Elementos de la
Procuraduría General de Justicia de Baja California, adscritos a Mexicali,
entregaron en noviembre pasado el cadáver de una mujer que se encontraba
desaparecida aquí. La familia la sepultó... pero esta semana apareció viva en
Tijuana.
En unas horas Ana
Luisa Hernández Hinojosa llegará a Ciudad Juárez, aunque jurídicamente está
muerta. “Yo sabía que no era ella”, dice más segura que nunca Ana, la hija de
10 años de Ana Luisa.
Ella fue la única
que rechazó la muerte. “Cómo voy a creer si nomás nos dieron un cajón de
madera”, expresa, mientras juega con su hermano entre fierros viejos que los
abuelos venden al kilo.
El padre explica que
por las condiciones del cuerpo carbonizado le prohibieron a la familia que
abriera el ataúd para evitar su exposición, por lo que hicieron el velorio con
el ataúd cerrado. Esto fue lo que más despertó la incredulidad en la niña.
“A quién sepulté, no
sé, para las autoridades de Mexicali fue más fácil aceptar la confesión de un
hombre que investigar”, dice José Hernández, padre de Ana Luisa.
Reportes de la
prensa en Mexicali refieren que una mujer fue asesinada de una puñalada en el
corazón y el cadáver fue encontrado en llamas en una casa abandonada el 15 de
noviembre de 2013 en un terreno del fraccionamiento Los Viñedos.
Ella fue
identificada como Ana Luisa Hernández Hinojosa por su pareja y presunto
asesino. Fue José Miguel quien confesó el crimen.
Los padres de Anita,
como identifican a su hija, explican que ella vivía en unión libre con José
Miguel y un día se fueron juntos de la ciudad.
Aquí se quedaron con
su nieta Ana, quien nació de la relación con un hombre que fue ejecutado, y con
el niño de 5 años, cuyo padre murió de Sida.
“Después de que se
fue, nos llamó a la semana, pero luego dejó de llamar y en noviembre nos habló
este señor José Miguel para preguntarnos que si no sabíamos nada de Anita
porque él no sabía nada de ella”, dijo.
Días después José
Miguel se volvió a comunicar para pedirles que fueran a Mexicali a identificar
el cadáver de Anita porque estaba muerta. Con grandes sacrificios los padres se
trasladaron a esa ciudad y comparecieron ante el Ministerio Público para identificar
el cuerpo.
Tras platicar con
ellos y decirles la clase de vida que llevó con su pareja y explicar que él fue
quien los llamó, los agentes convencieron al matrimonio para que citaran a José
Miguel en el Semefo e identificar juntos el cuerpo.
Fue así como lo
arrestaron, luego confesó el crimen, y aunque a los padres les tomaron muestras
de saliva y sangre para las pruebas de ADN, ellos nunca conocieron los
resultados.
El padre dijo que su
hija tenía un diente despostillado y eso bastó para que la autoridad entregara
el cuerpo y luego los apoyó con los gastos funerarios.
La pareja se vino en
la carroza fúnebre con el cuerpo en el ataúd y aquí le dieron sepultura a una
mujer que ahora ignoran quién es.
La prensa en
Mexicali destacó que los agentes de la Unidad Especializada Contra la
Delincuencia Organizada recabaron evidencias derivadas de los errores cometidos
por José Miguel y lo arrestaron como presunto responsable de su muerte.
Los investigadores
entrevistaron a vecinos de la pareja y éstos informaron que el hombre era muy
violento y que en varias ocasiones golpeó a su mujer. Los detectives tendieron
una línea de investigación por el lado pasional.
Notas periodísticas
refieren que “el autoviudo aseguró que el cuerpo era el de su esposa sin haberlo
visto, ya que nunca ingresó a la morgue a identificarla, por lo que se otorgó
la orden de aprehensión correspondiente que cumplieron los elementos de la
Unidad Especializada Contra la Delincuencia Organizada sin mayor contratiempo”.
El hombre fue sujeto
a proceso penal y está preso en Mexicali.
Pero, hace una
semana llegó una mujer a tocar a la puerta del hogar de la familia Hernández
Hinojosa, ubicado en la colonia El Granjero.
“La señora llegó a
la colonia desde las 9 de la mañana y dio con nosotros hasta la 1 de la tarde,
me dijo que me traía unas cartas de mi hija y yo le pregunté cómo que de mi
hija si ella está muerta, entonces ella me dijo que no era cierto, que estaba
viva y me entregó las cartas”, narra el padre.
La joven les explicó
que su pareja la maltrataba y la tenía amenazada de muerte, que en la última
golpiza ella huyó a un centro de rehabilitación de adicciones para hombres y de
ahí la canalizaron a otro centro en Tijuana, donde permaneció los últimos tres
meses oculta. Ana Luisa ignoraba que sus padres la daban por muerta y que su ex
pareja estaba encarcelada.
“Mija no manches,
cómo, a quién enterré entonces”, fue lo que el padre le gritó a su hija cuando
hablaron por teléfono.
“Es mi Anita”, dice
feliz. Ana Luisa habló con sus hijos que lloraron de felicidad al oírla, los
niños le contaron que iban al sicólogo para su taller de duelo por su muerte.
“Es mucho el daño
que nos hicieron”, dicen los padres.
Don José habla de lo
que padecieron estos últimos cuatro meses. Su empleo ocasional como albañil le
permite obtener menos de 100 pesos diarios. Ayer sus nietos no habían almorzado
porque carecían de gas y “ni para huevitos” había.
La familia obtuvo
apoyo, sólo sicológico, de la Unidad de Atención a Víctimas y aunque han pedido
una despensa, se las negaron porque el supuesto homicidio de su hija no ocurrió
en esta ciudad.
Los abuelos apenas
estaban en proceso de obtener la custodia legal de sus nietos, lo cual ahora se
complica, ya que la madre está viva pero jurídicamente muerta.
“Mañana (sábado)
llega mi hija, no sabemos qué va a pasar, cómo le vamos a hacer, pero ella
viene a quedarse con su familia, es una joven buena”, afirman los padres,
mientras sus nietos esperan con ansia el momento de la reunión.
Ahora, el problema
será para las autoridades, que deberán recuperar el cuerpo e identificarlo.
Personal de la
Fiscalía de la Mujer explicó que al no estar muerta la supuesta víctima, el
Ministerio Púbico debe sobreseer el caso y poner en libertad al acusado. Además
deben reponerle la personalidad jurídica a la víctima, quien legalmente está
muerta.
(L. Sosa/El
Diario)
(Luz del
Carmen Sosa/ El Diario | 2014-02-21 | 23:18)
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