lunes, 2 de enero de 2017

LA LUCHA POR EL AGUA EN EL NORTE DE SINALOA


Marchas y bloqueos de carreteras para recuperar el suministro en tres ejidos

Hartos de que la política aplicada por el alcalde priista Marco Vinicio Galaviz los someta continuamente al desabasto de agua, a pesar de que pagan cabalmente el suministro, residentes de los ejidos Taxtes, Dos de Abril y Antonio Rosales protestaron y para demostrar su indignación bloquearon durante siete horas la carretera Los Mochis-San Blas, en la víspera del fin del trienio.

El ejemplo cundió, y en cuestión de horas el cierre de la carretera fue cotidiano hasta el fin del 2016. Al primer bloqueo lo secundaron habitantes de la cabecera municipal que cerraron la carretera El Fuerte-El Carrizo, y posteriormente, otros usuarios taparon los cuatro carriles de la carretera a El Fuerte a la altura del ejido Vinaterías.

Ellos no recularon un metro en la protesta, pese a que fueron encerrados por dos piquetes de agentes de la Policía Ministerial del Estado que llevaban la instrucción de desalojarlos, habiéndose ocultado el rostro con capuchas, y lanzando bravatas para generar una reacción violenta de los civiles.

La táctica de provocación fracasó, y los envalentonados ministeriales recularon. Y amenazadores se apostaron en la retaguardia de los civiles.

Estos no retrocedieron ni cuando el coordinador de la Policía Ministerial del Estado y director de la Policía Municipal en Ahome, Gerardo Amarillas Gastélum los acusó de delincuentes, pues estaban en flagrancia de un delito: obstruyendo una vía de comunicación, secuestrando a choferes y pasajeros del servicio público de transporte y hasta automovilistas, y perjudicando a terceros.

Los manifestantes le respondieron: “preferimos ser delincuentes como usted dice, exigiendo un servicio que ya pagamos, y no soportar el abuso de un alcalde traidor y tramposo, como Marco Vinicio Galaviz. Y si nos va a detener, hágalo; ni modo que tenga celdas para los tres ejidos”.

Ante la inesperada respuesta, Amarillas ordenó el avance a sus subordinados, pero no logró intimidar a los civiles, quienes en bloque no se movieron en su lugar. Al contrario, avanzaron para enfrentar a los policías. Estos recularon, incluso, con sus propias patrullas.

Los civiles permanecieron en sus puestos durante siete horas, y aguantaron todo, hasta provocaciones de una mujer que apoyada por los policías buscó romper el cerco en la carretera.

En tanto, los habitantes se abastecían de agua de canales cercanos.

Poco antes de las 15:30 horas, José María Flores Soto, secretario de la comuna, apareció cuando una planta generadora de energía eléctrica a base de diésel fue conectada a la línea de suministro. Media hora después, el sistema múltiple de agua potable abastecía a las tres comunidades en manifestación. Así, el bloqueo concluyó.

Y termina por el momento, advirtió Silverio Heredia Cázares, comisariado ejidal del  Dos de Abril.

Dijo que la manifestación se organizó por una semana sin agua, pese a que todos los usuarios pagan sus recibos puntualmente.

“Estamos hartos, hartos del alcalde (Marco Vinicio Galaviz) que nos traicionó. ¿Por qué nos corta el agua a nosotros, que pagamos? Que lo haga con los malapagas. Y si el primero de enero (2017) nos cortan el agua, regresaremos a la carretera hasta que suban las cuchillas”.

El bloque carretero para exigir agua en sus casas fue replicado en la cabecera municipal, en donde casi un centenar de personas marchó para exigir el suministro.

Y luego de cruzar toda la plaza, obstruyeron la carretera El Carrizo. Unos minutos después, la circulación se normalizó.

El secretario de la comuna, José María Flores Soto, aguantó una sarta de insultos de los airados manifestantes, quienes en corto le acusaron de ser parte de una administración ladrona.

Él lo rechazó y sostuvo que la administración había pagado casi 14 millones de pesos de consumo de energía eléctrica que había dejado como deuda, Eleazar Rubio Ayala.

Dijo que la mayoría de los usuarios no paga sus consumos y descapitaliza a la Junta de Agua Potable de El Fuerte: “sin pagos, no hay energía eléctrica, y las plantas de potabilización no funcionan”.

Y dijo que a consecuencia de la deuda, todas las potabilizadoras del municipio no tienen energía eléctrica convencional sino que operan con plantas diésel. Siete de ellas fueron prestadas por la Comisión Nacional del Agua (CNA) y dos son se rentan a particulares.

Nubia Ramos Carvajal, presidenta municipal electa, dijo que el problema del agua potable no es un caso reciente, sino heredado. “Ojalá no me lo hereden, y que Galaviz pague los 3.5 millones que adeuda a la CFE”.

Denunció que el hartazgo social que provocó el alcalde saliente es justificado porque a la población no se le atendió, sino que se le ignoró. “Pudo resolverse con gestión, pero ningún funcionario hizo nada por los usuarios, y el problema estalló”.

Ofreció que tomando la conducción de municipio se enfocará a resolver el problema del suministro del agua potable. “Lo hablaré con el gobernador Quirino Ordaz y buscaremos una solución conjunta. Seguro la encontraremos”.


(RIODOCE/ Luis Fernando Nájera/ El Fuerte en 2 enero, 2017)

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