Foto:
Agustín Reyes
El
anfiteatro del Servicio Médico Forense de Tijuana recibe más cuerpos por
homicidio que cualquier otra ciudad del país, con 2 mil 582 asesinatos desde
2017. A la carga de trabajo para la decena de médicos que realizaron más de mil
autopsias en los primeros tres meses de 2018, se suma la falta de apoyo del
Poder Judicial en tecnología, presupuesto y equipo
No
hay ciudad en el país donde más hombres, mujeres, niños y adolescentes
asesinados lleguen a la morgue que en Tijuana. En 2017, se registraron mil 780
homicidios dolosos, de acuerdo con la Secretaría de Seguridad Pública del
Estado que, junto a una comparativa de datos de la Secretaría de Gobernación,
sitúan a este municipio en el primer lugar nacional en asesinatos.
A
esa cifra se suman los 802 homicidios dolosos registrados del 1 de enero al 9
de mayo de 2018, según información de la Procuraduría General de Justicia del
Estado (PGJE).
Tampoco
hay otro municipio en México donde más personas mueran en ataques con armas de
fuego. Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública indican que, en 2017, mil 180 personas murieron a causa de uno o más
disparos de armas de fuego en esta ciudad fronteriza.
El
número de ejecutados representa una sobrecarga de trabajo para personal del
Servicio Médico Forense (Semefo) y lo sitúa como el que más víctimas de
homicidios recibe en el país para determinar causas de muerte y así aportar
elementos científicos que la procuraduría pueda utilizar para resolver estos
crímenes.
Tan
solo de enero a marzo de 2018, los diez médicos legistas que componen la
plantilla de Semefo en esta ciudad han realizado mil 45 autopsias.
Desde
las corporaciones de seguridad pública, el alto número de cuerpos que llegan se
explica como la consecuencia de la pelea entre Cártel de Sinaloa, Cártel
Arellano Félix (CAF) y Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) por el control de
la venta y tráfico de droga en Tijuana.
Pero
el trabajo no solo es titánico en términos de carga de trabajo, personal
forense labora en pobres condiciones. No reciben suficiente hilo, guantes o
bisturís, ni siquiera cuentan con una impresora a color para plasmar las
fotografías de los cuerpos que, a su vez, se anexan a las carpetas de
investigación para ayudar a entender cómo murió una persona.
A
estas carencias tan elementales, hay que añadir un presupuesto insuficiente,
que es 30 por ciento menor que el de Semefo Mexicali, donde se realizan 90 por
ciento menos autopsias que en Tijuana.
BUSCANDO BALAS
El
lunes 7 de mayo, en menos de ocho horas, cinco cadáveres encontrados en las
calles de Tijuana fueron trasladados a la morgue. Uno de ellos presentaba solo
dos impactos de bala. En comparación a otros cuerpos recibidos en el último
año, con hasta 15 impactos de bala, este parecía ser un trabajo no muy
complicado.
Foto:
Cortesía.- Tijuana, la ciudad del país con más homicidios cometidos con arma de
fuego
Cuando
se trata de cuerpos que presentan heridas por proyectil de arma de fuego, si la
bala atravesó y salió del cuerpo, el trabajo del médico legista es precisar los
orificios de entrada y salida, así como ofrecer una descripción de la
trayectoria y las heridas ocasionadas, principalmente.
Pero
cuando la bala permanece dentro del cuerpo, el trabajo es más minucioso. El
método a seguir consiste en ubicar hematomas, que indican el punto donde la
bala provocó alguna herida interna, para iniciar la disección y llegar hasta el
objeto. Y si la bala se fragmentó, entonces se deben recuperar los pedazos de
metal que la componían.
En
el caso del hombre que perdió la vida a causa de dos disparos, uno directo a la
cabeza y otro que se almacenó a la altura del pecho, el que perforó la región
cefálica, logró salir, pero el otro quedó dentro.
Tomó
dos días a los médicos legistas encontrar la bala que había logrado perforar
uno de los pulmones e incluso dañar el corazón. Los cortes iniciaron en la
región lumbar, de la columna vertebral hasta llegar a la región toráxica.
La
recuperación de las balas dentro del cuerpo resulta esencial para la
investigación del homicidio, se le considera evidencia balística forense que
permitirá al Ministerio Público determinar cuál fue el arma con que se cometió
el asesinato.
Y
este es el tipo de trabajo que más se realiza en el Servicio Médico Forense,
casi la mitad de los cuerpos que se trasladan ahí, presentan heridas de arma de
fuego.
Información
proporcionada a ZETA indica que de 543 autopsias que se practicaron en el
primer trimestre de 2018, como parte de las investigaciones por homicidios
dolosos, en 403 se determinó que la causa de muerte se debió a una herida o
heridas por proyectil de arma de fuego.
Al
revisar la base de datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de
Seguridad Pública, se confirma que Tijuana no solo es el municipio con mayor
número de homicidios dolosos en el país, también es donde más homicidios se
cometen con armas de fuego.
