martes, 24 de enero de 2017

LOS EXPEDIENTES DE “EL CHAPO” EN EU: NARCOTRÁFICO, LAVADO Y HOMICIDIO


De 24 delitos que se le imputan a Joaquín “El Chapo” Guzmán en siete estados de la Unión Americana, una acusación en Nueva York es la que mejor describe sus 25 años en el mundo del narcotráfico, los billones de dólares que ha ganado y sus relaciones con otros capos. Éste es el expediente por el que “El Chapo” pisará por primera vez los tribunales de Estados Unidos. Tan solo en operaciones de lavado de dinero, la Fiscalía de Nueva York estima la fortuna del cártel de Sinaloa en 14 billones de dólares entre propiedades, inmuebles y otros activos

Con cargos en California, Arizona, Texas, Florida, New Hampshire, Illinois y Nueva York, Joaquín “El Chapo” Guzmán se convirtió en el objetivo número uno del gobierno de Estados Unidos.

 A lo largo de 25 años, el líder del Cártel de Sinaloa sumó 24 delitos formalmente imputados, todos asociados con narcotráfico, lavado de dinero, homicidios, uso de armas, conspiración y asociación delictiva, entre otros.

Incluso en Nueva York, a Guzmán Loera se le acusa del intento de homicidio del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, quien fue abatido por la Marina de México en 2009.

Tanto la Corte del Distrito Sur de California como la Corte del Distrito Oeste de Texas solicitaron la extradición del capo, pero una ampliación de cargos radicada en la Corte del Distrito Este de Nueva York, el 11 de mayo de 2016, parece ser la acusación definitiva que llevará a “El Chapo”, por primera vez, a los tribunales de Estados Unidos.

Esto a pesar que la Fiscalía del Distrito Sur de California, con base en San Diego, fue la primera jurisdicción del Departamento de Justicia en fincar delitos al narcotraficante.

Durante cinco años, se encargó de seguir a la organización bautizada como “Cártel Guzmán”.

Fue así como a Guzmán Loera y a 22 de sus colaboradores, se les acusó de conspiración para importación y posesión de cocaína con tentativa de distribución, asociación delictuosa y lavado de dinero.

De acuerdo al expediente, respaldado por un Gran Jurado en noviembre de 1994, “El Chapo” dirigía –desde México e incluso en prisión– los cargamentos de droga de Colombia a la Ciudad de México y de ahí a la frontera de Tijuana.

En este último punto, se encargaba del trasiego de los enervantes a Estados Unidos para finalmente distribuirlos hasta el Centro y la Costa Este, particularmente Illinois y Nueva Jersey.

Sus primeros colaboradores incluían pilotos, empresarios, contadores, abogados, choferes e ingenieros.

Algunos de ellos enfrentaron un juicio en 1996 que contó con 160 testigos iniciales, desde expertos en túneles, especialistas en operaciones de importación y exportación, agentes federales estadounidenses, químicos e incluso empleados del hotel donde los miembros del Cártel tenían sus reuniones.

Casi 20 años después, la Fiscalía del Este de Nueva York amplió el encausamiento que había iniciado contra “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada García con cargos que detallan los más de 80 cargamentos de cocaína realizados entre 1989 y 2014.

El expediente, de más de 30 páginas, deja entrever no solo el nivel de complejidad de la organización o el grado de participación de los narcotraficantes en el cártel de la droga más grande del mundo, también ofrece una mirada a la antropología del narco con términos como “sicarios” y “jefes de plaza” que permiten entender el engranaje de estas organizaciones.  

ANTES DEL CÁRTEL DE SINALOA, ESTUVO “LA FEDERACIÓN”

Para explicar la complejidad de los delitos cometidos por “El Chapo” Guzmán durante 25 años en Estados Unidos, la Fiscalía del Este de Nueva York empieza con la historia de “La Federación”, la primera gran organización delictiva en México.



La acusación ampliada 

“Desde finales de la década de 1980, la “Federación Mexicana” existió como una célula del crimen organizado fundada en las duraderas relaciones entre los narcotraficantes más importantes de México”, se lee en el documento.

Continúa: “La Federación funcionaba como un consejo con representantes de cada una de las organizaciones del narcotráfico como sus líderes, incluidos Joaquín Archivaldo Guzmán Loera e Ismael Zambada García”.

Según esta narrativa, el empoderamiento de los narcotraficantes y la expansión de su organización se debieron en gran medida a sus tratos con los cárteles colombianos para transportar droga de Sudamérica a México y a Estados Unidos.

“A inicios del 2000, El Chapo y El Mayo formaron una alianza que llevó a la transformación de la Federación al Cártel de Sinaloa, que se convirtió en la organización de drogas más grande del mundo”, detalla el expediente.

El “Cártel de Sinaloa” es descrito como una organización con miles de integrantes y varios líderes, pero perfectamente jerarquizada.

A la cabeza de la estructura, se encuentran líderes como “El Chapo” y “El Mayo”, encargados de administrar y decidir sobre las operaciones de trasiego de droga y de lavado de dinero, así como de los sobornos necesarios para obtener protección gubernamental.

Justo debajo de ellos, se encuentra el personal de seguridad. Este grupo tiene el único propósito de proteger a los líderes del Cártel de Sinaloa, por lo que se les asocia con actividades sumamente violentas.

En el tercer anillo están los jefes de plaza. Ya que son los encargados de controlar territorios determinados para el Cártel de Sinaloa, a ellos se les atribuye la supervisión de tareas de transporte y trasiego de droga en sus áreas de dominio.

Debajo de ellos, se encuentran los traficantes. Lo mismo a bordo de botes o submarinos que de aeronaves o camiones de carga, los transportistas son quienes realizan los cruces de droga de Colombia a México y de ahí a Estados Unidos.

