jueves, 2 de febrero de 2017

PERRERA MUNICIPAL: CRUELDAD Y ABANDONO


 FOTOS: cortesía / Juan Carlos Domínguez

Asociaciones protectoras de animales denunciaron ante Sindicatura el maltrato a los animales recluidos en el Centro de Atención Canina. “La comida se las dan encima de la pipí y la popó, teniendo dos canaletas para poner los alimentos, no tienen ni platos”, exponen

Aparte de estar sentenciados a muerte por el “delito” de vagancia, los animales recluidos en la perrera municipal, tienen que esperar la hora de su sacrificio en medio de la suciedad y el abandono, condiciones deplorables que prolongan su agonía.

El municipio de Ensenada es punta de lanza en la reglamentación y el establecimiento de  sanciones en contra del maltrato animal, sin embargo, la autoridad es la primera en poner el mal ejemplo a través de su dependencia encargada de la captura y control de perros llamada ostentosamente Centro de Atención Canina (CAC).

Asociaciones protectoras de animales pusieron una denuncia ante Sindicatura Municipal, al detectar, una vez más, que los perros son encerrados sin ser atendidos, ni limpiadas sus jaulas por días, acumulándose el excremento y la orina, y en medio de la suciedad servidos sus pocos alimentos. Y ahora con las lluvias, además sin protección y con sus jaulas anegadas.

A raíz de una fotografía que se difundió a través de la red social de la asociación “Ellos son la razón”, sobre la trágica condición en que se encontraba un perro husky que fue llevado por su dueña porque intentó morder a un niño, los animalistas llegaron a la perrera para inspeccionar el caso, encontrándose con la lamentable situación en la que están todos los animales.

David Isaac Pérez Guzmán, Director Servicios Públicos Municipales

Llegaron un sábado al mediodía, y además de no encontrarse ya nadie del personal, la jaula del husky estaba sucia y mojada como el resto de las mismas, con hasta 25 heces acumuladas en la jaula de un solo perro, lo que significaba que llevaban alrededor de una semana sin limpiarlas, aunque el encargado del lugar mintió diciendo que los desechos eran nada más de ese día.

No tenían techos, ni lonas, ni “casitas” para protegerlos del frío, con goteras por todas partes, los perros mojados y algunos de ellos ya muy enfermos de tos y gripe.

Además de lo de siempre, perros machos encerrados junto con hembras, cachorros revueltos con perros pitbull hambrientos.

“La comida se las dan encima de la pipí y la popó, teniendo dos canaletas para poner los alimentos, no tienen ni platos, cuando en el Waldos cuestan 30 pesos, ¡carajo!, pero no quieren hacer su trabajo”, externó Ana Daniela García Salgado, ex regidora y voluntaria de “Ellos son la Razón”.

En ese momento el encargado del sitio, Juan Manuel, al que describen de grosero, aparte de cruel, les corroboró que los animales eran dejados solos durante todo el fin de semana, y respecto a la desatención de los canes les advirtió que él no podía dar órdenes a los empleados sindicalizados “porque son muy complicados”.

Se dieron cuenta que en los almacenes del CAC había transportadoras, casitas nuevas y más materiales con las que pudieron haber protegido a los perros, pero los empleados no lo hacen simplemente porque no les da la gana.

El lunes que los denunciantes regresaron a la perrera, el director de la dependencia, Raúl Humberto Sánchez Zamudio, no quiso revelarles el nombre de los empleados responsables de la limpieza, en cambio les aseguró que ya había formado una cuadrilla para esas tareas.

Ese mismo día descubrieron que ya no se encontraba el perro husky, al que además de haber aventado no nada más a la jaula, violando las Norma Oficial Mexicana (NOM) que marca que los perros deben estar en observación no más de diez días y aplicársele pruebas  para determinar su comportamiento, fue “desaparecido” aunque el director afirmó que el can fue adoptado.

Para los animalistas la situación es muy sospechosa, pues para entregar a un perro en adopción se lleva todo un proceso, la esterilización, el tiempo en que dura en despertar de la anestesia, el suministro de medicamento para el dolor e infección, y se entrega al animal hasta el día siguiente.

Los tiempos no checan:

“¿Lo adoptaron sin esterilizar? ¿Lo operaron sin anestesia? ¿Cómo fue?”. Hasta el momento no se ha corroborado el destino del perro.  

CONDENADOS A MUERTE

En la antesala de la muerte del Centro de Atención Canina llega a haber de 50 a 60 perros a la espera de su hora. Un día 20, otros 10, tal vez 30, la captura varía, puede haber días nomás con 5 huéspedes.

En el verano se incrementa la captura y se llegan a contabilizar hasta 400 perros al mes. De ésos, cuando mucho 140 tienen la suerte de ser adoptados y el resto son sacrificados.

El último dato, de 2014, es de alrededor de 6 mil capturados al año.

