La Paz– Mario César
Telechea Fuentes denunció que la Procuraduría General de Justicia del Estado
(PGJE) extravió el cadáver de su amigo, un ciudadano estadunidense de nombre
Lyle Alton Renner, nacido en Dakota del Sur el 11 de marzo de 1935 y quien
murió el pasado jueves 21 de noviembre en el Hospital General con
Especialidades Juan María de Salvatierra. Sus amigos buscaron darle entierro,
pero luego de una serie de trámites burocráticos y supuestos traslados del
cuerpo, los ministerios públicos perdieron al occiso.
Cada año Lyle Alton,
quien vivía en Oregon, venía a La Paz para pasar los tiempos de frío. Durante
varias temporadas rentó un espacio con el señor Mario César Telechea y al cabo
de los años se convirtieron en grandes
amigos.
“En el invierno de
2012 las cosas fueron distintas, porque Lyle me confesó que se había enamorado
de la chica que le hacía el quehacer; me dijo que volvería este año para vivir
sus últimos años en una casa propia que su nueva amada le construiría con el dinero
que enviaría durante el año, dinero de su pensión”, expresó César Telechea.
Sin embargo, al
regresar a La Paz, Lyle Alton Renner se encontró con que había sido estafado;
“no había casa, no había dinero y, por supuesto, no había mujer, Lyle se tiró
al vicio, no dejaba de beber. Un día, cuando volví de trabajar, lo encontré
tirado en el suelo, se había caído y había perdido el conocimiento; lo llevé al
hospital y el médico me dijo que Lyle tenía poco tiempo de vida, pues su hígado
estaba destrozado”.
Ese día jueves 21 de
noviembre Lyle ingresó al hospital y no salió con vida.
“Este año llegó y
llegó mal; con lo de la muchacha se fue para abajo, en lo moral, en todo, se
fue para abajo bien feo”, dijo.
Es en ese momento
cuando inició el duro proceso de intentar ofrecer sepultura a Lyle Alton.
Telechea Fuentes se comunicó con la familia Renner para enterarlos de la
noticia, pero asegura que los de aquel lado le respondieron que el viejo tenía
planes de morir en México y que no contaban con dinero suficiente para viajar
hasta la media península y hacerse cargo de los gastos. El consulado mexicano
recibió la misma respuesta.
Mario César Telechea
intentó recoger el cuerpo del hospital y llevarlo al panteón para que fuera
enterrado bajo una lápida con su nombre y no en la fosa común, pero el
nosocomio le informó que entregó el cuerpo a la
Agencia del Ministerio Público, en donde, luego de más de una semana de
visitas y entrevistas postergadas para entregarle los restos, le confesaron que
apenas llegó Lyle, fue extraído sin autorización, por no se sabe quién, para
ser llevado a un destino desconocido.
“Los del consulado
me dijeron que los parientes no quieren nada de él, que ellos le dijeron que se
iba a ir a morir a La Paz, que no se fuera ¿Y ahora qué va a proceder?, les
dije. Me dijeron que como los familiares no tenían dinero para llevarse el
cuerpo, si yo podía, que yo me encargara de él, y les dije, claro que sí, yo
quería enterrarlo al día siguiente.”
(EL DIARIO,
EDICION JUAREZ/ Excélsior | 2013-12-13 | 07:27)
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