La Viña Señor
La
lucha por la dirección municipal solaztequina en el puerto es una pugna
entre hermanos. Al final de cuentas todo quedará en familia, cuando la
disputa se da, al menos hasta el momento, al interior de ese especie
Estado dentro del Estado –si la comparación vale—que es la corriente
Nueva Izquierda en el PRD.
Dicha
tribu es también conocida como “Los Chuchos” por ser liderada por el
exguerrillero Jesús Zambrano Grijalva y Jesús Ortega, un cuadro político
forjado a la vera de Rafael Aguilar Talamantes en el PST, luego
conocido por el ferrocarril por sus siglas PFCRN –o algo así-, un
partido de los llamados antaño paraestatal o satélites, que junto al PPS
y el PARM, a la que sumó fuerzas la Corriente Democrática del PRI,
conformaron en 1988 el Frente Democrático Nacional en apoyo de la
candidatura del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, en ese reinvención que se
conoció como neocardenismo y que puso en jaque la elección de Carlos
Salinas de Gortari, un tecnócrata neoliberal que al asumir la
candidatura ofreció “política, mucha política, política moderna” y que
actualmente ha revivido los fantasmas del pasado: Manuel Camacho, su
ideólogo desde los tiempos estudiantiles en que eran conocidos como “Los
Toficos”, aquellos dulces identificados con el slogan “¡Uy que ricos!”,
el EZLN, los asesinatos de Colosio y Francisco Ruiz Massieu, el “error
de diciembre” y la sombra del expresidente Zedillo, a quien ha dedicado
varias obras.
Feudo del Tragabalas
El
Tragabalas, desde la campaña de 1997 en que pretendió la gubernatura de
Sonora y cuyo saldo –siempre bajo sospecha de un empujuncito desde el
gobierno de Beltrones-- permitió al partido agenciarse un buen número de
alcaldías y diputaciones locales, en un avance sin precedentes para la
izquierda sonorense, se alzó como el dueño y señor del PRD en la entidad
y su corriente se convirtió en el grupo hegemónico al interior en
detrimento de otras tribus como las de Juan Manuel Avila, Edgar Iram
Sallard, Raynaldo Millán, el Diablo, Guadalupe Curiel y otros.
De
allá a la fecha, ha corrido mucha agua y el partido ha ido de menos a
más, pues se acabaron aquellas épocas heroicas en que la izquierda
sudaba la gota gorda para difundir sus posiciones a favor de la
dictadura del proletariado o cuando el extremismo y la “ultra” al calor
de experiencias como la Revolución Cubana o la guerra civil en Nicaragua
con el FSLN, organización armada fundada por Carlos Fonseca Amador y
Tomás Borge o la que envolví a El Salvador con el FMLN antes de los
acuerdos de paz del Castillo de Chapultepec, hicieron posible el
radicalismo de grupos como la Liga Comunista 23 de Septiembre o los
Enfermos de Sinaloa, cuya consecuencia fue el exterminio sangriento de
dichas opciones armadas a través de entidades como la Brigada Blanca.
El fantasma de la ruptura
Ahora,
en el PRD el fantasma de la ruptura ronda la puerta a pesar de que en
dos ocasiones –2006 y 2012-- aliado con el PT y Movimiento Ciudadano, en
elecciones presidenciales llevando a AMLO como candidato ha quedado
como segunda fuerza electoral a nivel nacional, un evento nada
despreciable.
Por
lo pronto a Los Chuchos debe abonarse a su paso por el control del
partido la división con la salida de El Peje y su gente, quienes
conformaron MORENA y se preparan a dar la pelea en 2015, en una
peligrosa disputa de los votos duros de la izquierda y en donde el PRD, a
pesar de su maquinaria electoral y la cohesión de los miembros de Nueva
Izquierda, cuya imagen se encuentra muy deteriorada luego de su
incursión en el Pacto por México y de la aprobación de reformas
regresivas como la miscelánea fiscal, un Frankenstein que no alcanzan a
explicar a plenitud.
Así
las cosas, no resulta extraño que dos facciones de dicha corriente
velen armas en busca de dirigir el partido en Guaymas, lo que
significaría contar con posiciones estratégicas para alcanzar de una a
tres regidurías y párenle de contar, toda vez que los perredistas
porteños han sido incapaces de conformarse en una opción electoral seria
ante las ciudadanía, luego del fracaso de “El Gobierno de Ciudadanos”
de Sara Valle (1997-1999), los desfiguros de la excandidata Norma Castro
Salguero, entregada en cuerpo y alma a la administración de Antonio
Astiazarán, en la que fue regidora, la salida de viejos cuadros como el
profe Antonio Torreblanca, Santos Alberto Tarín o Heriberto Aguilar
Castillo –por citar algunos-- hacia Morena o las pugnas internas entre
los diversos grupos locales: Pepeluches, Diablos, Yitos, Torreblancas,
etc.
Del PRD tricolor al azul
Así
como anotábamos que todavía pesa la sospecha de haber estado metida la
mano de Manlio en el ascenso del PRD en 1997, con quien trabajó por
cierto Clemente Avila Godoy, patriarca del clan empalmense y cuyo
objetivo último fue heredar en la gubernatura a Armando López Nogales,
en el gobierno de Eduardo Bours fungieron a buen nivel en el sector
educativo perredistas como el exalcalde rielero Jesús Avila y Reynaldo
Rodríguez o el apoyo al Plan Sonora Proyecta de Juan Manuel Sauceda y
ahora con Guillermo Padrés de solaztequinos como Edgar Iram Sallard y el
apoyo a los proyectos legislativos del PAN como el COMUN por parte de
la diputada Hilda Alcira Chang Valenzuela, que la tiene con un pie fuera
del partido y en el puerto el exdirigente Porfirio Villa Brito,
incrustado en el Conalep por decisión de su mentor Guadalupe Curiel o de
Margarito Santiago en el ISEA yOliver Flores Bareño en la Dirección de
Alcoholes en pago a su colaboracionismo en la administración de César
Lizárraga Hernández y su apoyo a la candidatura de Manuel Aguilar Juárez
en 2012.
Como se ve los perredistas saben que “es un error vivir fuera del presupuesto” como decía el clásico
Pelea entre hermanitos
Por
eso para algunos avezados observadores la lucha entre Clemente
Rodríguez del grupo del profesor José Guzmán López González y Eva
Languré apoyada por el grupo de su marido Santiago Margarito El Yito y
Oliver Flores, ambos exdiablos y apoyadores bajo el agua de la
candidatura a la alcaldía de su mentor José Ordaz Aguiar, en 2006, será
un enfrentamiento entre “chuchos”, es decir al interior de Nueva
Izquierda y por eso se mueven soterrada o abiertamente según conviene y
sellan alianzas tanto dentro como fuera del partido.
No
falta mucho para ver que tribu porteña traga más pinole, hace morder el
polvo a su contraria y se agencia el control del partido de cara al
estratégico proceso electoral de 2015 en donde el PRD en su carácter de
partido bisagra, habrá de vender como la Aventurera caro su amor para
inclinar la balanza entre los partidos grandes, el PAN y el PRI, en
donde el primero va por la permanencia y el segundo viene por la
revancha y su retorno al poder estatal.
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ Columna la Viña del Señor/ Viernes, 21 de Febrero de 2014 09:57)
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