“En su mayoría son animalitos que la misma gente va y dicen aquí está mi perrito, ya no lo quiero en la casa, ya duérmalo”, explica el doctor David Isaac Pérez Guzmán, director de Servicios Públicos Municipales.

En teoría los mantienen de 48 a 72 horas –algunos durarán días, cuando se les olvida– a la espera de ser adoptados por las asociaciones “o si llega la gente y dicen éste no me lo maten, yo voy a venir por él”.

Los perros que no son adoptados son “dormidos” con anestesia donada por una fundación norteamericana, luego se les aplica cloruro de potasio para provocarles un paro cardíaco.

Como no hay incinerador los perros son enviados al relleno sanitario de la ciudad. La gente también puede ir a dejar sus perros muertos al CAN pagando 70 pesos de cuota.

 Los cadáveres de los perros sacrificados permanecen entre los vivos a la espera del viaje al relleno sanitario, que no es todos los días.

Keyla Coral Rodríguez Pino, presidenta de la asociación “Ellos son la Razón”, dice que ellos hacen todo lo posible por promover y difundir el rescate de animales de la perrera, pero que todos están en la plena conciencia que no se puede lograr con todos.

Igualmente el albergue de su asociación –que comparte predio con la perrera municipal– solo tiene capacidad para resguardar a 152 canes.

“Mucha gente va y lleva a sus perros, los lleva porque ya no los quiere, porque tira pelos, es que tiene pulgas, es que tiene garrapatas, es que ya come mucho, es que me rompió los zapatos…Motivos horribles por los cuales terminan sacrificados. Llevan perritas con cinco o seis cachorros, por los motivos más absurdos”, relatan las activistas.

Las dos asociaciones existentes, “Ellos son la Razón” y “4 Patas”, así como diversas agrupaciones en la ciudad, han logrado disminuir la cantidad de perros sacrificados, refieren.



Aarón Rodríguez, presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Ensenada

“En diciembre sacamos 25 cachorros, lamentablemente de ésos 16 murieron. Porque salen en tan mal estado, llegan a un lugar tan sucio, tan lleno de infecciones, que mueren cuando salen”.  

No importa, son perros Han sido historia recurrente los casos de negligencia y crueldad en contra de los animales del Centro de Atención Canina.

Hace dos años fotografías tomadas “a escondidas” en la perrera y después subidas a Facebook revelaron la condición de los perros en el centro.

Los rescatistas fueron por 25 perros y pagaron más de 12 mil pesos por sus esterilizaciones, pero los canes fueron muriendo por infección.

“Los perros estaban flacos, no les daban de comer, algunos vienen con garrapatas, con deshidratación, con parásitos, y todavía los someten a una cirugía, pues obviamente el resultado va ser malo…”.

En una ocasión había una perra pariendo, la asociación protectora le solicitó al director que separara a la hembra de los demás perros, no lo quería hacer.

Cuando los rescatistas fueron por la perrita el director les aseguró que sí la separó pero que todos los cachorros murieron.

A pesar de estar recién parida los empleados esterilizaron a la perra, los rescatistas la llevaron al veterinario, el animalito murió apenas al llegar.

A otra perra que fuera acuchillada y tirada a la calle, la tuvieron en la jaula sucia con el vientre abierto durante todo el fin de semana, ni la atendieron ni la sacrificaron en el momento.

A un perro, que llegó con fractura expuesta, lo tuvieron sin comida ni medicamento para el dolor durante cuatro días, porque se atravesó el 16 de septiembre. Pasada la fiesta lo sacrificaron.

En el aspecto administrativo también se presentan muchas irregularidades que despiertan la suspicacia de las asociaciones protectoras.

Por ejemplo, aunque se dice que ahora son menos los perros que se “duermen”, se sigue utilizando la misma cantidad de medicamento, sin clarificar qué hace con lo que sobra.

La donación la recibe el director Sánchez Zamudio, quien nunca ha presentado una solicitud formal ante Cabildo, la Comisión de Hacienda y todo el protocolo que exige la normatividad del Municipio.

Cuando hace tres años también se denunciaron las condiciones de crueldad en la perrera municipal, el director, quien lleva siete años en el cargo, es decir, desde la administración de Enrique Pelayo, se comprometió a hacer cambios, pero no lo hizo, mientras que se destituyó a la entonces directora de Servicios Públicos Municipales, Lorena López.

Siendo regidora Ana Daniela García, insistió con el alcalde Gilberto Hirata sobre la infraestructura requerida para la perrera, tales como techos, casitas, puntura, rejas, jaulas; una inversión que no implicaba más de 250 mil pesos:

“Hirata presumía que era el municipio con mayor transparencia y yo le mandé más de 30 oficios y nunca me los respondió”.

“Pedimos a la administración municipal actual que haga cambio de personal, ponga empleados sensibles, que sepan manejar los perros. Que la perrera cambie de manera inmediata”.  

