miércoles, 8 de enero de 2014

MUERTOS DEJAN DE SER NEGOCIO EN CIUDAD JUÁREZ





Ante el descenso de homicidios en esta ciudad, funerarias, florerías, panteoneros y marmolerías han visto bajar su actividad comercial y han tenido que buscar nuevas estrategias o abaratar costos para poder hacer su negocio rentable.

Durante el 2013 fueron asesinadas 485 personas, siendo la cifra más baja de los últimos seis años, periodo en donde el 2010 registró 3 mil 115 homicidios.

En la funeraria Latinoamericana Recinto Funeral, la época de violencia hizo que los empleados tuvieran que pedirles a las familias de los fallecidos que esperaran hasta dos días para poder preparar el cuerpo del difunto, pues eran muchas las personas que morían y además por la manera en que perdían la vida se requería de más trabajo en cada cuerpo.

Por ejemplo del 2007 hasta el 2010 teníamos cerca de ocho servicios inmediatos al día porque no podíamos más, teníamos lista de espera para atender los cuerpos; muchas personas esperaban días para que su familiar estuviera listo para el velorio y entierro, no nos dábamos abasto”, dijo la encargada de la funeraria, quien solicitó su anonimato.

Indicó que la demora en preparar los cuerpos era porque la empresa sólo tiene una sede y el personal era insuficiente, además de que los cadáveres quedaban muy dañados por el tipo de muerte violenta y se invertía más tiempo en su acondicionamiento.

Ahora la funeraria ofrece la mitad de servicios que en el 2008. “Varía mucho, pero si pudiéramos decir una cifra sería uno, en ocasiones dos al día, mucho menos de lo que veníamos haciendo; lo regular es 31 servicios al mes, en los meses más violentos llegamos a tener 62 en un mes”, dijo.

El conteo periodístico indica que los homicidios tuvieron un desplome desde el año 2011, cuando se registraron 2 mil 086 personas asesinadas; para el 2012 bajó hasta 751, llegando a los 485 del año pasado.

Alberto Rodríguez, del departamento de Mercadotecnia de Mausoleos Luz Eterna, empresa dedicada a la venta de servicios funerarios inmediatos y a futuro, así como cremaciones, dijo que han estado batallando para lograr ventas, pues el número de decesos ha sido bajo y por ende pocas personas acuden al lugar.

“En lo que respecta a la venta de servicios inmediatos, es decir de un día para otro, sí hemos notado una baja significativa en la cantidad de ventas: en diciembre de 2012 teníamos cerca de 15 ya vendidos y en este año que acaba de terminar fueron 10”, dijo Rodríguez.

Indicó que también la entrada en vigor de la reforma fiscal —en la que el Impuesto al Valor Agregado subió al 16 por ciento en la frontera— ha puesto a las funerarias en jaque, pues deben disminuir sus costos para que con el alza los precios queden similares a los del año pasado.

“Hemos bajado los costos de los servicios para que no se nos eleven mucho y evitar que los clientes se vayan con otra empresa, tratamos de no afectarlos tanto; también tuvimos que ofrecer cosas extras en los servicios, como promociones, para que la gente tuviera un incentivo”, señaló.

Del 2012 al 2013, cuando se registraron 5 mil 772 homicidios, fue la época de auge para las florerías que se encuentran cerca de los panteones.

María García Medina, de 40 años, trabaja en un pequeño puesto frente al panteón Recinto de la Oración vendiendo coronas de flores. Ella notó también la disminución de muertes violentas en la venta de sus arreglos.

“Ande, las cosas ahorita están bien flojas, hace unos dos o tres años no nos dábamos abasto con la vendimia, pero ahorita sí está muy baja la gente”, dijo la mujer.

María ve en la baja de homicidios una encrucijada, pues por una parte se siente bien de que no haya demasiadas muertes, pero por otra lucha porque las ventas de su negocio le den el dinero suficiente.

Un enterrador del Panteón Jardines Eternos también dijo haber notado el descenso de los homicidios, pues en la época donde los asesinatos sobrepasaban los 50 en un mes, sus brazos sufrían las jornadas paleando para poder cavar una tumba.

“Ahorita está bien la cosa, casi no hay funerales que tengamos que atender, antes había montones, de hecho varios compañeros ya no trabajan porque éramos demasiados y ahora ya no hay tanta chamba”, dijo.

Desde el año 2010, cuando se registró el mayor número de asesinatos, los homicidios han ido descendiendo gradualmente. De 3 mil 115 bajó hasta 485 en el 2013, lo que representa un 84 por ciento menos.

Los negocios que giran en torno a la muerte han visto una baja significativa en sus ventas, pero varios de los trabajadores entrevistados dijeron que siempre habrá “chamba”, aunque no sea como antes.

(Jesús Salas/El Diario)
jsalas@redaccion.diario.com.mx

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