Nancy es uno de los sobrevivientes del fatal camionazo ocurrido el pasado 25 de diciembre a la altura de la empresa DEACERO, percance en el que perdió el brazo derecho, dejándole secuelas de por vida; sin embargo, Nancy asegura que la “tragedia navideña”, como se le ha llamado al penoso accidente, no le quitó las ganas de seguir viviendo y lucha por recuperarse y poder continuar con su planes de superarse.
El reloj marcaba las 7:10 de la mañana cuando en compañía de su tía y su primo abordaron el camión de la línea Transportes del Norte. Con sentimientos encontrados se dirigía a Aguascalientes, triste porque acudía a hacerle compañía a su tía y madrina de confirmación en su última morada.
Pero también alegre, pues en su bolsa guardaba más de 11 mil pesos, dinero que con trabajo y esfuerzo juntó para que su madre se pudiera hacer un examen de tiroides que le solicitaba el médico. “Ya vamos para allá y te llevo el dinero para tu examen”, le dijo a su madre María Elena Morales la última vez que habló con ella antes de abordar el camión de pasajeros.
Las pertenencias de Nancy fueron entregadas a su padre Ángel Lara Esparza, sin embargo, el dinero ya no está y dos muñecas Barbie que llevaba, una para su hermana que está por cumplir 8 años y la otra para una prima de edad similar, también desaparecieron.

“Llevaba 11 mil pesos y se me perdió mi celular. En mi mochila traía 8 mil pesos; en un sobrecito rojo con azul puse otro tanto y en mi bolsa izquierda de mi chamarra traía otro poco para lo que se pudiera ofrecer, y en la bolsa derecha traía el celular.
“Iba platicando con mi amigo Érick por WhatsApp, me dijo ‘te cuidas mucho y cuando llegues me avisas’”, cuenta.
Incluso relata que unos jóvenes eran acompañados por un par de perritos que hacían reír a los
pasajeros.
Después le dijo a su primo que dormiría un rato, y fue entonces cuando sobrevino el accidente. No recuerda mucho, sólo que su primo le pedía que aguantara, que la ayuda estaba por llegar.
“‘No cierres los ojos’, me decía porque al parecer mi tía estaba muerta. ‘No cierres los ojos, no te duermas’, me repetía. Yo me sentía muy cansada y sólo repetía ‘no me quiero morir’”. Cuenta entonces que ya no supo más.
Relata que cuando despertó estaba en terapia intensiva, buscó su brazo y fue ahí cuando se dio cuenta del porqué sentía aquel tan intenso dolor instantes después del accidente.
El día 31 de diciembre por la tarde la trasladaron a un cuarto.Cuenta que no pudo dormir pues tuvo pesadillas. Desde entonces le medicaron tranquilizantes y los días han pasado más serenos. Come poco por ella misma.
Cinco meses llevaba trabajando para una señora en Monterrey cuidando a un niño de 7 años. Se dedicaba al cuidado de niños para apoyar económicamente a sus padres, además de que, platica, no gastaba todo lo que ganaba pues procuraba tener un ahorro.
Junto con su amigo Érick tenía planes de estudiar la preparatoria nocturna y trabajar por las mañanas, cursar una carrera para buscar un mejor futuro y encontrar un lugar en donde vivir juntos y compartir los gastos.
‘ELLA NOS HACE FUERTES’
“Es muy lista”, apuntó su madre María Elena Morales. Cuando se le descomponen los aparatos en casa, ella es quien los arregla, asegura.
Platicó que le hicieron dos operaciones porque tenía afectado un pulmón y tenía una hemorragia interna. “El doctor me dijo ‘le sacamos medio litro de sangre de la hemorragia’, y nos dijeron que ya estaba fuera de peligro, Gracias a Dios”.
Dice que Nancy ya habla y respira un poco mejor, sólo queda pendiente lo del brazo pues su piel sufre mucho. Esperan no sea necesaria otra operación. “Ayer se llevaron una muestra de lo que secreta de la herida para analizarla”.
Nancy le dice a su mamá que está triste, pues ella es la que les ayudaba y la que daría estudios a sus hermanas de 8 y 17 años.
“Ella nos motiva, nos hace fuertes, mi esposo trabaja en su labor y dependemos mucho del clima”.

(ZOCALO/  Yadira Leos /04/01/2014 - 06:00 AM)