Álvaro Delgado/ Proceso
MEXICO, D.F.
(apro).- Con la disputa de casi mil millones de pesos en prerrogativas como
fondo, ya sin la nómina federal, la “guerra” entre las facciones de Felipe
Calderón y Gustavo Madero tendrá un nuevo capítulo en la Asamblea Nacional que,
este fin de semana, celebrará el Partido Acción Nacional (PAN), en la que otros
líderes buscarán conformar una “tercera vía” interna para que éste deje de ser
una “mala copia del PRI”.
Acusados de
“entreguistas” al gobierno de Enrique Peña Nieto por el grupo de Calderón, que
se reagrupa para tratar de arrebatarle el control del PAN, Madero y su grupo
–integrado por personajes vinculados a casinos y de la organización El Yunque–
buscarán el aval de los 5 mil delegados a su proyecto de estatutos, en una
jornada que se anticipa convulsa.
La Asamblea Nacional
Extraordinaria convocada para el sábado y el domingo próximos, que se teme
pueda ser “reventada” por los opositores a los nuevos estatutos, –como ya
ocurrió en el Consejo Nacional del sábado 9–, pretende fijar nuevas reglas para
los militantes y dirigentes de ese partido.
Hundido en la peor
crisis de su historia de casi 74 años, el PAN celebra esta Asamblea Nacional
luego de perder la Presidencia de la República y caer al tercer lugar en la
elección del año pasado, pero también de perder más de 80% de su membresía que,
desde el 2000, creció desmesuradamente.
Justamente la
afiliación es uno de los aspectos que los nuevos estatutos tratan de controlar,
sobre todo porque la corrupción interna generalizó las afiliaciones
clientelares, porque representa la base para la elección de candidatos y
dirigentes, mecanismos que también están en revisión en el proyecto de reforma
promovido por Madero.
Otra parte de la
disputa se centra en la elección de los integrantes del Consejo Nacional, el
máximo órgano de dirección del PAN y que elige al presidente y a parte del
comité nacional, que Madero y sus allegados quieren seguir controlando y que
Calderón y su facción buscan recuperar.
Apenas el sábado 2,
el Consejo Nacional no pudo seguir sesionando por falta de quórum y no se
aprobó el proyecto de Madero, quien debió proponerlo al CEN, el lunes 11, donde
se aprobó en lo general, pero también sufrió una derrota: Se desechó su
propuesta de que la mitad de los integrantes del Consejo Nacional sean elegidos
en asambleas estatales y no en la nacional.
Antes del rechazo a
su propuesta, Madero explicó que la idea de que los consejeros sean elegidos en
asamblea estatales pretende “federalizar mucho al partido y darle un mayor peso
específico a donde más crecimiento tiene”.
–¿Y por qué ha
levantado tanta ámpula esto?
–Pues como todo,
¿no? Aquí los que salen muy beneficiados son los que participan a nivel
federal. ¿Esto qué significa? El problema que se origina en esta propuesta es
que cuando llegas a la Asamblea Nacional te presentan una lista de 300 nombres
que muchos ni siquiera conocen, y entones tienes que votar por mucha gente que
no conoces”.
En efecto, en las
asambleas nacionales los grupos elaboran listas de personas que se entregan a
sus allegados, a menudo clientelas, para que se conviertan en consejeros que,
luego, elegirán al presidente y a parte de los miembros del CEN.
Otro de los cambios
propuesto en los estatutos es que el CEN proponga 30 consejeros, lo que se ha
interpretado como una maniobra que a Madero le daría poder si es que aspira a
reelegirse como presidente, en la elección de diciembre próximo, que sería sólo
por dos años, porque otra de las reformas es que las siguientes dirigencias
sean definidas después de cada elección federal.
Sin embargo, según
dirigentes, el problema del PAN no es que haya nuevos estatutos, sino que tiene
que ver con el comportamiento ético de sus integrantes, que han demostrado ser
capaces de todo con tal de ganar una candidatura, una dirigencia o un cargo.
“No son las reglas”
“El problema no son
los estatutos, son las personas y, en específico, Gustavo Madero”, aclara Juan
José Rodríguez Prats, quien acusa a éste y al grupo de Calderón de haber
desdibujado al PAN.
“La única
posibilidad de rescatar al PAN es una tercera opción”, advierte el ex senador,
quien públicamente se pronunció por postergar la Asamblea Nacional, pero
reconoce que los liderazgos que coinciden están muy dispersos.
Rodríguez Prats
confirma que personajes como Ernesto Ruffo, Fernando Canales Clariond, Carlos
Medina Plascencia y José Luis Coindreau han tratado de articular una corriente
para convertirse en una “tercera vía”, pero no se ha logrado consolidar.
Para Rodríguez
Prats, el problema del PAN es de oficio y de operación política, más que de
reglas internas como los estatutos, que para otro panista, el senador Javier
Corral, se trata de una propuesta que no representa la “cirugía mayor” de la
que se habló luego de la derrota por la Presidencia.
José Espina, por su
parte, lamentó que la reforma a los estatutos implique desparecer la Comisión
Nacional de Elecciones, que preside desde su creación, para que sea el CEN el
que decida sobre los procesos electorales internos para seleccionar candidatos,
como se hacía antes.
“No se aprendió a
jugar con una pelota redonda y ahora se pretende jugar con una pelota
cuadrada”, censuró Espina.