En
cuanto a homicidios dolosos, por ejemplo, se registraron mil 780 casos. En
otros municipios como Acapulco, Guerrero y Ciudad Juárez, Chihuahua,
respectivamente, se contabilizaron 834 y 642 homicidios dolosos.
Aquellos
cometidos con arma de fuego, de acuerdo con el Secretariado, son mil 180 casos
en Tijuana. La cifra está muy alejada del resto de municipios con mayor
incidencia en homicidios dolosos.
Acapulco,
Guerrero, registró 574 homicidios por proyectil de arma de fuego; Ciudad
Juárez, Chihuahua, llegó a los 394; Guadalajara (incluyendo el área
metropolitana de Zapopan y Tlaquepaque) documentó 416 casos; en Culiacán,
Sinaloa, se cometieron 493; y en Los Cabos, Baja California Sur, 289 casos.
Si
la morgue puede servir como el termómetro de una comunidad para conocer los usos
y formas de la violencia física y el perfil de las víctimas, los ataques
armados en Tijuana dejan más muertos que cualquier otra causa de muerte que se
determina en Semefo.
Como
segunda causa de muerte en homicidios dolosos, se ubica la estrangulación, con
46 casos, después las heridas de arma blanca, con 30 casos; traumatismos,
contusiones y politraumatismos concentran 27 casos y, en una cifra menor, se
contabilizaron cinco casos de anoxemia por sofocación y dos más por quemaduras.
Foto:
Agustín Reyes.- Sin equipo ni presupuesto suficientes, personal de SEMEFO
recibe cientos de cuerpos al mes
La
cantidad de recursos que toma cada autopsia no es cubierta en su totalidad por
el Poder Judicial. Por ejemplo, para cada cuerpo se requieren de cuatro a cinco
pares de guantes, de siete a ocho metros de hilo para realizar las suturas
finales y una hoja y media de bisturí para las disecciones.
Personal
que pidió el anonimato para evitar represalias, explicó a este Semanario que de
las oficinas del Poder Judicial han recibido instrucciones para “utilizar menos
hilo” y les envían menos cajas de guantes que las necesarias.
No
solo eso, sino que hay métodos más eficientes que permitirían agilizar el
trabajo, pero que no son contemplados por el Tribunal Superior de Justicia del
Estado (TSJE). Uno de ellos reduciría los prolongados tiempos que toma realizar
autopsias a cuerpos con heridas de bala.
Se
trata de un cuarto radiológico, con un costo por debajo de los 100 mil dólares
(ya considerada la instalación), que permite identificar la ubicación precisa
de balas o esquirlas para su extracción por medio de placas de Rayos X.
En
la medicina forense, el uso de radiología se considera uno de los mayores
avances, ya que permite obtener imágenes reales del interior del cuerpo y
técnicas de imagen, que, a su vez, aportan más elementos a las carpetas de
investigación.
CON 90 POR CIENTO MÁS TRABAJO QUE
MEXICALI, PERO CON MENOS RECURSOS
La
adquisición de dicho equipo no es el único obstáculo presupuestal al que se
enfrenta Semefo en Tijuana. De los 954 homicidios dolosos cometidos en Baja
California del 1 de enero al 2 de mayo de 2018, el 79 por ciento ocurrieron en
Tijuana.
No
obstante, personal de Semefo en este municipio trabaja con el 79% del presupuesto
que sus homólogos en Mexicali.
El
Presupuesto de Egresos 2018 del Poder Judicial -a cuya estructura pertenece el
Servicio Médico Forense- indica que Semefo Mexicali recibirá 12 millones 240
mil 265 pesos este año, mientras que a Tijuana se asignó un monto de 9 millones
659 mil 907 pesos.
La
lógica para asignar el presupuesto a estas dependencias no parece guardar una
relación respecto a la carga de trabajo, ya que en 2017 se registraron 167
homicidios dolosos en la Capital del Estado, lo cual representa el 10% de los
cometidos en Tijuana, según información de la Secretaría de Seguridad Pública
del Estado (SSPE).
Esta
diferencia en los recursos asignados se traduce, por ejemplo, en 110 mil 447
pesos para la adquisición de productos químicos, farmacéuticos y de laboratorio
en Mexicali, donde se realiza un promedio de cinco necropsias diarias.
En
cambio, Tijuana, donde se han practicado hasta veinte autopsias en un solo día,
tiene autorizado un monto de 80 mil 917 pesos. Cuatro veces más trabajo, pero
30 mil pesos menos en instrumentos para realizarlo.
Otra
de las partidas con mayor discrepancia es la correspondiente a servicios de
traslado y viáticos, que en Semefo Mexicali se sitúa en 50 mil 733 pesos
anuales, más del doble que recibió Tijuana, con 19 mil 881 pesos.
