Por la desaparición de un carro con
droga, “El Pedrín” ordenó el asesinato de la familia Ledezma en la colonia
Libertad de Tijuana; el presunto responsable del delito entre criminales fue el
único que sobrevivió al ataque. En el Hongo, delegación de Tecate, el agente
Rafael Valenzuela fue asesinado con la misma AK-47 que mataron a “El Puma”, ex
líder de sicarios del CJNG
Familia reunida para
conmemorar la vida y muerte de una abuela y el cumpleaños de un joven, fue
acribillada en la colonia Libertad de Tijuana por un robo de droga. El criminal
que encontró y se quedó con una carga de enervante que “no era de su propiedad”
sobrevivió al ataque e intentó culpar a las malas compañías de su sobrina
política de la balacera.
“Yo creo el incidente fue en
contra de `Lalo’ (Mario Eduardo Alonso Carrillo, asesinado en la escena), novio
de la sobrina (Lourdes Martínez, también acribillada el 26 de julio) de mi
esposa”, dijo primero el sobreviviente, de nombre Fernando Zúñiga “El Pina”.
“Mario alias `El Cuate’, ex
novio de mi sobrina, con él tuvimos problemas (hace dos años), lo corrimos y
dijo que iba a valer madres”, comentó después.
“Hace cinco años mataron a mi
hermano, andaba en malos pasos vendiendo droga”, manifestó a manera de buscar
más culpables.
Era viernes 26 de julio
cuando parientes radicados en México y otros con residencia en Estados Unidos
se habían reunido en la colonia Libertad. El dueño de la casa,
Fernando Zúñiga, dijo que
para festejar el cumpleaños de su hijo “Richie”, por lo cual iniciaron a las
tres de la tarde.
Otros de los participantes
refirió que estaban en el lugar para conmemorar el aniversario luctuoso “de una de las abuelas”,
incluso afirmaron que temprano fueron al panteón a visitar la tumba.
En Tijuana, mil 333 personas
ha sido privadas de la vida en el transcurso de 2019. Julio cerró con 233
ejecutados, superando al mes anterior, cuya cifra llegó a 217 homicidios, según
estadísticas de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
La casa que horas más tarde
se convirtió en escena del crimen, está ubicada en el número 12776 del cañón
Emiliano Zapata de la colonia Libertad, Delegación Otay. Es el domicilio de la
familia Zúñiga Ledezma y fue identificada por los vecinos como un punto de
venta de droga, “Mucha gente entraba y salía”, “El señor dizque tenía un taller
mecánico pero no trabajaba”, “Esa familia no hacía ronda con los vecinos”, son
algunos de los testimonios.
Además, antes del 15 de marzo
de 2013, fecha en que fue capturado, esa casa era uno de los tantos puntos de
droga en los cuales Melvin Gutiérrez Quiroz “El Melvin”, sentenciado a 25 años
de prisión, cobraba cuotas.
El viernes 26 de julio de
2019, la mayor parte de la familia estaba reunida en un patio colmado de basura
donde colocaron sillas plegables. Pasadas las nueve de la noche, en ese espacio
de la propiedad estaban Fernando Zúñiga Ulloa “El Pina”, su mujer María Johana
Ledezma y los hijos de ambos, Jazmín y Ricardo Zúñiga Ledezma, todos hacían de anfitriones. Los acompañaban María
León de Lourdes Martínez (sobrina), Mario Eduardo Alonso Carillo (novio de la
sobrina) y María Guadalupe Ledezma, cuñada del propietario.
Dentro de la casa o en la
calle, estaban también dos niños, otros dos familiares varones y una mujer que
viven en California, Estados Unidos, quienes no fueron agredidos.
Aproximadamente a las diez de
la noche, todos los que estaban en el patio fueron baleados por dos sicarios y
los siete cayeron, pero no todos murieron en el lugar. Al ataque únicamente
sobrevivieron la cuñada María Guadalupe, quien después falleció en el hospital,
y “El Pina”, cuyas heridas no pusieron en peligro su vida.
De acuerdo a versiones de
testigos, los asesinos llegaron en un auto Lincoln color blanco que era
conducido por un hombre de mediana edad que no llevaba la cara cubierta y usaba
anteojos. Se paró frente al domicilio y del auto descendieron dos hombres
encapuchados con rifles del tipo R-15, se plantaron frente a las víctimas y sin
más descargaron sus armas, después vieron a una familia en la casa de enfrente,
caminaron hacia ellos unos pasos para regresar, subir al auto y huir.
