Foto: Lorena Lamas
En ataque directo, la mañana del viernes
1 de junio fue ultimado el elemento Francisco Ibarra González, con 16 años de
servicio y poco más de uno de ser ascendido a jefe de Área Técnica en la
Policía Estatal Preventiva.
Aunque lo señalan con
vínculos criminales y existen por lo menos dos denuncias en su contra, fue
despedido con honores, donde el propio secretario de Seguridad Pública del
Estado, Gerardo Sosa Olachea, fue parte de la guardia. Sus atacantes pasaron
desapercibidos con vestimenta tipo escolar
El jefe del Área Técnica e
Investigaciones de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) en
Ensenada, Francisco Ibarra González, de 38 años de edad, dejó una carta póstuma
a sus familiares que está en manos de la autoridad.
El ataque directo se perpetró
en el fraccionamiento de interés social Villas del Real VI, al sur de la
ciudad, cerca del ex Ejido Chapultepec, donde hay una alta incidencia delictiva
y narcomenudeo.
Compañeros de la corporación,
describieron a Francisco como un policía “confiado”, que hace poco más de un
año ascendió al cargo de jefe y a partir de entonces comenzó a sacar “muchos
jales” en la zona sur del municipio, rumbo a San Quintín.
El gran aseguramiento fue de
801 kilogramos de marihuana y 36 dosis de “ice”.
Mencionaron que la madrugada del 21 de marzo, él intervino
por una orden que llegó cuando sujetos estaban descargando mercancía de un
tractocamión en la Carretera Transpeninsular, en el tramo Ensenada -Santo
Tomás.
Según cálculos de la propia
Policía Estatal Preventiva (PEP), se trató de un millón 600 mil dosis que
fueron sacadas de circulación en el mercado.
En un comunicado, la SSPE
informó que se trató de una denuncia ciudadana sobre un camión International
CF500, modelo 2008, con el logotipo de San Quintín, procedente de la delegación
El Rosario.
Hay quienes dentro de la
corporación tenían señalado a Ibarra González como un policía “relacionado (con
el crimen organizado), vinculado, bajador y recaudador”, que no tenía que estar
al frente de ese cargo.
Tras el asesinato, ocurrido
el viernes 1 de junio, Francisco se sumó a la estadística de los 118 homicidios
cometidos en Ensenada en lo que va de 2018, y aunque existen rastros de quiénes
perpetraron el crimen, no hay detenidos.
LA EMBOSCADA A FRANCISCO
El comandante Ibarra salió de
su casa en el fraccionamiento de interés social Villas del Real VI, sobre la
calle Corona esquina con Constantinopla, poco después de las siete de la
mañana, cuando iba de salida al trabajo.
Sus atacantes llevaban
uniforme, mochilas, pantalón color caqui, suéter azul marino y camisa tipo Polo
de color blanco; Francisco estaba subiendo su equipo a la cajuela de su auto y,
sin más, le dispararon en varias ocasiones a quemarropa; su cuerpo quedó
tendido en el pavimento, bocabajo.
Al mismo tiempo, una mujer de
63 años fue alcanzada por las balas, se trata de una vecina del agente, quien
sobrevivió y se recupera en un hospital por una lesión en la pierna.
Testigos aseguraron que
escucharon por lo menos ocho disparos.
Dentro de la vivienda del
comandante estaba su pareja, quien cuidaba a dos de los hijos procreados con
diferentes compañeras sentimentales. Una adolescente de 14 años y un niño de 9
años, ambos estaban de visita y fueron testigos del crimen.
Tres semanas antes del
asesinato, el padre de Francisco Ibarra, quien tenía formación militar, murió
por problemas de salud.
GATILLEROS TRAÍAN VESTIMENTA ESCOLAR
En un inicio se manejó que
los sujetos estaban armados y con uniforme de la Policía Ministerial. Sin
embargo, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) lo descartó.
Los hombres que atentaron
contra la vida del agente iban vestidos con pantalón caqui, pero en la parte
superior llevaban suéter escolar azul marino, del cual sobresalía un cuello de
camisa tipo Polo.
Tras el asesinato iniciaron
un operativo en el que a unas cuatro cuadras del lugar, ya en Villas del Real
IV, dentro del Parque de la Alegría, la Policía recuperó dos armas de fuego que
dejaron abandonadas: una tipo escuadra calibre 40 milímetros y otra 9
milímetros, las cuales fueron embaladas por Servicios Periciales y enviadas al
Departamento de Balística para realizar las pruebas y determinar si han sido
usadas en algún otro evento delictivo.
De igual manera, unas cuadras
atrás del mismo fraccionamiento, se encontraron dos camisas tipo Polo color
blanco, así como dos sudaderas escolares color azul marino.
Por la información de los
testigos, se advierte que los agresores tienen entre 18 y 25 años de edad, son
de complexión irregular y estatura media. Por lo pronto siguen con la
investigación y cotejo de datos con otros crímenes en Ensenada.
