La verdad es que
ayer me tomó por sorpresa la renuncia de Claudia Pavlovich Arellano a la
dirigencia estatal del PRI, no porque no supiera que algo se cocinaba en torno a
la lidereza del tricolor, de quien ya dije es la única segura en la fórmula
senatorial del tricolor.
El punto es que tino y el timming político que
escogió Claudia la verdad es que me tomaron desprevenido.
No es posible que
en medio de lo que se asume como una crisis política e institucional derivada de
la falta de acuerdos para sacar adelante el paquete económico para el año que ya
corre, uno de los presuntos protagonistas del debate se haga a un lado y diga
"con permiso pero yo me voy a mi proyecto".
Eso me habla de dos cosas, por
una parte indolencia de parte de la ahora ex presidenta priista, o peor aún, me
muestra que en realidad nunca estuvo en la jugada y que el problema en torno a
la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para el 2012, en realidad es
producto precisamente del desorden que se cargan los diversos liderazgos al
interior del PRI, donde además la Pavlovich solo era una figura decorativa,
porque nadie le hacía ningún caso.
El problema del PRI es que hay demasiados
liderazgos y al final del día eso se traduce en una lógica de tribus, al estilo
del PRD, dónde cada quien jala por su lado, de acuerdo a sus proyectos y sus
intereses políticos.
En alguna columna anterior le platicaba que hay varios "pris", no nada más uno que se podía identificar como el de Claudia Pavlovich, y
ese es el problema de fondo, porque por parte de los "operadores políticos" del
gobierno del estado, encabezados por supuesto por Héctor Larios, simplemente es
imposible lograr acuerdos con fantasmas.
Y es que mire, por una parte está el
PRI de Eduardo Bours Castelo, el exgobernador que no acaba de irse y para hacer
patente su presencia hasta su grupo tiene entre los diputados de la alianza, con
gente como Otto Claussen, Flor Ayala, Carlos Rodríguez Freaner y otros más para
defender sus intereses y hacer ruido en las negociaciones, por otra parte está
el de Roberto Ruibal, que de alguna manera está bien apuntalado con Ricardo
Mazón, uno de los factores económicos importantes del estado, pero sume usted
ahora al PRI de Enrique Peña Nieto, al que ya se subió Ernesto de Lucas Hopkins,
o el de Ernesto Gándara Camou, que sigue sembrando en su proyecto de convertirse
en cabeza de fórmula del PRI para el Senado.
En pocas palabras hay "pris" hasta
para tirar para arriba y en esa confusión, a Claudia Pavlovich le tocó la de
perder, con una presidencia que duró efímeros 14 meses, en dónde nunca hubo un
rumbo o un proyecto y a consecuencia de ello, podemos entender ahora por qué el
otrora partidazo, no ha entendido como puede ejercer responsablemente ese
trabajo que se llama ser la principal fuerza de oposición, pues es un trabajo
muy importante que se debe ejercer con responsabilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario