domingo, 22 de noviembre de 2015

EXPLOTACIÓN DE RÍO COLORADO AFECTÓ HÁBITAT DE INDÍGENAS CUCAPÁS


En los años anteriores y posteriores a la Revolución Mexicana inició el proceso de explotación del río Colorado, lo que derivó en una reducción acelerada del hábitat para los indígenas cucapás de Sonora, según historiadores.

También coinciden en que tras el inicio del siglo pasado, ante el desarrollo agrícola de esta región sonorense-bajacaliforniana, el México pre y posrevolucionario significó el deterioro del espacio vital para esta etnia.

En opinión de Tonatiuh Castro Silva, sociólogo de la Universidad de Sonora, el sitio más importante para los cucapás, ubicados en la región, siempre fue dicho cauce natural.

"Pues sus actividades agrícolas, e incluso la denominación del grupo, originalmente kuapak (que viene, que llega), se derivaron del curso cambiante del río Colorado, y por lo tanto del lugar de residencia del grupo", destacó.

Asumió que la disolución del espacio cucapá comprende un proceso lento y gradual, pero el cual sólo hasta el siglo XX se puede considerar definitivo y contundente.

En los siglos de la etapa colonial, la presencia humana foránea se restringió a las exploraciones esporádicas realizadas por los europeos, principalmente españoles, refirió.

Durante la segunda mitad del siglo XIX comenzó la navegación comercial del río Colorado y el desarrollo agrícola en la región, aunque en esa época se dio una alternancia territorial entre esas actividades y la tradicional agricultura cucapá, afirmó.

El cauce natural empezó a ser navegado para surtir de mercancías al fuerte Yuma, fundado por el gobierno estadunidense en 1852 para establecer un puesto militar en la nueva frontera con México, después de la guerra entre ambos países.

Sin embargo, el uso del agua del río Colorado para la agricultura moderna se inició entre los años porfiristas de 1900 y 1901 con las obras de la Imperial Land Company, según el historiador bajacaliforniano José Alfredo Gómez Estrada.

También participaron en dichas obras, en una región más común en ese entonces, las empresas iniciadas por las concesionarias California Development Company y la Sociedad de Riego de Terrenos del Río Colorado.

De acuerdo con "Apuntes estadísticos de la tribu cucapá", de la Universidad Autónoma de Baja California, hacia 1909 el empadronador de la Tercera Sección del censo de dicho estado contabilizó 700 indígenas cucapás diseminados en varias comunidades.

Entre dichos asentamientos estuvo la colonia Lerdo, pero quedaron deshabitados debido a la lucha armada pre y posrevolucionaria, ya que los residentes mestizos y étnicos temían los enfrentamientos entre las diversas facciones.

Ese hecho generó el desarraigo más acentuado de los indígenas, quienes desde la segunda mitad del siglo XIX empezaron a ver reducidos sus espacios y en forma constante migraban en la región, refirió el historiador Gómez Estrada.

Respecto a lo que pasó después, están los apuntes "Los cucapás que viven en el río Colorado", del extinto gobernador tradicional de la etnia, Nicolás Wilson Tambo, y publicados por el Boletín del Instituto Nacional Indigenista (INI) en marzo de 1997, mencionó.

Gómez Estrada comentó que "el gobierno mexicano, en la segunda década del siglo XX, estableció colonias militares con la finalidad de terminar con los levantamientos de militares disidentes y proteger a la Compañía de Irrigación de Mexicali y a la Colorado River Land Compañy".

Para complementar dicha postura del dirigente autóctono, el historiador afirmó que el proceso de despojo territorial de los cucapás y la definición moderna del espacio en el lado mexicano del río Colorado se aceleró con el Estado posrevolucionario.

Primero fue la adquisición de tierras por la Colorado River Land Company en ambas márgenes del cauce natural, la cual llegó a tener 118 mil hectáreas en explotación y que fueron recuperadas por campesinos mexicanos en enero de 1937.

Tras dicha situación denominada el "asalto a las tierras", el gobierno federal expropió los terrenos a la compañía estadunidense y fundó 44 ejidos, mayormente destinados a población mestiza.

Hasta noviembre de 1942 los cucapá recibieron 900 hectáreas en el ejido Pozas de Arvizu, donde actualmente residen al sur de este municipio.

Los historiadores entrevistados coincidieron en que tras el inicio del siglo XX, ante el desarrollo de estas circunstancias, el México pre y posrevolucionario significó la reducción del hábitat para los cucapás.


(DOSSIER POLITICO/ Notimex/ 2015-11-20)

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