lunes, 21 de diciembre de 2015

SALIDA DE EMERGENCIA


Personal de la Marina montó otra base más de operación en Badiraguato, Sinaloa, municipio donde mantiene presencia antes de la fuga de Joaquín el Chapo Guzmán, aunque se incrementó desde la evasión del 11 de julio. Antes, ya habían trasladado helicópteros y efectivos a Santiago de los Caballeros, pero ahora establecieron puntos de control por las dos vías de acceso a las montañas, hacia Surutato y hacia San José del Llano —y por tanto a La Tuna, comunidad donde nació el Chapo.

Ahora que la Procuraduría General de la República reconstruyó la ruta y acciones de escape del interno de la celda 20 en el Altiplano —desde su entrada al túnel, su vuelo de Querétaro a Sinaloa, y su internamiento en el triángulo dorado— y a casi dos meses de la fallida recaptura en El Limón, Durango, la Marina amplía el territorio de búsqueda.

Está por cumplirse una semana que son videograbados todos los autos y tripulantes que llegan o salen de Badiraguato, justo en el cruce oriente que va a la  sierra. Desde una camioneta con equipo especial estacionada en uno de los carriles del bulevar, una cámara registra en video y almacena la movilización de pobladores y viajeros. A algunos, incluso, se les detiene y se toman datos, como nombre y procedencia.

Justo en ese punto, donde se abandona Badiraguato la cabecera municipal y se inicia el ascenso a la sierra, el Ejército Mexicano instaló un punto de control la misma noche de la fuga del Chapo. En aquellos días de julio se apreciaba más para la obligada foto y el video de las decenas de periodistas del mundo que viajaron a la cuna donde nació el capo, que una estrategia militar para su recaptura. Ahora es diferente, no hay vehículos artillados pero sí levantamiento de información.

La operación de recaptura del Chapo es desconocida incluso para altos funcionarios de la PGR y del Sistema Nacional de Seguridad. Lo han dicho los mismos excluidos de las reuniones de seguimiento de información, o quienes acatan órdenes de operaciones en las cuales se desconoce el objetivo. Sin embargo, en los datos que inevitablemente se van revelando en algunas de las operaciones de la Marina, es posible conectar algunos de esas aparentemente inconexas acciones. Por ejemplo, el ataque en el motel en Guamúchil donde mueren cuatro personas, dos de ellas menores de edad y una más un empresario de arraigo en la región del Évora; otra, el incremento de la presencia de la infantería de Marina en Badiraguato, concretamente en los accesos a las montañas y el pueblo natal del Chapo, La Tuna; y una tercera que manda un mensaje más preciso, es montar una base en plena cabecera.

MARGEN DE ERROR

(Luz oscura) La luminosidad del proyecto de generación de energía fotovoltaica, de una empresa particular distinta a la paraestatal CFE, se oscureció cuando brotaron un par de manchas negras: la obligación de un contrato a largo plazo con un cliente cautivo, que sería el gobierno estatal, comprometiendo obviamente más participaciones federales; y la ausencia de un estudio de respaldo, que explicara la exhaustiva búsqueda de fuentes alternas de energía.

La iniciativa del Ejecutivo no se diferenció de otras enviadas al Congreso que implicaron en estos cinco años algún tipo de negocio para alguien.

La breve petición del ejecutivo a los diputados llevaba una —el compromiso por 20 años de comprarle a una misma empresa— y no lo otro —el análisis donde se explique porque justamente ese proyecto y no otras alternativas.

MIRILLA

(Entenados) El SNTE —y el PANAL— quedaron huérfanos con la captura de la maestra Elba Esther Gordillo, pero sobraban discípulos destacados que se encargaron de los entenados. SNTE y PANAL han resuelto las sucesiones y cambios bajo la lógica del poder de los grupos en uno y otro lado. Con la influencia de los cacicazgos locales, poderosos en cada estado del país, y con la vigilancia de los grupos nacionales que tomaron el control al encarcelar a la Maestra hace casi dos años, en febrero de 2013.

No puede escatimársele a Elba Esther que fue capaz de proclamarse líder vitalicia de la organización sindical más grande de América latina, que también armó un sistema capaz de trascenderla y no terminar asfixiado en la disputa del control por los muchos alumnos que tuvo.

Le sobraban recursos para mantener a sus profes en una línea: así regalaba Hummers como relojes; hablaba al oído o equilibraba posiciones en los grupos, siempre experta en el pulso político de cada región.

En Sinaloa la elección del Secretario General de la sección 27 fue la de los nuevos tiempos en el SNTE: no resultó electo por unanimidad, 270 votos para Edén Inzunza contra 200 de su cercano oponente; pero no terminó en un pleito ni en sombrerazos. Edén Inzunza, casi un desconocido, terminará por reforzar la ya enconada disputa entre seguidores de Crescenciano Espericueta y José Mendívil.

Adicional al SNTE, la Maestra dejó otro entenado, el PANAL, binomio de la fuerza sindical –—como UAS y PAS, construido en ese aprendizaje—. Las evidentes conexiones los hacen codependientes, los partidos viven gracias al cordón que los mantiene alimentados.

El PANAL, que apoyó al PRI en la sucesión a la gubernatura de 2010, repitió la alianza en la siguiente elección local de 2013, aun cuando en las federales ha llevado candidatos propios. Su mejor elección con datos disponibles, por participar sin alianza, es 2012 al rebasar los 100 mil votos en la contienda por las diputaciones. Pero en la pasada contienda, de 2015, alcanzó solo 29 mil votos para quedar en los rangos del PRD y el Verde.

En la contienda de 2016 todo suma y el PANAL se ve más cerca de una tercera alianza con el PRI que de llevar candidato propio a la gubernatura, por primera vez.

DEATRASALANTE

(Los demonios del Edén) 10 años después de la investigación de la red de comercio y abuso sexual infantil que incluía a poderosos empresarios y políticos, como Jean Succar Kuri y Mario Marín —el gober Precioso, célebre precisamente por feo—, Lidia Cacho, la periodista que evidenció la red estuvo en Culiacán invitada por el periódico Noroeste.

Los demonios del Edén, el libro de esa investigación recientemente reeditado, llevó a la cárcel a Lidia Cacho en diciembre de 2005, pero a Succar Kuri a una sentencia de 113 años de cárcel, la más alta para un delito de esa naturaleza(PUNTO)


(RIODOCE/ Andrés Villarreal/ 20 diciembre, 2015)

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