Hay panistas que
consideran que todos los miembros del CEN y del Consejo Nacional deben
renunciar para que, auténticamente, pueda haber una renovación, y entre ellos
se encuentran el exsubsecretario de Gobernación Juan Marcos Gutiérrez y el
exsubprocurador Juan Miguel Alcántara.
Alcántara: “Si el
PAN no es capaz de exigir cuentas a sus gobiernos, a sus dirigentes y por
supuesto a la propia militancia respecto del cumplimiento de sus deberes
estatutarios, estará debilitándose aún más, con el riesgo de perder el alma y
desaparecer del escenario público, como ya han desaparecido otros partidos en
América y Europa por actuaciones de sus funcionarios y dirigentes muy
semejantes a las que estamos viviendo”.
Si el PAN quiere
recuperar el rumbo, “actualizar sus cartas de navegación”, debe asumir las
enseñanzas fundacionales, afirma Alcántara:
“Cuando una conducta
o línea política se aleja de los ideales, principios y valores fundamentales,
hay que renunciar a tal línea o conducta si se quiere mantener la identidad
verdadera. De lo contrario se da un engaño esencial bajo apariencias de
continuidad en contra del bien común del pueblo”.
El problema es que,
aprecia, hay en la dirigencia “autismo, fatiga e insensibilidad para encontrar
una evaluación autocrítica y reconocer que es parte del problema para encontrar
una solución, por lo que deben considerar su renuncia.
“Si los responsables
formales de la conducción del partido no tienen la disposición de contrastar
los resultados de su actuación con las exigencias que su cargo tiene, desde el
punto de vista ético, electoral, de la formación de cuadros técnicos y políticos,
lo lógico es que se plantee, en conciencia, su renuncia.”
El PAN, que este año
recibirá 857 millones de pesos para actividades ordinarias y específicas,
tratará de desahogar estas inquietudes en la Asamblea Nacional, aunque hay
quien insista en que el problema del PAN es de carácter ético.
Uno de ellos es Luis
Felipe Bravo Mena, quien fue presidente del PAN cuando, en el 2000, ganó la
Presidencia de la República y quien considera que al PAN le urge una
“rehabilitación ético-cívica”.
“El problema no está
en las reglas”, expuso en entrevista con el diario La Jornada, el lunes 11.
–¿Dónde está?
–En las personas y
la manera en que se entiende militar en el PAN. Cuando pones por encima de la
ética el lograr un puesto público, ganar una competencia interna a como dé
lugar, entonces la mejor norma la echas a perder. Hay que hacer una
rehabilitación ético-cívica del partido.
–Eso es difícil.
–Tenemos que
convencernos de que es así o no hay salida. O es así o no hay PAN. Será otra
cosa, una organización política que va a ir dando tumbos hasta que desaparezca.
En el fondo lo que el partido necesita es volver a ser PAN y no una “mala
copia” del PRI.
Manzanera-Madero
En vísperas de la
sesión del Consejo Nacional del sábado 2, el polémico panista Jorge Manzanera,
quien fue operador electoral de Calderón y lo es de Roberto Gil Zuarth, envió a
los consejeros nacionales un correo para oponerse a la reforma de estatutos,
porque, aseguró, violenta los procesos democráticos.
Sin mencionarlo,
Madero lo fustigó y afirmó que los que se oponen a los nuevos estatutos son
“aquellos que lo que están queriendo hacer es defender sus intereses o sus
cuotas”.
Y añadió:
“Permitimos que se deteriorara nuestra militancia con afiliaciones masivas que
devinieron en una mayor falta de identidad y en un clientelismo que empoderaba
a unos cuantos que no entendieron que nuestro fin primordial al frente del PAN
es cuidar al PAN y servir a los ciudadanos”.
En respuesta,
Manzanera le envió una carta en la que le recuerda cómo él impulsó a diputaciones
y senadurías “a colaboradores cercanos a ti”, como Rodolfo Dorador, Jorge
Villalobos, Arturo Salinas y Rubén Camarillo, así como a la senadora Laura
Rojas.
Y sobre las
afiliaciones masivas, le recordó que, en el Consejo Nacional, “se denunció y
aportó pruebas que hacían presumir la existencia de una afiliación masiva a
través del director del Registro Nacional de Miembros, Iván Paul Garza Téllez,
durante tu actual gestión como presidente del partido”
Manzanera también le
recordó las designaciones que hizo el CEN el año pasado: Candidatos de mayoría
al Senado en 24 estados, candidatos a diputados de mayoría en 142 de los 300
distritos y candidatos a diputados federales plurinominales en 21 entidades.
“Como podrás
apreciar no fueron pocas las designaciones que se pretendían y que
afortunadamente la autoridad jurisdiccional dio la razón a la militancia del
partido que recurrió esta pretensión al haberse violentado los estatutos y
reglamentos vigentes en el partido”.
Subrayó: “En la
propuesta de reforma estatutaria se elimina el proceso democrático de selección
de candidatos como regla general de los procesos internos y se le brinda mayor
espacio a las designaciones. Debemos privilegiar la democracia en el PAN no
sólo en el discurso, la excepción no podemos convertirla en regla”.
Luego de señalar que
no se deben concentrar más facultades en el CEN, Manzanera juzga: “El grado de
conflictividad interna ha radicado en el abuso de los dirigentes en el ejercicio
de sus funciones al no cumplir como autoridad lo que mandatan los estatutos y
reglamentos dejando al militante sólo la opción de recurrir ante los
tribunales”.
(PROCESO/Álvaro Delgado/ 15 de marzo de 2013)
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