jueves, 30 de noviembre de 2017

LA DELGADA LÍNEA ENTRE LA POLÍTICA Y EL NARCO

En la semana, un alcalde electo fue ejecutado por numerosos hombres tras irrumpir su casa; en otro, un alcalde fue secuestrado y golpeado; en Iguala, la esposa del presidente fue despojada de su camioneta, dinero y celulares por un grupo armado. En los últimos dos meses se registraron cuatro homicidios a presidentes municipales. La política y la violencia de la mano

En México, algunos políticos son blancos de la delincuencia; otros son parte de ella…

Santana Cruz Bahena era un hombre, de 48 años de edad, de sombrero y botas, siempre. Sería el próximo presidente municipal de Hidalgotitlán, un pequeño pueblo en Veracruz de no más de 22 mil habitantes.

Hidalgotitlán es un pueblo perdido en el sur del Estado que gobierna el panista Miguel Ángel Yunes. Su territorio no supera los dos kilómetros cuadrados, colinda con el río Coatzacoalcos al igual que Minatitlán, su municipio vecino más cercanos está a unos 80 minutos en auto.

La zona donde se localizan estos municipios aparece en el mapa de la historia gracias a una matanza en 1985, cuando de madrugada un convoy de policías judiciales federales, estatales y municipales, presuntamente arribaron para incautar uno de los cargamentos más grandes de la época.

Al regreso, 22 agentes fueron detenidos y masacrados por órdenes de Abelardo Sánchez Alcaraz, conocido como “Güero Pólvora”, quien sigue preso en un penal de máxima seguridad.

El caso es que la zona rural de Minatitlán que colinda con Hidalgotitlán, Uxpanapa Jesús Carranza y hasta Las Choapas, es un paraíso para la siembra de marihuana, amapola y por lo tanto, los grupos del crimen organizado.

En los últimos años se ha sembrado la presencia de grupos “autodefensas”; aunque han sido negados por la autoridad, en agosto de 2016, estos cuidadores comunitarios se enfrentaron contra varios secuestradores que habían plagiado a una madre junto a su recién nacido en el Uxpanapa. Las autodefensas rescataron a la víctima y acribillaron a los delincuentes.

Un caldo de cultivo para la violencia, más aún porque en la región, además de la ganadería y a la agricultura, se cocina el narcotráfico y robo de combustible.

Justamente a Santana Cruz, alcalde electo asesinado junto con sus tres escoltas, le acusó en la campaña de 2016 de haber ganado gracias a la repartición de gasolina a todo el poblado. Quien lo acusó públicamente fue el Partido que hace unos años lo había llevado al gobierno municipal (de 2011 a 2013), el PRI.

Los señalamientos populares y públicos eran que el político pertenecía a una banda de “huachicoleros”.

Los primeros datos del crimen cuentan que a las tres de la tarde, del pasado lunes 20 de noviembre, decenas de hombres sitiaron la vivienda del alcalde electo, ahora con su nuevo partido, el de Nueva Alianza, y luego abrieron fuego, asesinándolo junto a sus tres escoltas en pleno centro de la ciudad. El cuerpo de Cruz Bahena quedó expuesto a la decena de curiosos.

La policía municipal llegó al lugar. No hubo enfrentamiento. Reporteros consultados por ZETA advierten que en la zona ni el Ejército tiene presencia. Por ello, la Fiscalía General del Estado anunció que investigará al cuerpo policiaco local por la “omisión” ante el crimen.

“Lamento mucho la muerte de Santana Cruz Bahena, quien fue privado de la vida por un grupo delictivo. Se hará justicia. Mi afecto a su estimada familia, amigos y compañeros de Nueva Alianza”, este fue el mensaje del gobernador Yunes por medio de un Tuit.

Hasta el momento, dos versiones sobre el homicidio se fortalecen, la primera es precisamente la participación de quien tomaría protesta el próximo primero de enero en la actividad ilícita del robo de gasolina.

Y dos, la intervención de las “autodefensas de Uxpanapa” junto a la enemistad pública que mantenía con el actual presidente municipal, Octavio Omar López Castillejos.

UN ALCALDE SECUESTRADO

Fue una semana violenta para los políticos. A unas 24 horas y 250 kilómetros del crimen del lunes, en San Lucas Ojitlán, Oaxaca, se registró otra agresión.

Al menos medio centenar de simpatizantes del regidor Ciro Silva del Movimiento Ciudadano, secuestraron a su primer edil, Porfirio Ortiz Córdova junto a su esposa. De hecho, el cuñado del presidente municipal fue dejado ensangrentado al momento de que intentó evitar el hecho.

Porfirio Ortiz y su esposa viajaban en una camioneta cuando fueron interceptados. A decir, de los acompañantes, entre los atacantes se identificó a Eduardo Ortega, hijo de la tesorera Cristina Ortega Feliciano y al propio regidor.

Porfirio Ortiz Córdova, de quien aún se desconoce su estado de salud, ha tenido que librar semanas de persecución por parte de pobladores, que al igual que los ediles, exige su renuncia.

Los regidores del pueblo lo acusan de malos manejos e enriquecimiento ilícito, particularmente luego de que en julio pasado se descubriera una construcción de una mansión, propiedad del alcalde, la cual se ha erigido con materiales facturados a las arcas municipales.

LA PRIMERA DAMA DESPOJADA

Otro acto violento hacia la clase política sucedió en Iguala Guerrero. El 22 de noviembre, la esposa del priista Herón Delgado Castañeda fue detenida a bordo de su camioneta por un grupo armado.

Myriam Mayela Martínez Díaz, primera dama, fue despojada de su vehículo, dinero y sus celulares junto a sus acompañantes.

El atraco sucedió en la carretera federal Chilpancingo-Iguala, lugar donde fue abandonada con sus dos asistentes.

Herón Delgado Castañeda tomó protesta como alcalde desde octubre de 2016, cuando el entonces presidente municipal, Esteban Albarrán, solicitó licencia para incorporarse al senado de la República, supliendo a René Juárez Cisneros, quien a su vez se convirtió en subsecretario de la Secretaría de Gobernación.

Parecen lejanas la palabras del alcalde en su toma de protesta, donde aseguró “No tengo nade que temerle a nadie en Iguala”.


(SEMANARIO ZETA/ ZOOM POLÍTICO / ISAÍ LARA BERMÚDEZ /LUNES, 27 NOVIEMBRE, 2017 12:00 PM)

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