La hija del fallecido
comandante compartió entre familiares y amigos que confía en la justicia:
“Digan lo que digan usted siempre fue una gran persona, siempre miraba por los
demás, y al último por usted, por eso es que espero seguir su ejemplo. Seguiré con nuestros planes de graduarme de
Medicina y de algún día viajar por todo el mundo, de vivir una vida grandiosa
y, claro, de cuidar mucho de mi hermanito ‘Emy’. No entiendo por qué pasan las cosas, pero le
aseguro que se hará justicia, tanto por quienes inventan y hablan cosas de
usted, como de quien hizo esto. Y espero que la sociedad algún día se dé cuenta
de lo que está haciendo mal, y se ponga a pensar por un momento lo mal que
estamos, lo horribles que somos y razone, y se proponga ser una mejor
sociedad”, fue como describió públicamente a su padre, quien en redes sociales
usaba el seudónimo de Frank Wayne.
TENÍA ANTECEDENTES
Francisco ingresó a la
academia en 2002, desde entonces, tuvo por lo menos dos denuncias.
La primera, de una mujer en
San Quintín que lo acusó por abuso de autoridad en el Ministerio Público de esa
delegación. La ciudadana Teresa Ríos Pérez, con Número Único de Caso
0201-2018-04023, aseguró que el agente ingresó a su casa sin autorización.
En un video se puede ver al
comandante arribar a la vivienda para realizar una diligencia junto con otros
agentes, pero en las imágenes no quedó plasmada la evidencia.
Cuatro años antes, en 2014,
se abrió una investigación en la Subprocuraduría contra la Delincuencia
Organizada, en contra de un comandante y
ocho agentes de la PEP por el robo de un
vehículo en un operativo extrajudicial efectuado sin orden de cateo en una residencia
de Tijuana.
Por la sustracción de una
camioneta Dodge Nitro modelo 2007, en junio de 2009, al parecer los policías
estatales aprovecharon datos personales de identificaciones de un grupo de
personas detenidas en un operativo realizado en Ensenada, para acudir a sus
domicilios con el supuesto objetivo de “investigar” su entorno social.
En el caso del vehículo se
dio a conocer que tiene un precio de 360 mil pesos, además, que estaba equipado
con accesorios de lujo, aunque existe otra denuncia sobre robo a una casa donde
los policías robaron mobiliario y pertenencias a familiares. Quedó asentada en
la averiguación previa7960/2009/211, dentro del sistema tradicional de
justicia.
Entre los acusados estaba
Francisco Ibarra González.
… AUN ASÍ, LO
DESPIDEN CON HONORES
Por órdenes del secretario de
Seguridad Pública del Estado, Gerardo Sosa Olachea, los medios de comunicación
no fueron convocados al acto fúnebre que se llevó a cabo el domingo 3 de junio,
dos días después del asesinato de Francisco, pero la familia pidió la presencia
de la prensa.
Incluso, el titular de la
seguridad en el Estado, estuvo en Villas del Real VI horas después del
homicidio, pues se encontraba en la ciudad para asistir a un evento de la
Secretaría de Marina Armada de México, del cual se retiró.
Durante el acto fúnebre, a la
una de la tarde del domingo en las instalaciones de la SSPE, reunieron unas 50
patrullas; compañeros policías, amigos y familia dieron el último adiós con el
pase de lista.
La extensa caravana recorrió
desde la Funeraria Ángeles, hasta la entrada a la zona de Pórticos o Villas de
Real, pero sobre la calle Escritores y Lázaro Cárdenas, a tres kilómetros de
donde se perpetró el crimen; de ahí regresaron al edificio de la PEP.
Sosa Olachea estuvo presente
en el acto, donde ofreció condolencias a la familia y formó parte de la guardia
de honor, lamentando la pérdida y hablando
del compromiso que tienen quienes trabajan dentro de la corporación
policiaca.
“La valentía del comandante
no fue, ni será en vano, sus actos
seguirán presentes en cada uno de nosotros, porque la disciplina y
profesionalismo que siempre demostró en sus 16 años dentro de la PEP, es algo
que debemos reconocer y retomar, así como compartir la enseñanza de un héroe
que aun ante la adversidad, nunca dudó en cumplir con su deber”, expresaría el
titular de la SSPE.
C3 Y DEPURACIÓN DE LA PEP
La directora del C3 en Baja
California, Brenda Valdez Jaramillo, mencionó que como parte de la depuración
policiaca en 2017, de los que realizaron los exámenes de permanencia, 128
elementos no aprobaron.
Desde julio de 2009 a la
fecha se han realizado 42 mil 700 evaluaciones a policías activos, a quienes
están en otros cargos dentro de la corporación y procuración de justicia.
El examen se hace cada tres
años para garantizar la permanencia.
Como dato estadístico a nivel
estatal, la funcionaria estimó que a abril de 2018 tenían 13 mil 374 elementos
activos en los cinco municipios, de los cuales 851 corresponden a Ensenada.
Todos son rotados a los distintos municipios, de acuerdo a las necesidades.
En los últimos ocho
años, mil 080 agentes han reprobado el
examen de permanencia; a mil 071 se les ha instaurado un procedimiento
administrativo.
Actualmente 430 elementos que
aspiran a ingresar a la corporación, de los cuales 148 tiene aprobado el examen
para que se incorporen a la academia.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA LORENA LAMAS LUNES, 11 JUNIO, 2018 01:00 PM)
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