Diario de Coahuila así lo considera
desde su óptica periodística...
Hermosillo, Son.- Un
comunicado pegado en las paredes de la colonia Modelo en Hermosillo, Sonora, es
muy claro: con cinco acciones instruye a los vecinos a no dar de comer ni
ofrecer ningún tipo de ayuda a los indigentes que deambulan por la colonia.
Éste no es el único ejemplo
de una especie de fobia que se está desatando en contra de quienes viven en las
calles de esta ciudad mexicana. La Modelo y otras zonas también han creado
incluso grupos de WhatsApp para alertar a los vecinos sobre el lugar donde hay
algún indigente para que no pasen por ahí o lo reporten a las autoridades para
que vayan por ellos.
Datos del Observatorio Sonora
por la Seguridad -una organización local que mide periódicamente la delincuencia
en la entidad- destacan que en el caso de Hermosillo entre enero y octubre de
2016 el robo con violencia aumentó 336% comparado con el mismo periodo de 2015
y ha habido toda una campaña para culpar al indigente por la creciente
delincuencia.
Manuel Emilio Hoyos,
responsable del observatorio asegura a Infobae que ante la incapacidad de la
autoridad local para atender la inseguridad y el aumento de la población en
situación de calle, el culpar al indigente ha sido la salida más fácil, por
ello se ha desatado entre los ciudadanos este miedo a quienes en la mayoría de
los casos son indefensos.
"Como observatorio nos
llegó información que había personas que se decían indigentes para robar, pero
los indigentes generalmente andan buscando comida en los botes de basura o
pidiendo dinero, no robando. Aquí hubo un manejo de criminalización del
indigente como diciendo que eran culpables de muchas cosas, la misma autoridad
quiso manipular para hacer creer a los ciudadanos que así era", asegura
Hoyos.
Un conteo oficial dado a
conocer en junio del año señalaba que en la calle había más de 600 personas en
la indigencia, aunque no se da un comparativo de cuántos había antes. Según las
cifras el 70% es de otras ciudades de México.
Distintas organizaciones
estiman que el número podría rebasar los 3.000. Su presencia en la ciudad es
más notoria porque antes se concentraban en un solo punto al norte de la
ciudad, cercano a las vías, donde muchos migrantes esperaban el paso del tren que
los llevaría a la frontera con Estados Unidos. En esa parte también hay
comedores populares en los que reciben alimento gratis.
Sin embargo, de repente se
fueron dispersando hacia otras zonas de la ciudad hacia vecindarios de clase
media alta ubicados al sur de la capital, como la colonia Bugambilias donde ya
es común ver que en las bancas de los parques amanece gente dormida.
¿QUIÉNES SON Y DE DÓNDE VIENEN?
Ulises Gutiérrez, fundador
del proyecto Habitante, una página de Facebook que busca contar historias de
distintas personas, asegura a Infobae que sobre el aumento de indigentes en la
ciudad existen muchas teorías, desde que son migrantes que fueron encontrando
trabajo en campos agrícolas cercanos y cayeron en el alcoholismo o las drogas,
ex reclusos que no pueden encontrar empleo, hasta que desde otras ciudades con
el mismo problema los fueron a dejar en Hermosillo.
"En las mismas colonias
vecinas hay gente buena y mala. La gente que los está robando a lo mejor no es
indigente. Me ha tocado ver indigentes que andan armados con machetes, pero no
son la mayoría", dice.
A través de Habitante fue
posible que dos indigentes se reencontraran con sus familias: el primero fue un
jornalero reclutado por el narco en la sierra de Sinaloa que logró escapar,
pero cuando lo hizo ya era adicto. Desconoce cómo llegó hasta Hermosillo,
gracias a que su foto se publicó en la página de la red social pudo regresar a
su casa.
El otro caso es el de un
jornalero de Veracruz, que buscaba emigrar a Estados Unidos, pero cuando llegó
de paso a Sonora consiguió trabajo en los campos agrícolas locales y se quedó
ahí, pero se hizo alcohólico y drogadicto. Un día cayó en las vías del tren y
le tuvieron que amputar la pierna derecha.
Mientras su familia pensaba
que estaba en Estados Unidos, vivía en la indigencia fabricando pulseras que le
permitían ganarse unos cuantos pesos que gastaba en comprar alcohol, por temor
a que su familia no lo aceptara prefirió vivir en las calles en lugar de
regresar a casa, pero después que se publicó su foto, en menos de 24 horas
Ulises fue contactado por los hermanos quienes fueron por él a Hermosillo.
Estos dos casos, señala
Ulises, son una muestra de que si existiera voluntad de parte del gobierno
municipal, sería posible regresar a varias de estas personas a sus hogares.
LA RESPUESTA AL PROBLEMA
El gobierno municipal a
través de su área asistencial lanzó un programa llamado "Mano Amiga"
que cada dos semanas atiende a personas en situación de calle y a través de
recorridos por la ciudad recogen a las personas en situación de calle para
trasladarlos a centros donde pueden asearse, recibir consulta médica y mental,
ropa limpia, alimentación y corte de cabello.
También a través de la
Dirección de Protección Civil organiza brigadas para recoger a los personas sin
casa.
Hasta junio, se aseguraba que
350 personas ya estaban de regreso en sus lugares de origen.
Pero para los organizaciones
no es suficiente.
Aunque hasta ahora no se han
registrado actos violentos de parte de la población, Gutiérrez y Manuel Emilio
Hoyos advierten que hay un vacío por parte de la autoridad, por eso "la
gente toma acciones aunque sean las equivocadas. Si la gente se interesara más
en estas personas habría un gran albergue para indigentes".
Pero más que nada lo que
consideran necesario son acciones para dejar de criminalizar al indigente.
(DOSSIER POLITICO/ TOMADO DE: ZOCALO/REDACCION/
2017-07-20)
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