En la escena los peritos
encontraron 18 casquillos calibre 223. La joven hija del “Pina”, Jazmín, yacía
en el piso boca arriba, a escasos centímetros, cerca de su cabeza los pies de
su hermano, quien cumplía años. Ricardo también quedó tendido con la cara hacia
el cielo, a un lado del joven su madre Johana en similar posición. A su costado
derecho, dos más sentados, primero
Eduardo Alonso Carrillo y a su lado derecho, más al fondo, Lourdes Martínez
(sobrina de la dueña de la casa). Entre otras heridas, todos -menos
Ricardo- presentaban tiros en la cabeza.
Dos charcos de sangre más
fueron revisados por los peritos, estaban justo entre la entrada a la casa y
los cinco cadáveres. Uno correspondía a Guadalupe Ledezma, quien murió en el
hospital, y otro al sobreviviente Fernando Zúñiga Ulloa.
En la escena, “El Pina”
aseguró que estaba de espaldas a la entrada y no vio llegar a los atacantes, lo
hirieron de manera inmediata y por eso cayó al piso y no pudo reconocerlos.
VÍCTIMAS CON ANTECEDENTES
En conferencia de prensa el
lunes 29 de julio, el secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana,
Marco Sotomayor, dijo a representantes de los medios de comunicación que los
homicidios de la colonia Libertad eran consecuencia de un pleito entre grupos
criminales.
“La gran mayoría de los
muertos eran familiares, algunos de los que estaban en el lugar tienen
antecedentes penales por temas de narcomenudeo, robo de vehículos. Sin embargo,
familiares de estas personas no tenían antecedentes penales y desafortunadamente
fueron privados de la vida”, expuso.
Tras una consulta a las bases
de información, resultó que solo dos tienen historial delictivo. El fallecido
Eduardo Alonso Carrillo, de 41 años de edad, quien recibió más heridas -cinco
en total-, tenía tres averiguaciones previas en su contra: la 256-14-220 por
daños en propiedad ajena; 4392-06-200 por portación de arma prohibida y
544-14-211 por violencia familiar.
El sobreviviente, Fernando
Zúñiga Ulloa, de 31 años, fue investigado en dos carpetas: la 2833-12-203 por
portación de armas y 7-03-205 por robo de vehículo.
DROGA ROBADA
Pese a que “El Pina” no
recibió heridas mortales y es considerado un delincuente menor por parte de las
autoridades, los investigadores no dieron por cierta -pero la incluyeron en la
carpeta- su versión de que Mario Eduardo Alonso Carrillo era el objetivo del
ataque.
De hecho, las versiones de
otros testigos y familiares iniciaron
una segunda hipótesis que se está investigando como línea principal.
Aunque no definieron si lo
robaron, lo encontraron o se los llevaron, los testigos hablaron de un vehículo
con droga, e indicaron que Fernando Zúñiga les hizo saber que él y su socio
delictivo al que solo identificaron como “El Gordo” lo tenían en posesión días
atrás y estaban buscando donde esconderlo.
Incluso sin pedir permiso
decidieron meterlo al patio del tío de uno de ellos, un hombre que tiene
trabajo honesto en Estados Unidos y se la pasa toda la semana del otro lado de
la franja fronteriza. Cuando regresó y encontró el carro en su propiedad, les
ordenó que lo sacaran.
Lo que sucedió después con el
auto y su presunto cargamento de droga forma parte de las investigaciones.
El segundo dato que están
corroborando es la identidad del dueño de la mercancía ilegal de quien sabían,
andaba buscando a los responsables de su pérdida. De inicio el criminal dueño
de la droga y jefe de los matones fue identificado únicamente como “El Pedro”
y/o “El Pedrín” y su segundo, “El Furcio”.
MINISTERIAL ASESINADO CON MISMA ARMA QUE MATARON A
SICARIO DEL CJNG; FUE “ATAQUE DIRECTO”
El lunes 29 de julio, como
todos los días, los agentes Jesús Rafael Valenzuela Chávez y Edgar Ibarra
firmaron en una de las instalaciones centrales de la Subprocuraduría en Tecate
y salieron en la única patrulla 4×4 que tiene la corporación en ese municipio.
Se dirigieron a las oficinas en El Hongo, donde el primero se desempeñaba como
agente investigador contra el delito de robo y el segundo como responsable de
la Unidad de Trámite Masivo de Casos. Solo ellos dos y una mujer que es
personal de apoyo usan las oficinas ubicadas en la calle Jalisco, a la altura
del Ejido Baja California en el poblado Luis Echeverría Álvarez, pero ella
tenía licencia médica.
Cámaras ubicadas en la misma
calle de la Subprocuraduría y en otra paralela videograbaron a los dos carros
que se usaron en el operativo criminal. Filmaron al Chevrolet Saturn guinda que
pasó en varias ocasiones frente a las oficinas de la Procuraduría General de
Justicia del Estado y después se estacionó a unos metros para esperar la
llegada de los agentes. También grabaron la camioneta Cherokee que los siguió,
esta pasó dos veces más por la ruta usada por los oficiales.
