Desaparecen
con la misma rapidez con que instalan el equipo en edificios ubicados, la
mayoría en colonias de bajos recursos económicos o ejidos. El sector textil es
el que más abunda y en el cual la Dirección de Catastro y Protección Civil
Municipal tienen puesta la lupa, ya que al estar en la ilegalidad, evaden
impuestos, no tienen factibilidad de uso de suelo y representan un riesgo para
la seguridad de los empleados
Las
empresas maquiladoras que operan en la clandestinidad, y que han sido
detectadas recientemente por la autoridad, proliferan en zonas habitacionales
de la periferia e incluso en la parte alta del Valle de Guadalupe en Ensenada.
Los
prototipos de estos talleres son los mismos: se instalan en las colonias de más
bajos recursos, y para llamar la atención de trabajadores, pero no de la
autoridad, cuelgan lonas en los edificios con la leyenda “Se solicita personal para máquinas de costura over, cover, sencilla”,
sin mayores detalles que un número telefónico.
En
la colonia Popular 89, la zona noroeste rumbo a Ojos Negros, el ex Ejido
Chapultepec, Maneadero, Lomitas Indeco, Aviación y Bronce, son áreas donde
buscan establecer la industria “golondrina”, ya que los empleados no tienen
necesidad de usar transporte público que pasa a deshoras o es costoso.
Una
de estas maquiladoras, ubicada en la calle Geranios casi con Pino, Colonia
Lomitas Indeco, siempre está solicitando operadores, pero sin ofrecer
prestaciones de Ley.
El
sueldo es de 30 pesos la hora de lunes a viernes, trabajando nueve horas, y de
180 pesos los sábados por seis horas; tampoco exhiben el nombre de la empresa.
“Siempre
hay gente trabajando ahí, hasta los sábados, a varias conocidas les gusta ahí
porque es un trabajo que les queda cerca, casi a domicilio”, mencionó una mujer
que vive en la zona.
En
un recorrido hecho por ZETA, en dos de estos establecimientos se pudo detectar
que se trata de maquiladoras improvisadas, fáciles de identificar, con fachadas
descuidadas. Los edificios tipo almacén son altos e iluminación fluorescente. A
simple vista no hay áreas de descanso ni comedores.
Estas
empresas están en el ojo de la Dirección de Catastro y Desarrollo Urbano,
autoridades que han realizado un arduo trabajo para poner orden en estos
negocios de procedencia extranjera y que incumplen con los reglamentos.
Los
inspectores no se dan abasto para notificar, a través de denuncias ciudadanas,
que los espacios no tienen la factibilidad de uso de suelo ni autorizaciones,
incumpliendo las especificaciones mínimas de seguridad.
Un
inspector de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, quien pidió guardar
anonimato, compartió con este Semanario que detrás de estas empresas hay ciudadanos mexicanos
cómplices, ya que se establecen a través de una asociación civil.
Mencionó
que estos pequeños negocios son competencia desleal para las grandes compañías,
aunado a que en recorridos que han efectuado, encontraron espacios donde hay
desde seis personas en adelante, trabajando arduas jornadas.
USO DE QUÍMICOS Y AGLOMERACIÓN, UN
RIESGO
Uno
de los problemas que enfrentan los inspectores de Protección Civil en este tipo
de empresas, es la cantidad de personas trabajando dentro de espacios
reducidos.
Jaime
Nieto de María y Campos, director de Protección Civil, lleva cabo inspecciones
en industrias catalogadas como irregulares.
Aunque
es una constante, solo las realizan cuando tienen una instrucción por parte de
Catastro, reciben una denuncia ciudadana o se enteran por terceras personas.
Revisan
salidas de emergencia, señalamientos, detectores de humo, sobre todo la
cantidad de personas que tienen dentro trabajando, así como las condiciones de
la maquinaria.
