martes, 5 de febrero de 2013

LIBERAR DE MAFIA AL PENAL COSTÓ LA VIDA DE 8 CUSTODIOS EN EL CERESO 1 DE CHIHUAHUA



Martín Orquiz
La lucha por el control interno en el penal de Aquiles Serdán (al sur de la ciudad de Chihuahua), o Centro de Reinserción Social número 1 (Cereso 1), se libró tanto en el interior como en el exterior, lo cual provocó el homicidio de ocho elementos de Seguridad y Custodia, así como el desmantelamiento de bandas internas que les cobraban a los internos hasta por trabajar.

Incluso, la vigilancia a través de cámaras tuvo que ser retirada a los custodios para entregar el sistema a personal calificado que no tiene comunicación ni acceso con los presos o sus parientes y así evitar cualquier tipo de posibles arreglos ilegales.

Aunque familiares de reclusos han denunciado el cobro de distintas cantidades por ejercer derechos que son gratuitos, portavoces de la Fiscalía de Ejecución de Penas afirman que no existe ninguna denuncia sobre la situación.

En cambio, tienen la hipótesis de que las acusaciones surgieron debido a la molestia que causó el que les hayan quitado el poder intramuros a los prisioneros.

Agregan que situaciones irregulares, tales como la alimentación diferenciada entre los reos, tuvieron que ser erradicadas para obtener una certificación que convirtió a ese centro penal en un modelo que será implementado en otros estados de la República Mexicana.

Sin embargo, para lograrlo hubo que pagar una cuota de sangre.

Reportes periodísticos indican que el 14 de octubre de 2010, sicarios a bordo de una camioneta Nitro blanca, una pick up Durango y una Expedition roja emboscaron al supervisor de Seguridad y Custodia del penal de Aquiles Serdán, al coordinador, así como a cuatro celadores, en las calles Revolución Cubana y Fecam de la colonia Juan Güereca.

Tras el atentado, ocurrido a las 7:20 de la mañana, custodios del segundo turno en el penal se negaron a laborar hasta que les garantizaran medidas de seguridad apropiadas a su labor.

Los agresores se llevaron dos armas cortas calibre 9 milímetros y un fusil G-36 que portaban los elementos del penal.

Los asesinados fueron Jesús Miguel García, de 39 años, coordinador de Seguridad y Custodia; Jorge Luis Chávez Moreno, de 35, supervisor; así como los agentes de custodia Marco Antonio Chávez Adame, de 25; Mario Alberto González Medina, de 32; Nicolás Ontiveros Muñoz, de 52;  y Félix Suárez Lara, de 41.

En otro evento el 3 de marzo de 2012, presuntamente relacionado con la guerra por el control del penal, escoltas de la dirección fueron acusados de atacar a balazos al instructor de la Escuela Estatal de Policía, Aarón Ramos Pérez, quien repelió la agresión y quedó herido.

La versión que dieron los presuntos atacantes a la Policía fue que dispararon en contra del instructor porque lo vieron armado y desconocían de quién se trataba. Testigos indicaron que al parecer hubo otros tiradores.

Policías persiguieron a los agresores del instructor y lograron saber que se trataba de escoltas porque se refugiaron en el penal de Aquiles Serdán.

El instructor ya había sufrido un atentado a balazos el 22 de enero de 2011, el comandante de Asuntos Internos de la Fiscalía General Zona Norte, Sergio Manuel Torres Gallegos y el agente Elías Méndez Lozano que lo acompañaban, murieron durante la agresión.

Diez días después, el 13 de marzo de 2012, un comando armado ejecutó a dos custodios del penal, cuando esperaban el transporte del reclusorio en el estacionamiento del centro comercial del bulevar Fuentes Mares y avenida Independencia.

Los custodios privados de la vida eran Saúl Vázquez Medina, de 45 años, y Cutberto Chávez Rodelo.

Las autoridades de la penitenciaría de Aquiles Serdán instrumentaron un sistema de rotación entre el personal de seguridad y custodia, incluso entre los mandos, explicó el portavoz de la Fiscalía Especializada en ejecución de Penas, Jorge Cháirez Daniel.

Cada mes, o incluso en semanas, se hace el movimiento del personal. Incluso, si los encargados de la vigilancia de los custodios notan “situaciones raras”, enseguida se realiza la permuta, señaló.

El funcionario mencionó que una de las estrategias que ayudó a tener el control en el penal es la creación de un grupo de inteligencia, cuyos integrantes están al pendiente de lo que ocurre intramuros de la cárcel.

“Algo muy útil en las tareas de vigilancia interna fue la creación del Centro de Control y Comando Penitenciario, instancia que tiene el control de todas las cámaras del circuito cerrado que existe en los penales del estado”.

Dominaban todo

Las autoridades, afirman, retomaron por completo el control del penal donde antes se cobraba hasta porque los internos trabajaran.

Este tipo de incidentes surgieron ante la opinión pública, tal como ocurrió el 16 de marzo de 2011, cuando internos del penal se inconformaron por los malos alimentos que les servían y tomaron como rehén al encargado de la cocina, a quien mantuvieron privado de la libertad hasta que fue liberado por custodios del reclusorio.

