sábado, 19 de abril de 2014

YA NI JÍCAMA NI HORCHATA; O PIDEN PERDÓN O PURAS MICHAS FRÍAS

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* Una familia  renta un autobús para vacacionar en Veracruz y se instala con ocho casas de campaña en la playa de Villa del Mar
 
La familia Flores Moreno visitó por tercera ocasión las playas de villa del mar acompañados de ocho casas de campaña y mil 200 pesos para invertir en las comidas de dos días.

Ellos se instalaron la mañana del viernes santo para permanecer por dos días en la costa del puerto de Veracruz a pesar que de nueva cuenta el ayuntamiento de Veracruz anunció la prohibición de pernoctar sobre la playa.

“La verdad no traemos mucho dinero, somos de Puebla, hemos estado otros años y no hemos sufrido ningún incidente, ya hacemos esto porque no da para más y así evitamos que nos den un mal servicio en los hoteles”, comentó Jorge Flores Moreno, uno de los 45 integrantes de la familia que rentaron un autobús para instalarse en las playas de Villa del Mar.

Entonados al calor de un par de six de cerveza oscura, la familia Flores Moreno acudió a un costado del restaurante “Buchacas” para disfrutar los días de descanso que les ofrecieron en sus empleos ubicados en la ciudad de Puebla.

Jorge lució ruborizado en mejillas y gustoso de charlas con sus 44 acompañantes que dividieron las casas de campaña conforme al tamaño y espacio que se contó a orillas del mar.

Entre sombrillas y un módulo de la Secretaría de Seguridad Pública, los turistas de origen poblano dijeron sentirme más seguros bajo techos de tela plastificada y recostado sobre sábanas repletas de arena y algunos insectos playeros.

“Para venir en familia tenemos que organizarnos de tal forma que todos podamos venir, le soy sincero, pensar en un hotel como tal es difícil, sabemos que hay hoteles que pudiéramos pagar pero no son las mejores condiciones, es mejor y más agradable quedarse en la playa que en un hotel para que nos den un mal servicio”, repitió Jorge.

La seguridad de mantener consigo el asador, la ropa, el ahorro monetario de dos meses, los pañales y el calzado por si se les antoja salir de antro es vigilado por turnos, pues se comparten horarios para mantenerse al tanto en cualquier momento que ingresen al mar o acudan a una regadera pública cercana.

La familia no le teme a los asaltos o robos, Jorge explicó que para ellos los varones se encargan de inspeccionar el área de al menos diez metros que establecieron como hotel improvisado.

“Los turistas no venimos a dar molestias, al contrario, venimos a sentirnos acogidos por ustedes los veracruzanos, queremos que nos apapachen como dicen. Ahorita solo vinieron los de seguridad a querernos quitar que hasta tuvimos un pequeño altercado, pero hasta ahí, dicen que estábamos mal instalados pero lo entiendo por ellos (…), nosotros ya nos vamos en la noche del sábado”, externó. 



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