PRIMERAS ACCIONES

Sindicatura Municipal  (búnker del PT dentro del Ayuntamiento priista) evadió responder a ZETA cómo procedió la denuncia presentada “contra quien resulte responsable” respecto a las condiciones de la perrera.

“Estamos tomando las riendas de la dependencia, y estamos analizando todas las áreas, entre ellas el CAN, para poder corregir de cierta forma…”, dijo tras aceptar las deficiencias de la perrera el recién nombrado director de Servicios Públicos Municipales, David Isaac Pérez Guzmán.

Al cierre de edición, Pérez Guzmán reveló que el director de la perrera acababa de ser despedido y puesto en su lugar Aarón Rodríguez, presidente del Colegio de Médicos Veterinarios de Ensenada y avalado por las asociaciones protectoras.

Se informó que se redistribuyó al personal, de tal suerte que se tengan cubiertos los siete días de la semana.

La plantilla la conforman cuatro capturadores, un auxiliar, una secretaria y el director.

Se cuenta con tres vehículos habilitados para captura pero nada más funcionan dos.

Aseguró el funcionario municipal que por lo pronto pondrán techo en el área de resguardo de perros, “porque toda el agua que llegaba iba a dar hasta las jaulas, se mojaban los animalitos y se exponían a la intemperie todo el tiempo”.

Dijo que están por presentar un anteproyecto que analizarán en la Comisión respectiva conformada por las asociaciones y funcionarios de varias áreas, ya que el interés de la actual administración es cambiar la imagen que de la perrera municipal tiene la gente.

Aunque aceptó que había “pique” entre el anterior director y las asociaciones protectoras, negó que la relación con los empleados sindicalizados sea problemática:

“Tenemos personal de honorarios, de confianza y de base, finalmente las funciones ya están definidas”.

Respecto a “Juan Manuel”, el encargado que tienen aborrecido por su ineptitud, el director de Servicios Médicos sólo refirió que fue reubicado de área, lo que no alienta a los animalistas: “Es tan maldito”.  

MULTAS Y CÁRCEL YA EXISTEN, FALTAN DENUNCIAS  

Todavía pocos están enterados que ya se puede sancionar con multas fuertes a quien descuide o maltrate sus personas, según lo establecido en los artículos 26 y 30 del Bando de Policía y Gobierno.

Mientras que en el artículo 342 del Código Penal de Baja California se especifica el delito (cuando implica riesgo de muerte o lesiones) donde se fijan de 3 meses a dos años de prisión.

En la reglamentación municipal se consignan 23 infracciones que conllevan descuido y van desde situaciones de dejar al perro en la lluvia, hasta de provocarle heridas por una cadena mal puesta, o igual mantener al perro sin alimentos ni ser atendido, descuidar su higiene y salud, las multas van desde los 2 mil a 4 mil pesos de multa.

“Se pretendió como en Estados Unidos que se ha generado una cultura a través de la multa, si a la gente no le gusta el perro, le va importar el bolsillo”, sentenció Keyla Coral Rodríguez, presidenta de “Ellos son la Razón”.

Cualquier ciudadano ya puede denunciar al 911 cualquier situación de maltrato animal, ya que el no hacerlo se cae en omisión o probable complicidad al atestiguar tal acción –como cualquier otro delito– y no denunciarlo.

El gran problema ha sido la cultura de la denuncia, la gente lo hace constantemente en las redes sociales pero no ante las autoridades.

No obstante, cuando un ciudadano sí denuncia ante la Policía, los oficiales generalmente se niegan atender el reporte, y cuando lo hacen, la mayoría no tiene ni idea de cómo proceder, siendo que la ex regidora García Salgado, impulsora de la iniciativa, emprendió una campaña de capacitación con todo el personal de Seguridad Pública, desde el director a los policías.

También se diseñaron boletas especiales de infracción que hasta la fecha no han sido ni impresas.

Como consecuencia de la reglamentación local también se creó el Consejo Ciudadano de Protección Animal, siendo el segundo que existe a nivel nacional y conformado por 18 integrantes, representantes de las asociaciones, el presidente del Colegio de Veterinarios, el director del CAN, del subprocurador de Justicia del Estados, el director de Seguridad Pública, el presidente del Colegio de Abogados, entre otros, que en los próximos días sesionarán por primera vez.

Un primer resultado ha sido la firma del convenio entre “Ellos son la Razón” y el Corporativo Jurídico JRM, quienes estarán brindando asesoría jurídica a la ciudadanía a fin de que sepan cómo presentar una denuncia por maltrato animal. Los activistas también ven como una primera muestra de voluntad la designación de un veterinario reconocido por su profesionalismo como el nuevo director de la perrera.


(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ/ LUNES, 30 ENERO, 2017 12:00 PM)

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