Las
anomalías que se detectan son con el manejo de químicos, gases y materiales
peligrosos. Aunque no es el caso para lugares donde manufacturan ropa, sí hay
un problema cuando se trata de estampados, al manejar material inflamable.
Según
Protección Civil, entidad que dispone de una unidad para hacer los recorridos
de inspección de manera frecuente, lo que más sorprende es que han encontrado
rastro de empresas maquiladoras en la parte alta del Valle de Guadalupe, por la
desviación de El Tigre, casi escondidas entre cerros.
“GOLONDRINAS” EN LA MIRA
Una
de las características de una empresa “golondrina”, es que su equipo es fácil
de desmontar: llegan, se instalan, contratan personal en su mayoría mujeres y
después, en cuestión de horas, desaparecen.
“El
riesgo se hace grande cuando una empresa se lleva lo que tiene”, advirtió
Javier González, consejero de la Cámara Nacional de la Industria de
Transformación (Canacintra) en Ensenada.
“Es
fácil detectar a este tipo de industria porque básicamente ocupa una maletita
para irse de la ciudad”, describió.
Lo
ideal sería que las empresas se queden más tiempo en la ciudad, pues se trata
de una importante inversión. En su experiencia, el mercado asiático es el que
más busca espacios para colocar fábricas clandestinas.
Otros
caen con charlatanes, les prometen grandes ganancias con tal de que se instalen
en el país, pero cuando comienzan a operar se dan cuenta que no es redituable
instalarse en territorio mexicano.
Para
Alejandro Jara Soria, titular de Canacintra en Ensenada, los empleados son los
más afectados con la presencia de esta industria informal, aunado a que la
mayoría no contribuye con el gobierno, no tienen empleados cotizando en el
Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ni tampoco se desempeñan en
condiciones de trabajo favorables.
Recordó
que en 1994 hubo un caso que trascendió en la industria pesquera con la captura
de calamar, cuando un empresario coreano se esfumó con la mercancía, dejando un
adeudo de más de 40 mil dólares en el puerto.
Los
empleados se quedaron sin ningún respaldo, el producto salió del país
legalmente y, aunque interpusieron varias demandas, no pudieron hacer nada para
recuperar el dinero.
EMPRESAS INFORMALES MUESTRAN INDICIOS:
STYPS
Miriam
Ortiz, jefa de inspecciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social
(STyPS), mencionó que es común que en un centro de trabajo o establecimiento
los empleados noten cierto comportamiento anormal en la operación, “la parte
patronal empieza a sustraer maquinaria, movimientos con la maquinaria y los
propios trabajadores notan”.
Por
ello, exhortan a dirigirse e inmediato a las oficinas, y en caso que alguno de
ellos reporte que existe y hay un temor fundado de que la compañía se pudiera
ir, con el ánimo de incumplir las responsabilidad laborales, se actúa.
“Lo
que hacemos es vincular para que los inspectores se presenten y en un momento
dado den fe de lo que sucede”, declaró.
Entre
las facultades de la STyPS está el dar parte a la autoridad competente, con el
interés común de que a la empresa se le embargue por incumplimiento ante el
IMSS o Instituto del Fondo Nacional de Vivienda para los Trabajadores
(Infonavit).
“Levantar
un acta de hechos puede derivar en una medida cautelar de embargo precautorio,
de esa manera se garantiza un parte del pago a los afectados”, complementó
Ortiz.
En
Baja California no hay datos exactos sobre la cantidad de empresas que operan
en ese modelo, ni siquiera la Asociación de Maquiladores de Ensenada tiene
información.
Sin
embargo, de acuerdo a la Cámara Nacional de la Industria del Vestido
(Canaives), en un comunicado emitido en 2017, por cada empresa maquiladora
legalmente instalada en México, otras tres se manejan en la clandestinidad,
afectando a los empleados y al Servicio de Administración Tributaria (SAT) por
la evasión de impuestos.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA /
LORENA LAMAS /LUNES, 4 JUNIO, 2018 01:00 PM)
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