miércoles, 23 de enero de 2013

MUERE LA LUCHADORA RITA GAYTÁN




Gabriela Soto
La mañana de ayer, a los 83 años de edad, murió la señora Rita Gaytán, quien luchó durante más de 36 años por encontrar a su hijo Henry López Gaytán, quien fue secuestrado por la policía el 15 de julio de 1976, en el marco de la llamada Guerra Sucia, que el Gobierno mexicano libró en contra de los movimientos sociales de la época y de la guerrilla.

Junto con doña Chuyita Caldera, muerta en junio de 2006, y decenas de madres con hijos desaparecidos, doña Rita Gaytán luchó durante décadas por la presentación de los desaparecidos políticos.

En enero de 2007, Ríodoce entrevistó a doña Rita, donde relata los esfuerzos que hace para mantenerse en la lucha, a pesar de que ya para entonces estaba mal de salud.

He aquí el texto:

La mentira y el cinismo permean a la Fiscalia Especial sobre Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp), y parece que la justicia a las madres y demás familiares de los desaparecidos en la década de los 70´s en Sinaloa, no llegará pronto.

Doña Rita Gaytán Núñez, de la Unión de Madres con Hijos Desaparecidos y a quien el gobierno le “secuestró” a su hijo Henry López Gaytán, resume certera: todo es una farsa.

Casi postrada en su cama por la anemia, la osteoporosis y mil enfermedades más –como ella dice—y sin dinero para atenderse, acusa que juegan con el dolor de ellas, y se aprovechan de sus apremiantes necesidades de ayuda económica para sobrevivir.

Pero a pesar de ello se mantienen firmes en su exigencia de que así como se los llevaron, les regresen vivos a sus hijos, grito justiciero que seguro taladra oídos e historia.

En el ocaso de sus vidas, a estas sufridas mujeres sinaloenses les siguen mintiendo. Les miente el fiscal especial Ignacio Carrillo Prieto y la mayoría de sus funcionarios. Primero les prometieron que los responsables en Sinaloa de la “guerra sucia” serían puestos a disposición de los tribunales y que se sabría el destino de sus hijos.

Pero a casi cuatro años de supuestas investigaciones no hay muchos avances, a pesar de que la entidad es la tercera en importancia por el número de víctimas y por la efervescencia social que en aquellos años se presentó tanto en campo como en la ciudad.

Las expectativas que les crearon de que iban a volver a saber de sus vástagos ya se diluyeron y de la esperanza nacida cuando el presidente Vicente Fox creó en noviembre del 2001 la Femospp, han pasado a la incredulidad surgida por los días que pasan sin noticias, y a la indignación justa.

También les dijeron que el Gobierno les daría servicios médicos, y otros apoyos, pero tampoco han llegado. Mientras, las madres con hijos desaparecidos son carcomidas por la desesperación del pasó del tiempo.


Todo es una farsa del Gobierno, dicen

“Como a nuestros hijos --dice doña Rita Gaytán Núñez-- a nosotras también nos olvidaron”. Y parece que para su desgracia así es. Las olvidó la autoridad, y los servidores públicos que las representan y que en total desvergüenza, cuando se paran frente a ellas, les espetan más mentiras y estupideces, exentos de conciencia.

Ella, como otras mujeres y familiares de desaparecidos políticos, clama ayuda. Sobre todo asistencia médica tan imperiosa por sus edades y congojas vividas en los últimos 30 años.

La piden, no porque mendiguen un trozo de socorro gubernamental, sino porque existen instrumentos legales que obligan a la autoridad a otorgar esta ayuda. También porque con aire de benefactor e insistentemente se las ofreció el fiscal Ignacio Carrillo Prieto.

 “Al principio me dieron apoyo médico, pero luego se fueron como el cangrejo, se fueron haciendo para atrás y después ya no me daban nada. El doctor me recetaba pero ya no me pagaban las medicinas”.

“Eso les pido yo, que si no hay medicinas en el Hospital General, me den un vale para ir a una farmacia comercial, yo no tengo para comprarlas”, expone. Y así como ella están decenas de madres y parientes de las víctimas de la “guerra sucia”.

--¿Qué es lo que tiene doña Rita”

--Ay hijo, ¿qué no tengo?

“Tengo osteoporosis, no puedo caminar, tengo anemia, además necesito lentes, con estos que traigo ahorita no puedo ver bien, ocupo un aparato auditivo y necesito una pensión alimenticia porque no tengo ni para comer”.


--¿Desde cuando cesó el apoyo, desde cuando no tiene trato con la gente de la Fiscalía?

--Hace mucho que dejaron de ayudarnos. Hace tres meses vino uno de la Fiscalía y me dijo que iba a ir a México para hablar con el fiscal para gestionar otra vez los apoyos. Nomás ofreció y nunca hubo nada. Están jugando con nosotras que ya estamos viejas y cualquier día nos morimos sin saber de nuestros hijos y sin nada.


--¿Entonces la fiscalía ni les ha podido encontrar a sus hijos y castigar a los delincuentes, ni siquiera es capaz de brindarle una mínima ayuda?

--Y en mi caso tanto es culpable el Gobierno del Estado, como la Federación, porque los dos se los llevaron una mañana del jueves 15 de julio de 1976--, dice con dolorosa precisión.

--¿Confía en que haya apoyos?

--No, no, no... Es una farsa todo. Lo peor es que yo necesito ayuda porque vivo arrimada con uno de mis hijos.

De la mentira al cinismo oficial

Con la encomienda de investigar y fincar responsabilidad a ex funcionarios públicos que participaron durante la llamada “guerra sucia”, en 2001 el Gobierno Federal creó la Femospp, y atajó la posibilidad de formar una Comisión de la Verdad, que indagara y desenmascarara lo que realmente pasó durante los agitados años de finales de los 60, la década de los 70 y principio de los 80.

Pero además se le asignó la tarea de velar por las necesidades materiales y de salud de las madres, cosa que al menos aquí en Sinaloa resultó ser una quimera y una falsa expectativa.

Mario Ramírez Salas, encargado del área de asistencia social a las familias víctimas de la “guerra sucia” de la Femospp sortea con múltiples pretextos el incumplimiento de esta responsabilidad de parte de las autoridades.

A pesar de que fue normado en su cargo porque supuestamente fue integrante de la Liga Comunista 23 de Septiembre, y tendría más sensibilidad para atender su encargo, justifica sin sonrojo el abandono inhumano en que están las mujeres.

En el caso de Sinaloa explica que los apoyos se suspendieron porque la fiscalía no ha podido firmar un convenio de colaboración con el gobernador Jesús Aguilar Padilla.

Recuerda que con Juan Millán sí se dieron algunos apoyos y servicios médicos a través del Hospital General, pero al término de su mandato, también terminaron las atenciones. Insiste que todo es un problema “técnico” que pronto se va a resolver y que ahora sí los apoyos van a fluir  para todas las madres y sus familias.

Luego se trata de escabullir del reportero y acusa a que son “infundios” las denuncias de las madres.

“Sí se les está apoyando, no les creas todo” dice en fiel expresión de la mentira y el cinismo oficial.”Todo esta bien, todo esta bien”, insiste.

(RIODOCE.COM.MX/ Redacción  / Miércoles 23 de enero de 2013)








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