EL PAÍS entra
a la casa de campaña del candidato independiente de 25 años que sorprendió con
su victoria a México
La noche del domingo
7 de junio Pedro Kumamoto (Guadalajara, 1990) sorprendió a México al ganar como
primer candidato independiente un lugar en el Congreso del Estado de Jalisco
(occidente del país). El candidato de 25 años también innovó esa noche al
presentar su propio programa de resultados preliminareselaborado por 400
voluntarios, que entregaron —en directo y con un margen de error mínimo— el
conteo de votos con mayor rapidez que las autoridades electorales. Detrás de su
campaña, que con recursos mínimos venció a los partidos políticos, hay un
equipo de jóvenes de menos de 30 años que impulsó a Kumamoto a través del
trabajo comunitario y la viralidad de las redes sociales.
El búnker de
Kumamoto es un departamento de no más de 60 metros cuadrados en un barrio de
clase media en el municipio de Zapopan. En las paredes cuelgan anuncios de la
campaña, memes del candidato, notas periodísticas y mapas del distrito que
representará. El mapa se reproduce unas ocho veces en el salón para definir las
áreas según la educación de su población, su nivel económico, su tendencia de
voto, y su acceso a internet. Tanto los habitantes de Zapopan como el candidato
han sido analizados minuciosamente. “Estudiamos mucho el discurso, por ejemplo
cuando hacíamos los vídeos no queríamos que Kuma pareciera un mesías”, cuenta
Susana Ochoa, coordinadora de comunicación de la campaña.
Kumamoto es la
definición más llana de un candidato independiente: un joven recién graduado
como gestor cultural que todavía vive con su familia, sin historial en un
partido partido político, que no hace promesas y pide a su comunidad que
participe. “Los problemas de educación, de corrupción, de pobreza en nuestro
país no pueden ser resueltos por un diputado independiente pero sí pueden ser
resueltos si nos involucramos en la toma de decisiones, si exigimos, si
fiscalizamos, si participamos, si nos involucramos en la vida pública, si somos
miles entonces las cosas sí van a cambiar”, plantea el candidato para calmar la
euforia alrededor de su triunfo.
El presupuesto de la
campaña de Kumamoto ha sido mínimo. Reunió 16.000 dólares (250.000 pesos
mexicanos) en aportaciones principalmente en especie (70%), mientras que el
resto de los candidatos con partido hicieron gastos hasta por 84.000 dólares
(1.300.000 pesos). La premisa del independiente era que ninguno de los donantes
le entregase más de 500 dólares (7.000 pesos). En una hoja de cálculo el
coordinador de fiscalización Eliazar Parra muestra el listado de los 120
donantes de la campaña que será entregado a las autoridades electorales para
cumplir con su obligación de detallar los gastos del candidato. Ahora les debe
a esos donantes una buena gestión legislativa para toda la población, explica.
Kumamoto insistió durante su campaña en la transparencia de los gastos de los
políticos y mostró su declaración patrimonial: sólo 1.900 dólares (30.000
pesos) en su cuenta de banco.
En todas las
habitaciones de la casa de campaña hay jóvenes trabajando en ordenadores
portátiles. Así ha sido toda la campaña: mandando mensajes de whatsapp,
respondiendo a tuits, movilizando las propuestas y los vídeos del candidato en
Facebook. “También utilizamos las herramientas de Google, que son muy buenas,
para coordinar a los voluntarios”, explica Parra, también exbecario de Silicon
Valley. El último impulso de la campaña ha sido tecnológico y prácticamente
gratuito. “La democracia no tiene que ser un despilfarro, tiene que ser buenas
ideas, contundencia técnica y un equipo que te respalde de forma onerosa y
valiente”, apunta Kumamoto.
El mexicano que se
define como socialdemócrata ahora buscará que su mensaje entre en la arena
política de Jalisco donde, señala, “los diputados son sinónimo de
extravagancia, de vanidad, de dinero mal habido, de corrupción”. Su teléfono no
deja de sonar, ha dormido muy poco en últimos tres días y dice que lleva “las
ojeras del triunfo”, atiende a decenas de personas porque “es lo que ahora
toca”.
—¿Por qué crees que
tu candidatura ha sido tan popular en el resto del país y fuera de México?
—Es una historia de
David contra Goliat y esas historias siempre son interesantes porque nos hacen
ver que esos Goliath no eran tan gigantes como pensábamos. Cuando las personas
trabajamos de manera conjunta, articulada y nos vemos a los ojos y decidimos
que somos más grandes en nuestras coincidencias que en nuestras diferencias
podemos hacer grandes cosas.
(DOSSIER POLITICO /
Sonia Corona / El País/2015-06-11)
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