Los matones esperaron que el
pick-up diera la vuelta en “u” y se estacionara frente a las pequeñas
instalaciones de la fiscalía, lo que sucedió poco antes de las 10:30 am.
Valenzuela Chávez, quien conducía, bajó con las llaves del auto en una mano y
un termo con agua en la otra. Del lado del copiloto, Ibarra alcanzó a tomar su
arma.
Los homicidas echaron a andar
el auto hacia donde estaban los ministeriales y al mismo tiempo les disparaban.
Valenzuela no tuvo oportunidad y cayó inmediatamente. Ibarra, herido en un pie,
corrió disparando y se resguardó a un costado de las oficinas. En ese momento
hizo la llamada a su base para notificar el ataque. Cuando el auto de los
asesinos quedó frente a la patrulla, salió y volvió a dispararles antes de que
los matones huyeran con rumbo a La Rumorosa.
A partir de la llamada de
auxilio, por la distancia la ayuda tardó 40 minutos en llegar, y fueron agentes
de la Policía Ministerial. La Municipal llegó 20 minutos después y, más
tarde, personal del Ejército y de la
Policía Estatal Preventiva hicieron recorrido por varias horas en brechas, del
lado americano también hubo apoyo, pero no se detuvo a nadie.
De acuerdo a su expediente,
pese a ser “bronco” para realizar su trabajo, bien y con resultados, Valenzuela
no tenía ni denuncias ni antecedentes en
su contra. Las primeras hipótesis tras el crimen fueron que el ataque provenía
del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), porque dada su actividad, ha sido
el cártel al que más criminales les han detenido en fechas recientes, además de
que tienen una pugna interna por el control de la zona rural de Tecate.
Sin embargo, después que el
reporte balístico revelara que el arma AK-47 usada para quitarle la vida al
ministerial fue la misma con la que el 27 de febrero asesinaron en El Hongo a
José Jovany Ortiz Covarrubias “El Puma”, ex líder de sicarios del CJNG en
Tecate, se abrió otra línea de investigación.
En la fiscalía estatal les
resulta difícil creer que los del CJNG,
encabezados por Danny Isaac Ortiz Covarrubias `El Moreno´ o su gente, tengan el
arma con la que mataron a su hermano, aunque no podemos descartarlo, pero
también estamos investigando la posible participación de los operadores de
Sinaloa como Aarón Carrasco Palomares.
Investigan a los responsables
de la muerte del “Puma”, presuntamente asesinado por haber matado a la esposa,
el cuñado y el hijo de José Humberto Acosta Gallegos “El Güero Leches”.
INVESTIGAN HOMICIDIO PRESUNTAMENTE ENCUBIERTO POR PEP
Que en el Ministerio Público
“están pidiendo dinero para arreglar el expediente” y que los agentes de la
Policía Estatal Preventiva involucrados “están ofreciendo dinero para que los
exculpen”. Ambas versiones se refieren al incidente reportado el 23 de julio de
2019, cuando la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Baja California
reportó que a las dos de la mañana, atendiendo una denuncia en un
domicilio en la Carretera Vieja a
Tecate, frente al fraccionamiento Margarita Residencial, elementos de la corporación
fueron recibido a balazos por José Miguel Morales Torres, de 26 años y lo
abatieron.
Sin embargo, el cadáver de
Morales estaba desnudo, a un lado localizaron un rifle que no había sido
percutido. A lo que se suma la versión de la esposa de la víctima, quien
asegura que ella estaba en la cama con el occiso cuando los uniformados
abrieron la puerta de su casa a la fuerza y fueron sorprendidos por tres
elementos que los separaron. Vio cómo uno de los oficiales llevaba encañonado a
su esposo, luego se escuchó el primer disparo, seguido de un segundo tiro.
Los primeros indicios indican
que el primer disparo se le escapó por negligencia al oficial, disparando a
quemarropa en un costado de Morales; en la herida quedó un tatuaje que indica
la cercanía del arma y que hubo un segundo tiro para tratar de encubrir el
error y pretender que la víctima los atacó y se defendieron.
Julio César Sánchez García es
el nombre del agente involucrado y fue recientemente nombrado comandante
operativo en Tijuana. Ex militar, cuenta con la simpatía de la tropa y hasta la fecha registraba antecedentes
negativos.
VERSIÓN SSPE
Con relación al citado
incidente, mandos de la corporación estatal negaron de manera rotunda que se
trató de algún disparo accidental; se debió a una respuesta a una agresión
previa en contra de los oficiales, orillando a uno de ellos a disparar para
defenderse del ataque.
De igual forma, se afirmó que
hay completa coordinación con la Procuraduría General de Justicia del Estado
para trabajar en conjunto y esclarecer los hechos.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/ INVESTIGACIONES ZETA LUNES, 5 AGOSTO, 2019
01:00 PM)
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