lunes, 11 de enero de 2016

LA CAPTURA DEL ‘CHAPO’ (I)


En otoño pasado, los comandos de élite de la Marina tuvieron en la mira de sus fusiles de asalto la cabeza de Joaquín “El Chapo” Guzmán o estuvieron en condiciones de capturarlo en la sierra de Durango, con lo que habría terminado rápidamente la persecución a los pocos días de haberlo detectado en Tamazula. No lo hicieron por diferentes razones. Una fue que cuando sorprendieron a Guzmán en el primer escondite al que llegó en la sierra, dispararle habría causado daños colaterales, por lo que la orden de matarlo no se dio. La otra fue por la petición del Gobierno de Estados Unidos, de suspender la operación para atraparlo vivo o muerto, porque varias celebridades de Hollywood que habían estado con él se encontraban aún en la zona de operaciones.

Los dos momentos fueron referidos por la procuradora general Arely Gómez el viernes, cuando dio a conocer detalles generales, sin contexto ni precisión, sobre la investigación que condujo a la recaptura de “El Chapo” Guzmán. La exposición de la procuradora es la narrativa oficial que quiere dar el Gobierno federal sobre cómo fue la investigación y la cacería del criminal, que por razones probablemente para no dar a conocer métodos y recursos utilizados en el proceso, esconde detalles importantes de cómo se pudo aprehender a Guzmán a los seis meses de escaparse del Altiplano.

Estos episodios son más contextuales que determinantes en la recaptura del “Chapo”, como el Gobierno federal sugiere, en particular el de la visita de la actriz Kate del Castillo, el actor Sean Penn y dos productores españoles que, según la procuradora, preparaban una película autobiográfica de Guzmán. La prensa enfatizó ese ángulo el fin de semana, presentando al criminal como un personaje egocéntrico. El episodio abre muchas dudas. Guzmán siempre ha sido muy disciplinado y metódico, de acuerdo con personas que lo combatieron, y es obsesivo con sus comunicaciones. En esta ocasión estableció comunicación por mensajes de BlackBerry en momentos donde sabía que ya lo estaban buscando, lo que parece más una acción deliberada que un descuido.

Según la procuradora, varios participantes en la película se reunieron con los abogados de Guzmán. Fueron Óscar Manuel Gómez Núñez y Andrés Granados, en un lugar cercano a Culiacán. Funcionarios federales dijeron que el encuentro fue previo al 2 de octubre, porque en esa fecha estuvieron en la sierra con “El Chapo”. La procuradora dijo que ese encuentro dio la localización exacta de Guzmán, aunque hay inconsistencias que no responden a errores. La procuradora dijo que Guzmán se encontraba en Pueblo Nuevo, en las colindancias con la parte sur de Sinaloa, cuando en realidad se encontraba en Tamazula, en la parte norte. A Pueblo Nuevo se puede llegar por carretera; a Tamazula sólo se llega por aire, o por una brecha de tierra de seis horas. En la entrevista que Guzmán le dio a Penn, publicada en la revista estadunidense Rolling Stone, se menciona un mensaje detallado del “Chapo” a Penn y Del Castillo sobre la operación de la Marina el 5 de octubre en Tamazula.

La narrativa del Gobierno deja fuera de la cronología el trabajo de inteligencia de la DEA, aunque aún no se pueden establecer los tiempos que aclaren si la vigilancia estadunidense sobre Penn y del Castillo fue detonada por su información, o como consecuencia de información mexicana cuando descubrió el contacto de la actriz con el narcotraficante. Los agentes mexicanos tenían bajo vigilancia a los abogados del “Chapo” desde su fuga, por lo que es probable que descubrieran en ese proceso el contacto con la actriz. Cuando se dio el encuentro con “El Chapo” en Tamazula, los comandos de la Marina ya lo tenía ubicado. De hecho, contrario a lo que se informó oficialmente, no ayudó esa reunión con las celebridades de Hollywood a su ubicación exacta, sino que se tuvo que aplazar la operación por 72 horas. La razón fue una petición del Gobierno estadunidense ante el temor de que quedaran atrapados en los enfrentamientos y hubiera daños colaterales de su compatriota. La operación comenzó hasta el 5 de octubre, en el inicio del final de la cacería contra “El Chapo”.

Ese día, la operación de los comandos fue por aire, intercambiando fuego con las escoltas de Guzmán, quien comenzó a correr hacia la barranca. De acuerdo con funcionarios federales, Guzmán salió de la casa acompañado por la cocinera y sus dos hijas. Esto no fue inusual. Desde que vivió como prófugo en Tamazula, tras su primera evasión de la cárcel, Guzmán siempre estuvo acompañado por una cocinera. Los comandos lo vieron desde el aire y uno de ellos lo tenía en la mira de su arma. La valoración instantánea fue que haberle disparado en ese momento, por las condiciones del tiro, podría haber puesto en peligro la vida de la cocinera y sus hijas, por lo que no se autorizó la acción.

Las mujeres no pudieron seguir corriendo y fueron detenidas –la cocinera se encuentra bajo arraigo–, mientras que Guzmán tropezó, cayó en una barranca y fue detenido por un alambre de púas. Ahí comenzó una huida a pie y en mula, perseguidos por los comandos que, con el paso de las semanas, cambiaron la estrategia de persecución con lo cual lo engañaron y crearon las condiciones para su recaptura en Los Mochis el viernes pasado.


(ZOCALO/ COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 11 DE ENERO 2016)

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