Marchas
y bloqueos de carreteras para recuperar el suministro en tres ejidos
Hartos
de que la política aplicada por el alcalde priista Marco Vinicio Galaviz los
someta continuamente al desabasto de agua, a pesar de que pagan cabalmente el
suministro, residentes de los ejidos Taxtes, Dos de Abril y Antonio Rosales
protestaron y para demostrar su indignación bloquearon durante siete horas la
carretera Los Mochis-San Blas, en la víspera del fin del trienio.
El
ejemplo cundió, y en cuestión de horas el cierre de la carretera fue cotidiano
hasta el fin del 2016. Al primer bloqueo lo secundaron habitantes de la
cabecera municipal que cerraron la carretera El Fuerte-El Carrizo, y
posteriormente, otros usuarios taparon los cuatro carriles de la carretera a El
Fuerte a la altura del ejido Vinaterías.
Ellos
no recularon un metro en la protesta, pese a que fueron encerrados por dos
piquetes de agentes de la Policía Ministerial del Estado que llevaban la
instrucción de desalojarlos, habiéndose ocultado el rostro con capuchas, y
lanzando bravatas para generar una reacción violenta de los civiles.
La
táctica de provocación fracasó, y los envalentonados ministeriales recularon. Y
amenazadores se apostaron en la retaguardia de los civiles.
Estos
no retrocedieron ni cuando el coordinador de la Policía Ministerial del Estado
y director de la Policía Municipal en Ahome, Gerardo Amarillas Gastélum los
acusó de delincuentes, pues estaban en flagrancia de un delito: obstruyendo una
vía de comunicación, secuestrando a choferes y pasajeros del servicio público
de transporte y hasta automovilistas, y perjudicando a terceros.
Los
manifestantes le respondieron: “preferimos ser delincuentes como usted dice,
exigiendo un servicio que ya pagamos, y no soportar el abuso de un alcalde
traidor y tramposo, como Marco Vinicio Galaviz. Y si nos va a detener, hágalo;
ni modo que tenga celdas para los tres ejidos”.
Ante
la inesperada respuesta, Amarillas ordenó el avance a sus subordinados, pero no
logró intimidar a los civiles, quienes en bloque no se movieron en su lugar. Al
contrario, avanzaron para enfrentar a los policías. Estos recularon, incluso,
con sus propias patrullas.
Los
civiles permanecieron en sus puestos durante siete horas, y aguantaron todo,
hasta provocaciones de una mujer que apoyada por los policías buscó romper el
cerco en la carretera.
En
tanto, los habitantes se abastecían de agua de canales cercanos.
Poco
antes de las 15:30 horas, José María Flores Soto, secretario de la comuna,
apareció cuando una planta generadora de energía eléctrica a base de diésel fue
conectada a la línea de suministro. Media hora después, el sistema múltiple de
agua potable abastecía a las tres comunidades en manifestación. Así, el bloqueo
concluyó.
Y
termina por el momento, advirtió Silverio Heredia Cázares, comisariado ejidal
del Dos de Abril.
Dijo
que la manifestación se organizó por una semana sin agua, pese a que todos los
usuarios pagan sus recibos puntualmente.
“Estamos
hartos, hartos del alcalde (Marco Vinicio Galaviz) que nos traicionó. ¿Por qué
nos corta el agua a nosotros, que pagamos? Que lo haga con los malapagas. Y si
el primero de enero (2017) nos cortan el agua, regresaremos a la carretera
hasta que suban las cuchillas”.
El
bloque carretero para exigir agua en sus casas fue replicado en la cabecera
municipal, en donde casi un centenar de personas marchó para exigir el
suministro.
Y
luego de cruzar toda la plaza, obstruyeron la carretera El Carrizo. Unos
minutos después, la circulación se normalizó.
El
secretario de la comuna, José María Flores Soto, aguantó una sarta de insultos
de los airados manifestantes, quienes en corto le acusaron de ser parte de una
administración ladrona.
Él
lo rechazó y sostuvo que la administración había pagado casi 14 millones de
pesos de consumo de energía eléctrica que había dejado como deuda, Eleazar
Rubio Ayala.
Dijo
que la mayoría de los usuarios no paga sus consumos y descapitaliza a la Junta
de Agua Potable de El Fuerte: “sin pagos, no hay energía eléctrica, y las plantas
de potabilización no funcionan”.
Y
dijo que a consecuencia de la deuda, todas las potabilizadoras del municipio no
tienen energía eléctrica convencional sino que operan con plantas diésel. Siete
de ellas fueron prestadas por la Comisión Nacional del Agua (CNA) y dos son se
rentan a particulares.
Nubia
Ramos Carvajal, presidenta municipal electa, dijo que el problema del agua
potable no es un caso reciente, sino heredado. “Ojalá no me lo hereden, y que
Galaviz pague los 3.5 millones que adeuda a la CFE”.
Denunció
que el hartazgo social que provocó el alcalde saliente es justificado porque a
la población no se le atendió, sino que se le ignoró. “Pudo resolverse con
gestión, pero ningún funcionario hizo nada por los usuarios, y el problema
estalló”.
Ofreció
que tomando la conducción de municipio se enfocará a resolver el problema del
suministro del agua potable. “Lo hablaré con el gobernador Quirino Ordaz y
buscaremos una solución conjunta. Seguro la encontraremos”.
(RIODOCE/
Luis Fernando Nájera/ El Fuerte en 2 enero, 2017)
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