MÉXICO,
D.F. (proceso.com.mx).- Encabezados por los noticiarios de Televisa y por
grupos como Milenio, los medios oficialistas han tenido dos distintas
reacciones frente al Informe Ayotzinapa, elaborado por el Grupo
Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI): por un lado, buscan
destacar las “coincidencias” entre la versión gubernamental y la de los
especialistas de la CIDH y, por otro, la descalificación absoluta frente a la
tesis de que no existe evidencia de que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron
incinerados en el basurero de Cocula, Guerrero.
Durante
dos días consecutivos, El Noticiero de Canal 2, de Televisa, ha difundido
imágenes inéditas de la llegada de los normalistas a la estación de autobuses
de Iguala y de los ataques que sufrieron el 26 y 27 de septiembre de 2014, pero
excluyendo la información sobre la participación de elementos militares, de la
Policía Federal y de la policía estatal, tal como se detalla en el informe.
Por
su parte, Milenio y varios columnistas han descalificado las cuatro hipótesis
sobre el paradero de los 43 normalistas y, en especial, al peritaje de
incendios de José Torero, doctor de la Universidad de Berkeley, quien determinó
por las pruebas, evidencias y por la inspección en el basurero de Cocula que
los jóvenes estudiantes no pudieron haber sido incinerados allí, tal como
relató la “verdad histórica” del ex procurador Jesús Murillo Karam.
Citando
analistas y “fuentes” de la PGR, algunos medios han inventado una “quinta
hipótesis”, distinta a las que se expresan en el Informe Ayotzinapa del GIEI:
que una parte de los 43 normalistas fue incinerada en Cocula y otra en un lugar
diferente.
Dos
de los cuatro expertos del GIEI, Carlos Martín Berinstain y Francisco Cox Vial,
rechazan tajantemente lo que ellos llaman “la quinta versión” que ha surgido en
los medios cercanos al gobierno federal.
Lo
que sí se sabe es que el ataque contra los normalistas de Ayotzinapa fue
“masivo, indiscriminado y fuera de toda proporción” en Iguala, Guerrero; que
hubo una coordinación de los cuerpos policiacos y militares en este ataque y
que se minimizaron algunos testimonios y evidencias importantes como las que
señalaban al “quinto autobús”, destacaron los especialistas en sus encuentros
con legisladores, periodistas e integrantes de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos.
LAS CUATRO VERSIONES DEL DESTINO DE LOS
NORMALISTAS
En
las páginas 127-144 del Informe Ayotzinapa los expertos del GIEI sintetizan las
cuatro versiones distintas sobre el destino de los 43 normalistas.
En
primer lugar, destacan que “las declaraciones de los acusados no son lineales
ni congruentes” sobre la versión oficial de que los normalistas fueron
entregados a un grupo de Guerreros Unidos, quienes habrían asesinado y quemado
los cuerpos de los 43 jóvenes, tal como lo afirmó la PGR en su versión pública
de noviembre de 2014 y enero de 2015.
Existen
cuatro versiones de lo ocurrido, de acuerdo con las declaraciones de los
acusados: 1) que los estudiantes fueron llevados a Pueblo Viejo; 2) que fueron
llevados a una casa de seguridad en Las Lomas, de Iguala; 3) el basurero de
Cocula; y 4) no hace referencia exactamente al sitio donde los llevaron sino al
motivo que los condujo hacia Iguala.
1.-Pueblo
Viejo. La versión de la colonia Pueblo Viejo es sostenida por un sicario que
habría participado en los hechos y dos presuntos criminales a quienes se las
contaron de segunda mano. Hay contradicción entre esas versiones, ya que uno
dice haberlos matado el mismo 27 de septiembre en la madrugada, mientras otro
afirma que fueron secuestrados el 29 de septiembre.
2.-Casa
de Seguridad de las Lomas.-Esta versión fue contada por Martín Alejandro Macedo
Barrera, el 4 de octubre de 2014. Según este presunto implicado, Guerreros
Unidos se enteró de la entrada de los estudiantes a Iguala y “aseguraron a 17
estudiantes sin indicar dónde”, a quienes trasladaron a una casa de seguridad
de las Lomas donde les habrían dado muerte. El responsable de ese operativo fue
“El Choky”, quien habría ordenado matarlos con el tiro de gracia en la cabeza y
a otros a golpes. A 7 de ellos “los quemaron por instrucciones del Choky”.
3.-Basurero
de Cocula.-Esta versión constituye la “verdad histórica” de la PGR de Jesús Murillo
Karam, a partir de las declaraciones de cinco procesados. En estas cinco
versiones hay algunas contradicciones porque algunos de los integrantes de
Guerreros Unidos señalan que fueron llevados a una casa de seguridad ubicada en
el Barrio de la Barranca de la Plata y otros a una casa de seguridad en Loma
Coyote.
“Todas
estas cuatro versiones muestran contradicciones sobre las supuestas respuestas
dadas por algunos normalistas en el contexto de amenaza vital y tortura, y se
focalizan sobre quién los envió y por qué”, afirman los expertos del GIEI en el
informe.
De
los cinco, tres declaran el momento en que habrían sido asesinados los
estudiantes. Hay contradicciones y no coinciden sobre la forma de darles
muerte, ni el lugar donde les habrían quitado la vida.
El
GIEI hizo una inspección al basurero de Cocula en junio de 2015 y anotó que “el
basurero se encuentra aproximadamente 45 a 50 minutos de cualquier casa de
Cocula. Desde el punto de vista del ocultamiento de un hecho así, resulta
contrario a la lógica de encubrimiento de un delito que se acerque a un poblado
la evidencia, en lugar de alejarla de donde pueda ser descubierta”.
4.-Cuarta
versión.-Se basa en las declaraciones de Sidronio Casarrubias el Chino, y de
José Javier Brito Catalán, quienes afirman en el expediente que los estudiantes
acudieron a Iguala a “matar a los hermanos Benítez Palacios”, dueños del auto
lavado “Los Peques”, pero todo lo relatado difiere de las constancias
procesales, ya que los hechos ocurrieron a varias cuadras del auto lavado, los
estudiantes no llevaban armas y “no hay ninguna constancia, en ninguna de las
fuentes y testigos, que hubieran tirado cuerpos en la estación”.
El
GIEI mantiene estas cuatro versiones, pero subraya que ninguna es coherente con
los otros testimonios. Sobre todo, desestiman la versión de que un grupo de 17
de los 43 estudiantes habrían sido asesinados y otros golpeados, pero dejados
vivos, y otra versión que señala que un grupo de 15 estudiantes ya habrían
llegado muertos al basurero de Cocula.
(RIODOCE/ Jenaro Villamil / 13 septiembre, 2015)
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