Ya
que los médicos legistas que trabajan en Semefo están certificados para
realizar los Protocolos de Estambul, como se conoce al manual para la
investigación documentación de la tortura, estos requieren el pago de cuotas de
peaje, gasolina y viáticos para trasladarse hasta los Centros de Reinserción
Social de Tijuana y El Hongo para practicar estos estudios a los internos
sujetos a procesos o sentenciados que alegan haber sido víctimas de tortura.
En
enero, los médicos legistas pertenecientes a Semefo Tijuana practicaron 18
Protocolos de Estambul, en febrero realizaron 35 y en marzo llevaron a cabo 12.
La
diferencia en pagos a personal difiere también entre ambos municipios, mientras
Mexicali alcanza los 10 millones 904 mil 871 pesos, Tijuana cuenta con 8
millones 593 mil 508 pesos para tal partida.
DINERO PARA JUECES, MAGISTRADOS Y
CONSEJEROS, CARENCIAS PARA SEMEFO
Los
médicos del Servicio Médico Forense no solo trabajan con material insuficiente,
también lo hacen con los salarios más bajos para profesionistas dentro del
Poder Judicial, pese a sus especialidades, posgrados y experiencia.
El
presupuesto del Poder Judicial se concentra en otros sectores. En promedio, un
médico legista en Baja California recibe un salario de 20 mil pesos mensuales,
tres veces menos que un juez de control, que llega a percibir 61 mil pesos al
mes.
Un
magistrado, en cambio, percibe un salario mensual de 107 mil pesos y un
consejero de la Judicatura, hasta 209 mil pesos.
No
solo se trata de las percepciones mensuales, de acuerdo con el Presupuesto de
Egresos 2018, se destinan 14 millones 26 mil 937 pesos anuales para seguros de
gastos médicos mayores para magistrados, jueces y consejeros.
¿QUÉ SE PUEDE HACER?
No
solo los médicos trabajan en condiciones adversas. Personal administrativo
labora entre olores fétidos que se desprenden de los refrigeradores y planchas
del anfiteatro, ya que no hay una división física entre estas áreas.
Dos
empleados administrativos para el turno matutino, uno más para el turno
vespertino y dos para fines de semana y días festivos, atienden diariamente a
decenas de familias que acuden para reclamar cuerpos o buscar a familiares
desaparecidos.
Con
base en el número de autopsias practicadas en el primer trimestre de 2018,
personal de Semefo recibe un promedio de 80 cadáveres a la semana. De estos, 30
corresponden a personas no identificadas ni reclamadas.
Esto
implica un plazo mayor en la liberación de trámites administrativos que
normalmente toman una semana, para permitir su traslado de Semefo a la fosa
común.
Además,
los sueldos siguen siendo un problema. Un auxiliar técnico, que asiste en el
manejo de cadáveres, tiene un salario de 3 mil pesos a la quincena, pese a
tratarse de una labor de alto riesgo.
No
obstante, un proyecto permitiría al Servicio Médico Forense recaudar ingresos
propios que contribuirían en abatir los rezagos en material médico. El Artículo
348 de la Ley General de Salud permite no solo la inhumación o incineración de
cadáveres, también su embalsamamiento. Esta técnica permite conservar más
tiempo los cadáveres, que sería una solución para que los cuerpos sean
entregados a las familias en mejores condiciones y para terminar con los malos
olores que provoca la saturación de cuerpos en Semefo.
Además,
su aplicación representa costos mínimos. El equipo para embalsamar tiene un
costo de 26 mil pesos, diez veces menos el costo del equipo de ventilación que
se instaló en 2017 para dispersar los malos olores provocados por los cuerpos
acumulados.
La
técnica para embalsar consiste, a grandes rasgos, en retirar toda la sangre del
cuerpo e inyectar un compuesto a base de alcohol y formaldehído por la vía
venosa, esto para evitar la descomposición del cuerpo. Luego se perforan
vísceras y se inyecta más de esta sustancia en la cavidad del pecho.
Sin
embargo, la iniciativa ha sido desechada en el pasador por magistrados del
Poder Judicial, pese a que está avalada en la Ley General de Salud, incluso, no
sería una técnica nueva: en la década de los ochenta, cuando DIF se encargaba
del manejo de cuerpos, algunos de estos se embalsamaban.
Si
se trata de encontrar presupuesto para adquirir el equipo, se podrían hacer
reducciones mínimas al presupuesto de 229 mil 451 pesos anuales para agua y
hielo para consumo humano, o a los 548 mil 387 pesos etiquetados para reuniones
de trabajos dentro del Poder Judicial.
Mientras
tanto, personal del Servicio Médico Forense trabaja en condiciones poco dignas,
pero con el triple de deberes que hace seis años, cuando en el primer trimestre
de 2012, se realizaron solo 356 autopsias en las instalaciones de Semefo
Tijuana.
Si
no se invierte en dignificar el área de medicina forense y dotarla del equipo
más elemental, además de la mejor tecnología, difícilmente se puede robustecer
el sistema de administración y procuración de justicia.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / INÉS
GARCÍA RAMOS/ LUNES, 14 MAYO, 2018 12:00 PM)
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