Por último, están los lavadores de dinero, quienes están encargados de transferir el dinero recolectado en Estados Unidos de la venta de droga a México, ya sea a través de complejas operaciones bancarias o mediante el traslado físico de billetes en compartimentos ocultos de vehículos.  

UNA ORGANIZACIÓN CON VISIÓN

La descripción que hace la Fiscalía acerca del Cártel de Sinaloa, la muestra como una organización mercantil, con objetivos que podrían competir con cualquier empresa, como “promover y mejorar su prestigio, reputación y posición respecto a otras organizaciones rivales”.

En la acusación, alimentada de reportes de inteligencia y vigilancia de agencias estadounidenses, explican: “aunque en ocasiones ha habido riñas y peleas entre los líderes del Cártel de Sinaloa, generalmente coordinan sus actividades delictivas, comparten y controlan las rutas para el tráfico de drogas en México para minimizar la violencia y asegurar que el Cártel de Sinaloa recibiera protección oficial o no oficial”.

El abanico de drogas controladas por este Cártel incluye marihuana, heroína, cocaína y metanfetaminas, principalmente y su mercado principal es Estados Unidos. La venta de enervantes en ese país, asegura la Fiscalía, dejó billones de dólares en ganancias.



Sin embargo, uno de los métodos más efectivos para avanzar en el negocio fue la corrupción, además de utilizar sicarios para asesinar, torturar, secuestrar y realizar otros actos de violencia en nombre de “El Chapo” y de “El Mayo”.

En uno de los apartados de la acusación, se especifica que una de las constantes dentro de la organización, era aplicar “disciplina entre sus miembros y asociados para castigar la deslealtad y los fracasos”.

O en otras ocasiones, los homicidios también respondían a las órdenes de silenciar a testigos potenciales que podrían declarar contra los líderes de Sinaloa o amenazar a quienes podrían aportar información sobre sus actividades a las autoridades. 

 TONELADAS DE COCAÍNA

El expediente además contiene las fechas en que 87 cargamentos de cocaína, pertenecientes al Cártel de Sinaloa, llegaron a territorio estadounidense.

En total, son más de 209 toneladas de esta droga que fueron descargadas tanto en Nueva York como en Texas, Illinois, Nueva Jersey y Arizona.

Algunas de las organizaciones o células del Cártel que se encargaban de la distribución de cocaína son los “Cifuentes-Villa”, “Don Lucho”, “Cártel Norte del Valle” y varios traficantes sudamericanos no identificados.  

“Entre enero de 1989 y septiembre de 2014, en el Distrito Este de Nueva York y otros lugares, Joaquín Archivaldo Guzmán Loera “El Chapo” e Ismael Zambada García “El Mayo”, ocupaban posiciones con por lo menos cinco personas más, como los principales administradores, organizadores y líderes de la organización delictiva que les dejó ganancias de más de 10 millones de dólares en menos de un año por la manufactura, importación y distribución de cocaína”, asegura la imputación.

Además, se describe cómo en muchas de las operaciones, tanto los líderes como sus subordinados, portaban y utilizaban armas de fuego. Un cargo más para los acusados.

Como resultado de la legislación estadounidense, luego de los cargos, el expediente agrega un apartado sobre los posibles decomisos de bienes que se realizarían, en caso de que “El Chapo” y “El Mayo” sean encontrados culpables.

Tan solo en operaciones de lavado de dinero, la Fiscalía estima 14 billones de dólares entre propiedades, inmuebles y otros activos. 

LOS TRATOS

La mayoría de los narcotraficantes mexicanos procesados en Estados Unidos han optado por los acuerdos con las Fiscalías para evitar juicios.

Fue el caso de los hermanos Arellano Félix y es la misma ruta que han seguido los hijos de Ismael “El Mayo” Zambada que continúan encarcelados, en espera de sentencia. Mientras Vicente Zambada Niebla cumplirá ocho años en prisión, desde su extradición en febrero de 2010, el menor de los hijos del líder del Cártel de Sinaloa, Serafín Zambada Ortiz se declaró culpable en 2014 de los cargos por narcotráfico que se le imputan en el Distrito Sur de California.

De acuerdo con registros de la Corte Federal de San Diego, Serafín Zambada Ortiz será sentenciado este miércoles 25 de enero. Sin embargo, su audiencia de sentencia ha sido pospuesta desde 2014, en gran medida, a los tratos y el intercambio de información que continúa entre su defensa y la Fiscalía.    

POR CUESTIONES ADMINISTRATIVAS, “EL CHAPO” LLEGÓ A NUEVA YORK 

El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que la llegada de Joaquín “El Chapo” Guzmán a Nueva York no es garantía de que vaya a ser juzgado en esa entidad. “Guzmán Loera está acusado en seis expedientes diferentes en los Estados Unidos.

Sin embargo, la acusación formulada en el Distrito Este de Nueva York contiene una provisión en la que se indica que debe ingresar a Estados Unidos a través de ese distrito para conservar la acusación en el Distrito Este de Nueva York.

Por ello, Guzmán Loera aterrizó en el aeropuerto Long Island MacArthur en Islip, Nueva York”, detalló la dependencia a través de un comunicado de prensa.

Por último, el Departamento de Justicia externó su agradecimiento al gobierno de México por su cooperación y ayuda en la extradición del capo a Estados Unidos.

No obstante, mantiene bajo reserva los detalles de la hora y el lugar donde “El Chapo” Guzmán tendrá su audiencia inicial.

(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA/  INÉS GARCÍA RAMOS/ DOMINGO, 22 ENERO, 2017 12:00 PM)




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