“Seguro que harán todo lo
necesario para que sigan donde están; pero yo espero que en las bases
sindicales haya oportunidad de ruptura”, expresa por su parte el politólogo
Juan Luis Hernández Avendaño.
Alfonso Bouzas Ortiz
ejemplifica que algunos de estos líderes, como Carlos Aceves del Olmo, “ya han
coqueteado con Andrés Manuel, en el sentido que dijo que respetan su gobierno y
que no se van a meter en su gestión”. Sin embargo, el analista descarta que
AMLO se deje cautivar y se instale en el corporativismo.
“Ha luchado más de 30 años
contra el esquema corporativo como para suponer que ahora se va a servir de él.
[…] yo no veo que por ahí [el sindicalismo viejo] se vaya Andrés Manuel. Quizá
sea más fácil que se comprometa en el sector empresarial a que lo haga con
estos aparatos por demás corrompidos, anquilosados y con practicas de la
antigua”, insiste.
El especialista en desempeño
de los sindicatos mexicanos y la política laboral, Bouzas Ortiz, plantea dos
posibilidades para estas organizaciones: “o les dan respuesta a las bases
trabajadoras o las bases de trabajadores o van a empezar a remover a estos
líderes”.
Maximiliano García Guzman
coincide en el punto de que hay una
oportunidad histórica para que se planté el tema del sindicalismo y su
relevancia; sin embargo, el investigador de la UNAM difiere sobre su evolución
pues no cree se vayan a concretar un modificación profunda en términos del
vínculo entre sindicatos y Gobierno.
Para García Guzmán el cambio
de partido en el poder y la mutación que ha provocado en muchas estructuras
institucionales, incluso en las propias dinámicas sociales, es una oportunidad
para que el sindicalismo pueda retomar la bandera de la defensa de los derechos
laborales. No obstante, el especialista no visualiza indicios de
que los sindicatos vayan a retomar la defensa de derechos como una
bandera real.
Maximiliano García argumenta
que el acercamiento de López Obrador con algunos líderes sindicales -como
Napoleón Gómez Urritia, del Sindicato de Mineros-, es un rastro de que seguirá
vigente la subordinación de los sindicatos y el poder público.
“Si bien el Presidente electo
ha dado algunos mensajes muy sutiles de que es importante democratizar los
sindicatos, en realidad ese es un discurso que se ha dado siempre; pero de llevarlo
a la práctica, hay un trecho muy fuerte. Lo vemos [a AMLO] con algunos
personajes que ya están muy cercanos al círculo del Presidente y que, más que
cuestionar el papel de los sindicatos, los vuelve a arropar como una estructura
que mantiene controlada a la clase obrera, porque desde luego no realiza su
función de ser contrapeso”, comenta.
Andrés Manuel López Obrador
le dio un cargo plurinominal en el Senado al líder minero Napoleón Gómez
Urrutia, exiliado en Canadá señalado por supuestos desvíos de recursos, y en un
mitin estuvo acompañado de René Fujiwara Montelongo, nieto de la lideresa
magisterial presa Elba Esther Gordillo, “La Maestra” y de su yerno José
Fernando González Sánchez.
El analista añade que tener a
los sindicatos bajo control es una situación que beneficia a Gobierno, pero
también a los líderes, porque siguen recibiendo los beneficios de recursos.
¿Qué le espera a los sindicatos con la
tercera alternancia partidista en México y ya sin el control del PRI en el
Gobierno federal? Foto: Cuartoscuro
Por su parte, Juan Luis
Hernández Avendaño, politólogo de la Ibero Puebla, sostiene que el Gobierno de
Andrés Manuel López Obrador cometería un “error garrafal” si permite que estas
estructuras continúen tal cual.
“Yo creo que lo que ocurrió
después de las elecciones es un tiempo inédito que ojalá lo aproveche el nuevo
Gobierno”, dice.
Para el Director del
departamento de Ciencias Políticas en Puebla, el próximo mandatario nacional no
necesitará de los sindicatos porque el margen de maniobra que tendrá la nueva
administración será muy grande, pues Morena no solo ganó la Presidencia sino
que tendrá mayoría en Senado y la Cámara de Diputados.
“… Ha llegado con una
legitimidad amplia, por lo que no necesita ni de la movilización ni del apoyo
de los sindicatos, máxime como están construidos, con un control vertical y con
elites políticas corruptas”, comenta.
El analista apunta:
“Finalmente lo que hizo Morena fue romper con una manera de hacer política en
el país, que hicieron el PRI y PAN, y yo creo que ahora sí debería ocurrir que
en los sindicatos que hagan lo mismo que hizo el pueblo de México: una especie
de rebelión al interior de sus organizaciones para darles más transparencia,
más democracia, y sobre todo, mayor representatividad a los trabajadores, la
cual han tenido en muchos años”.
Ismael Hernández Deras, otros priista y
líder de la Confederación Nacional Campesina, en la Casa del Agrarista.
Foto: Isaac Esquivel, Cuartoscuro
Alfonso Bouzas y Juan Luis
Hernández Avendaño concuerdan en que el bono democrático, con el que López
Obrador llegó al poder, le permitirá deshacerse de liderazgos corruptos y
propiciará nuevos cuadros sindicales.
“Definitivamente yo pienso
que es una gran oportunidad de investigar el enriquecimiento ilícito que muy
probablemente todos los liderazgos tienen- […] Al mismo tiempo es una buena
oportunidad para que las bases de esos sindicatos se deslinden de las élites
sindicales corruptas que siguen sostenidas por el gobierno en muchos años”,
añade Hernández Avendaño.
Alfonso Bouzas explica que
las reformas laborales en proceso -impulsadas por Enrique Peña Nieto-, se van a
reglamentar en los próximos meses y podrían ser un un golpe al corporativismo, pues
recordó que el nuevo Congreso de la Unión tendrá mayoría de Morena.
“Yo creo que Romero Deschamps
va a buscar la manera de salir corriendo del país, que Ayala quizá les quiera
vender las miles de su fuerza burocrática, pero finalmente yo no creo que logren.”
Contraria es la opinión de
Maximiliano García Guzman, quien reitera que la mayoría de los liderazgos,
sobre todo los que ya están listos para ocupar un puesto de elección popular,
seguirán igual porque -explica- si bien ya no son aparatos representativos de
los derechos obreros y de trabajadores, aún tienen capacidad de alterar el
curso normal de la vida publica.
“Quizá para dar el mensaje de
que si se ha abordado el tema sindical pueda haber un relevo de líderes
sindicales pero yo creo que serían los menos y en un ambiente muy estable, que
no cause ningún conflicto. Pero cambios sustanciales sobre dirigencias, de cómo
se organizan, su vida democrática interna, cómo se realizan los procesos de
inscripción de agremiados, me parece que eso va a seguir estable en los
próximos años”, puntualizó.
Con
información de Dulce Olvera
(SIN EMBARGO/ SUGEYRY GÁNDARA/09 DE AGOSTO 2018)
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