Raymundo
Riva Palacio
La
difusión de un video que forma parte de la averiguación previa sobre la fuga de
Joaquín “El Chapo” Guzmán, provocó una explosión dentro del gobierno del presidente
Enrique Peña Nieto. Y no era para menos.
El
video difundido en el noticiero Primero Noticias que conduce el periodista
Carlos Loret todas las mañanas en Televisa, colocó al Cisen en el centro de las
responsabilidades y omisiones que facilitaron la evasión. Después de unas 12
horas de transmitido, tras choques palaciegos para determinar cómo controlar el
daño, la PGR condenó la filtración del video. Pero en su escueto comunicado de
deslinde de autoría, la PGR gritó con su silencio.
El
video transmitido en Primero Noticias muestra una sala donde hay una decena de
monitores. Esa sala corresponde a un área en la zona de administración del
penal de El Altiplano, que instaló el Cisen tan pronto como llegó “El Chapo”
Guzmán a esa cárcel después de ser reaprehendido el 22 de febrero del año
pasado en Mazatlán. El Cisen fue responsabilizado por el secretario de
Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para que se hiciera cargo de la
vigilancia personalizada del criminal, por lo que envió a un grupo de 10 monitoristas
cuyo único trabajo era mantenerlo siempre bajo observación.
Aunque
en la transmisión no se aclara a qué dependencia pertenecen los monitoristas,
se puede identificar que son del Cisen. Esta conclusión se establece porque si
bien las imágenes en el sistema de circuito cerrado eran compartidas por el
equipo de monitoreo y videograbación de la División de Inteligencia de la
Policía Federal, que realiza la contrainteligencia dentro de los penales
federales, las del Cisen contaban con audio que les permitía escuchar
prácticamente todas las conversaciones que mantenía “El Chapo” Guzmán dentro
del penal.
El
sistema de la Policía Federal no tenía audio, al haber sido desactivado en 2013
por órdenes del entonces comisionado Nacional de Seguridad, Manuel Mondragón.
El
video revela que los monitores del Cisen en el penal y en el sistema de
redundancia en el cuartel general del organismo, registraban con nitidez los
ruidos de los trabajos subterráneos en la última parte del túnel por donde se
fugó “El Chapo”, pese al alto volumen que mantenía permanentemente Guzmán en su
pequeña televisión en la celda. La televisión, que obtuvo mediante un amparo,
le fue retirada a mediados del año pasado, pero por órdenes de la Comisión
Nacional de Seguridad, se la devolvieron.
En
las imágenes se aprecia a los dos monitoristas que observaban el dormitorio de
“El Chapo”, que no consideraron importante su comportamiento atípico: meterse
en la cama con ropa, levantarse y caminar nerviosamente de su cama a la
regadera, donde se agachaba como si buscara algún objeto. Mientras esto
sucedía, los ruidos que podrían haberse confundido en parte con el de la
televisión, también eran escuchados en el sistema de redundancia en la sede del
Cisen. También se puede observar la lentitud con la que reaccionan cuando
confirman que el interno se había fugado, y todo el tiempo que transcurre para
que den la alerta que activa el Código Rojo.
No
se sabe si el Cisen tenía protocolos de seguridad para una eventualidad como la
que vivieron, pero lo que sí quedó claro en el video es que todo el tiempo en
el que no actuaron, tampoco hubo intervención desde su cuartel general.
El
video confirma la presunta culpabilidad por omisión –al no haber actuado con
celeridad para evitar la fuga- de los dos monitoristas del CISEN que vigilaban
a “El Chapo” en su celda, pero sobretodo colocó al servicio de inteligencia
federal en el centro de la responsabilidad por la fuga.
Hasta
ese momento, los esfuerzos dentro del Gobierno, políticos, legales y
mediáticos, habían buscado deslindar al Cisen de toda responsabilidad por la
fuga, y acotar en los dos monitoristas toda la carga de la encomienda. Las
peticiones porque se llamara a declarar al director del Cisen, Eugenio Imaz,
siempre fueron bloqueadas, así como también se rechazó en los más altos niveles
la propuesta para que fuera cesado.
El
Cisen había sido en la fuga de “El Chapo” como una especie de elefante en la
sala, donde todos veían su responsabilidad pero nadie quería hablar de ella. El
video transmitido este miércoles cambió esa actitud. Frente a sus acciones y
omisiones mostradas por las imágenes, se vuelve altamente costoso que se siga
manteniendo al CISEN en una burbuja.
El
director Imaz tiene que ser llamado a declarar en calidad de testigo para que
informe, por ejemplo, sobre el alcance de su vigilancia, cómo se definió al
equipo de monitoristas, sus controles de confianza, y a quién le entregaban
diariamente los reportes. Es decir, el blindaje que tenían hasta este
miércoles, debe ser desmontado.
El
CISEN fue la institución que resultó más vulnerada por la difusión del video,
que cuestionó la calidad del trabajo de Imaz y el organismo de inteligencia.
Para la PGR, su difusión, pese a la condena por la filtración, empuja hacia
arriba la investigación, al romper las mallas de protección política alrededor
de Imaz y el Cisen, y permitirle a sus ministerios públicos profundizar en la
averiguación.
La
filtración, en este caso, ha sido altamente beneficiosa en la búsqueda de la
verdad de lo que sucedió en El Altiplano y de caminar más hacia la exigencia
del presidente Peña Nieto, de llegar a fondo y encontrar a los culpables, sin
importar qué tan poderosos puedan ser.
(ZOCALO/
COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 16 DE OCTUBRE 2015)
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