lunes, 21 de diciembre de 2015

“¿ASESINATO A SANGRE FRÍA?”


Se presume que un policía municipal habría matado de un balazo en la cabeza a un joven que brincaba la barda de la Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo

“No sé, eso se está manejando con mucha discreción por los jefes”, dijo a Ríodoce una fuente extraoficial al preguntarle sobre el presunto homicidio de Josué Alfredo Sánchez Bustos, de 16 años, dentro de la Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo.

“Exigimos justicia, Josué todavía era un niño, el policía municipal podía haberle disparado a los pies para asustarlo, pero no a la cabeza”, clamaron familiares y amigos del menor muerto de un balazo en la cabeza.

En el frontispicio del centro educativo que lleva su nombre está la efigie de Don Miguel Hidalgo y Costilla, con el rostro indignado y justiciero, rayado como por una bomba de grafiti que le estalló abarcando varias cuadras a la redonda.

Según reporte de la Agencia del Ministerio Público, la muerte de Josué Alfredo ocurrió a las 03:40 horas del jueves 11 de diciembre.

No se sabe a ciencia cierta si fue asesinato a sangre fría o producto de un supuesto disparo hecho “al aire” por el policía municipal, Wilfrido Guerrero Amilano, con número de agente 8574.

Tampoco se tiene la certeza si el joven pretendía poner su “placa” de grafiti o  robar junto con un compañero de andanzas (que alcanzó a huir del lugar de los hechos), la tienda de la Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo.

El presunto implicado en la muerte del menor fue detenido por agentes de la Policía Ministerial del Estado, para esclarecer los hechos.

“¿Qué andaba haciendo un adolescente dentro de la escuela a esas horas de la madrugada?”, pregunta extrañado un padre de familia, vecino de la escuela Miguel Hidalgo.

“Ese joven era uno de los grafiteros que tienen rayadas todas las paredes de nuestros negocios”, lamentó uno de los comerciantes.

Los vecinos de la colonia 12 de mayo están indignados por el homicidio de Josué Alfredo, estudiante del Colegio de Bachilleres de Sinaloa 38,  de quien aseguran que no hacía daños y tenía muy buenas calificaciones.

“El policía no tenía por qué tirarle a matar, Josué no estaba maleado, era inteligente y muy estudioso, con calificaciones de nueves y dieces”, comentaron.

Una de las versiones oficiales es que Josué se encontraba con varios jóvenes más en el techo de la Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo, y que el policía municipal habría disparado un balazo al “aire” para obligarlos a retirarse del inmueble.

Otra de las versiones no confirmadas que se maneja es que la noche del miércoles 16 de diciembre, Josué Alfredo, en compañía de otro joven de 18 años, presuntamente ‘amigo de lo ajeno’, acudió a una fiesta de 15 años que se celebraba en un callejón de la colonia Klein.

Cuando terminó la festividad, al filo de la madrugada del jueves, en vez de dirigirse  hacia la colonia 12 de mayo, donde Josué tenía su domicilio, se fueron caminando en sentido contrario por  la avenida Gabriel Leyva, esquina con la calle Josefa Ortiz de Domínguez, de la colonia Montuosa.

Casi en la esquina mencionada junto a la estación de Bomberos está ubicada la Escuela Técnica Comercial Miguel Hidalgo, y entre ambos inmuebles se encuentra un estanquillo de la Lotería Nacional que sirve de escalón para brincar hacia el centro educativo, cuya parte trasera  mira hacia el callejón Adolfo Ruiz Cortines.

“Él (Josué) venía conmigo y se metió con el otro que lo acompañaba a la escuela Miguel Hidalgo”, comentó una joven de 15 años, mientras compraba pan en el callejón Ruiz Cortines a un vendedor ambulante montado en un triciclo.

Esa madrugada, quienes vieron a Josué acompañado del otro joven, afirman que éste lo habría invitado a meterse a robar a la tienda escolar de la institución educativa Miguel Hidalgo.

Los adolescentes habrían brincado por el estanquillo de la Lotería Nacional, quizá sin imaginarse que dentro del inmueble educativo se encontraba el policía municipal, Wilfrido Guerrero Amilano.

“Es que seguido vienen a robar la tienda escolar, y cuando llegan a abrir la tienda, lo que roban son los paquetitos de galletas Gamesa”, dijo la encargada del negocio.

Al parecer, agregó, el policía vio a los jóvenes adentro de la escuela y reportó que habían entrado unos menores y cuando el policía tiró balazos al aire, los visitantes se dieron a la fuga.

Se presume que algunos de los balazos que el agente disparó al aire habrían pegado en el techo y rebotaron alcanzando el cuerpo del infortunado Josué.

“Josué no era grafitero, se presumía que había entrado a grafitear, pero se dijo que no fue a grafitear, sino que él fue a robar por invitación de otro más grande”, comentó.

Asomándose entre las rejas de la entrada de la escuela Miguel Hidalgo, los curiosos decían: “es que queremos ver dónde Josué puso su placa”.

Cabe señalar que cruzando la avenida Gabriel Leyva Solano, en un pilar de un cuarto-guarida de grafiteros está una “placa” en color verde, que grita: “Josué”.

“Cuando los jóvenes oyeron los disparos, el bato que incitó a Josué a entrar se tiró a perder y dejó al morro adentro y brincó hacia fuera; cuando vio que no salía se regresó y vio al morro tirado, le tomó una foto y se la llevó como para decirle a quien preguntara por él, ‘allá quedó”, dijo alguien más, quien pidió el anonimato.

HERMETISMO OFICIAL

La Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal de Mazatlán (SSPyTM) hizo un intento fallido de reeditar su hermetismo en el caso del joven Josué Alfredo, pero la información se filtró a los medios de comunicación.

Desde el 20 de noviembre del año en curso, la SSPyTM  había hecho mutis con el tema de la privación ilegal de la libertad de Rodolfo Melgoza Millán, hermano del director de la Policía Preventiva, Alfonso Melgoza Millán, quien el próximo 20 de diciembre cumplirá un mes de que un presunto grupo armado se lo llevó a la fuerza.

(RIODOCE/ Cayetano Osuna/Mazatlán en 20 diciembre, 2015)

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