El hecho generó una intensa movilización de policías de todas las corporaciones, al pensar que se trataba de un motín.

Luego, el 15 de febrero de 2012, una mujer fue asesinada durante la visita conyugal por un recluso que intentó suicidarse posteriormente.

Tras el hecho se descubrió una red de prostitución, ya que la fallecida visitaba a varios reos como si fuera su pareja sentimental.

La mujer asesinada fue identificada como Ana Heli Murillo Bañuelos, a quien la autoridad le encontró varios permisos para entrar a la visita conyugal con diferentes internos, trascendió.

Junto al cadáver de la mujer, se encontró gravemente herido el reo Alberto Guadalupe Reyes García, quien luego de privar de la vida a cuchilladas a su visitante trató de suicidarse.

El 18 de marzo de ese mismo año, familiares de internos denunciaron la supuesta corrupción por parte de directivos y custodios, ya que tenían que pagar por obtener privilegios y servicios que son gratuitos.

Dijeron que pagaban mil 800 pesos por el código de acceso que todo familiar debe tener, mil 500 pesos para tener un horno de microondas, mil pesos por contratar servicios sexuales de fuera del penal, 600 pesos por la noche conyugal, 350 pesos por tres horas de visita conyugal, 100 pesos por ingresar al penal sin dificultades, 100 pesos por “un pase” de droga, y 15 pesos por un cigarro de tabaco.

El 16 de octubre de 2012, un custodio del penal fue detenido por agentes de la Policía Única acusado del delito de extorsión, luego de que familiares de un reo que fue extraditado de Estados Unidos lo denunciaron.

El presunto extorsionador fue identificado como Pedro Villanueva Lucero. Había al menos otro custodio involucrado en el caso.

La detención de Villanueva Lucero ocurrió en el exterior de la tienda Walmart sucursal Fuentes Mares, a donde acudió a recoger 5 mil pesos.

Los afectados denunciaron que estaban siendo extorsionados por personal de custodia del reclusorio de Aquiles Serdán, quienes amenazaron con matar a su familiar que se encuentra preso en dicho penal en caso de no recibir el dinero que les pedían.

Días después, el 28 de octubre del año pasado, más familiares de internos denunciaron ser víctimas de actos de extorsión ejercidos por custodios para permitir el ingreso o prolongar el tiempo de visita en el interior del reclusorio.

De acuerdo con sus declaraciones, los visitantes afirmaron que algunos de los custodios les piden 200 pesos para ingresar de manera rápida a visitar a sus familiares presos, e incluso en ocasiones al estar adentro les piden 100 pesos para durar más tiempo.

El portavoz de la Fiscalía da a conocer que en meses anteriores se descubrió que había dos bandas que extorsionaban en el interior, tanto a los internos como a sus familiares.

“Les cobraban por trabajar, por hacer muebles o cuadros les quitaban 50 ó 100 pesos, dependiendo de lo que hacían les exigían cobro”, menciona.

Esos grupos, explica, fueron desarticulados.

Algunos de sus miembros fueron enviados a otros penales federales del país, mientras que otros a cárceles de diferentes partes del estado.

Pero sobre nuevas situaciones irregulares, asegura que no hay denuncias oficiales y vislumbra la posibilidad de que los reos inconformes utilicen a sus parientes para simular situaciones en venganza, porque se les ha quitado el control interior.

Ahora, dice Cháirez Daniel, las entradas son controladas.

“Han expresado inconformidad porque se controlan las visitas, antes entraba el tío, el sobrino, el amigo, hubo casos en los que entraban hasta 20 personas a visitar a un interno”, recuerda.

Además, los constantes operativos que se realizan en el interior de los penales han funcionando muy bien para realizar la búsqueda de artículos prohibidos, de los que se han asegurados muchos, indicó Cháirez.

“Se cambiaron muchos parámetros, muchos protocolos y se aplicaron nuevos y más efectivos”, dijo.

El funcionario asegura que, debido al éxito obtenido, la Conferencia Nacional del Sistema Penitenciario, el penal de Aquiles Serdán será modelo para aplicarse en otras penitenciarias y se pretende que al menos en cada estado de la República Mexicana haya una prisión con las mismas características.

Los primeros en visitar el Cereso 1, esta semana, serán los representantes de Baja California, Chiapas y Oaxaca.

Acerca de las quejas expresadas por los familiares de los internos, afirma que no tienen ninguna, ni siquiera por Derechos Humanos.

“No existe ningún registro, sólo lo que nos dicen, ningún documento que diga que hay problema, porque aquí no se les cobra a nadie. Se cobra cuando se extravía, cuando se pierde o se daña su credencial, pero es un costo mínimo para su reposición, las credenciales son parte del protocolo”, dijo.

“Vamos a hablar claro, si vienen y nos da una queja, la investigan, pero hasta ahora no hay ninguna queja a ese respecto”, declaró.


(El Diario /Martín Orquiz/05 de febrero 2013)

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