miércoles, 6 de mayo de 2015

PRISIONES SOBREPOBLADAS, REOS EN PUGNA


José Manuel García Soto “El Zafado”, de Los Zetas, fue agredido en el “Altiplano” por Mario Casarrubias Salgado, de Guerreros Unidos, y Mario Hidalgo Argüello “El Nariz”, del Cártel de Sinaloa. En el mismo penal, César Alejandro Guadarrama García “El Salivotas” -secuestrador de Los Satánicos- participó en una riña colectiva. En el CEFERESO 2 “Occidente”, en Puente Grande, Juan Francisco Sillas Rocha golpeó a otro interno. Al integrante del Cártel Arellano Félix lo castigaron 15 días. En cárceles de máxima seguridad, la sobrepoblación causa graves conflictos humanos y materiales

Aunque las 17 prisiones del sistema penitenciario federal cuentan con espacios para más de 31 mil internos y en la actualidad existen 24 mil 978 recluidos en dichas instalaciones,  siete de los penales a cargo de la Secretaría de Gobernación cuentan con sobrepoblación, lo que ha ocasionado riñas entre los presos, agresiones a terceros, autoagresiones e insuficiencia en los servicios.

Hacinamiento, instalaciones inadecuadas, falta de atención médica, malos tratos, pésima alimentación y sanciones excesivas, son algunas de las circunstancias que los internos de los penales federales han denunciado a través de cartas dirigidas a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), juicios de amparos o cartas a funcionarios y medios de comunicación.

Lo anterior y el perfil criminológico de los presos en ese tipo de centros penitenciarios han vuelto difícil la convivencia. Cualquier roce es pretexto para reñir. En este tipo de incidentes, de los que ZETA tiene conocimiento, durante los últimos meses han participado delincuentes tristemente célebres.

Uno de los casos más recientes, es el de la agresión que sufrió el recluso José Manuel García Soto “El Zafado” en uno de los pasillos del Centro Federal de Readaptación Social “Altiplano”, en Almoloya de Juárez, el 22 de septiembre de 2014. El miembro del grupo delictivo Los Zetas fue golpeado por Mario Casarrubias Salgado, líder de Guerreros Unidos y por Mario Hidalgo Argüello “El Nariz”, del Cártel de Sinaloa.

“El Zafado” dijo desconocer por qué ambos reos -que son sus compañeros de estancia- lo agredieron. Cree que fue por algún chisme. Cuestionados, los narcotraficantes aceptaron su participación y advirtieron a la autoridad que si García Soto regresaba a su estancia lo volverían a golpear. Cambiaron al “Zeta” y a sus atacantes les aplicaron un correctivo disciplinario de 120 días de restricción de tránsito a los límites de su estancia, suspensión total de estímulos, incluyendo visita familiar e íntima y no salir al patio.

También en el ex penal de La Palma, el 4 de junio de 2014, en el comedor del módulo VII se registró una riña colectiva. El reporte de seguridad señala que varios internos, entre ellos César Alejandro Guadarrama García “El Salivotas”-miembro de la banda de secuestradores Los Satánicos- intercambió golpes en el área de la barra de alimentos. En una revisión posterior en la estancia del reo se localizó una punta metálica de 22 centímetros.

En el CEFERESO 2 “Occidente”, en Puente Grande, ocurrió una situación similar a mediados del año pasado, cuando el narcotraficante Juan Francisco Sillas Rocha “El Ruedas” se aproximó a otro prisionero y le tundió a golpes en los momentos que bajaba de su estancia a cenar. Sillas argumentó que él no fue el atacante y que otro preso lo mandó golpear, sin revelar nombres. Al integrante del Cártel Arellano Félix le castigaron 15 días.

La hora de ingerir alimentos se presta de sobremanera para este tipo de incidentes. También en Jalisco, el interno Alonso García García fue sancionado 76 días con suspensión total de estímulos, incluyendo la visita familiar e íntima y restricción de tránsito a los límites de su estancia, por alterar el orden y disciplina. Los presos eran conducidos al comedor y Alonso comenzó a golpear a uno de los internos, que a la vez le profería insultos.

¿Y LA MÁXIMA SEGURIDAD?

Así como al plagiario Guadarrama le encontraron una varilla puntiaguda en su estancia, a otros “ilustres” huéspedes de las penitenciarías del sistema federal les han hallado desde drogas hasta objetos prohibidos por el reglamento o las leyes penales que presuntamente no deberían ingresar a las instalaciones.

En Almoloya de Juárez, al sobrino del narcotraficante Rafael Caro Quintero, José Gil de los mismos apellidos, le acusaron de estar sentado demasiado cerca de un pequeño envoltorio plástico que contenía polvo blanco que resultó ser cocaína. Los hechos acontecieron en el patio correspondiente al área de Tratamientos Especiales. A pesar de negar los hechos, al “Jogil” le aplicaron correctivo de 120 días sin salir de su estancia.

A Jesús Pineda Montes, secuestrador de la banda de Los Tolmex, apenas en noviembre último le aseguraron en su camarote del módulo VII, del mismo reclusorio federal, un envase de talco que contenía cuatro pastillas envueltas dentro de un papel y cuya composición química se desconoce. El preso dijo que eran píldoras “para dolores”. Fue sancionado.

Lo mismo ha ocurrido en el complejo penitenciario de las Islas Marías y otras prisiones federales. Las incidencias de las autoridades carcelarias no informan de ese tipo de asuntos, solo trascienden cuando los convictos acuden ante la justicia de la unión para solicitar amparo debido a los castigos que les fueron aplicados.

Uno de los casos más curiosos de criminales que fueron sancionados con una severidad parecida a la de quienes violan de manera grave la reglamentación, es el del hijo del capo del CAF, Ismael Higuera Guerrero “El Mayel”, Aldo Ismael Higuera Ávila “El Mayelito”. Al junior le impusieron un correctivo disciplinario de 76 días por cantar.

El reporte de los elementos de seguridad detalla que el 9 de noviembre de 2014, en el penal del “Altiplano”, en el área de comunicación, “El Mayelito” estaba platicando con otro reo, por lo que le pidieron guardar silencio. En vez de callarse, Aldo Ismael empezó a tararear una canción. El preso, que ya ha infringido el reglamento del centro en otras once ocasiones, dijo en audiencia “estaba cantando para mí, por el estrés”.

COMIDA Y ATENCIÓN MÉDICA

Las cartas dirigidas a la CNDH con cientos de presuntas firmas de los presos de los penales federales -algunas  esas rúbricas cuestionadas- plasman en parte lo que algunos reos reclaman vía juicio de amparo, como es el caso de Carlos Alberto Cerda Torres, preso en el reclusorio de máxima seguridad de Puente Grande.

Cerda, uno de los extraditables mexicanos, se quejó de la comida que le dan, calificándola de “muy mala calidad, repetitiva y en cantidades mínimas”. Asegura que en siete meses perdió 27 kilogramos de peso y requiere una dieta alta en frutas y verduras variadas. Pide que le quiten las carnes rojas y le den sus tres comidas diarias. “Sí el problema es que el CEFERESO 2 o el Gobierno federal no tienen los recursos para darme una alimentación digna y variable, yo estoy dispuesto y con mucho gusto a pagar mis alimentos”, expresó el prisionero al juez de amparo.

Alejandro Cabrera Sarabia, otro extraditable del Cártel de Sinaloa, alojado en uno de los módulos del penal de máxima seguridad de Jalisco, demandó “la omisión de proporcionar una dieta adecuada acorde a sus condiciones de salud”. Los médicos del presidio solicitaron al jefe del Departamento de Producción de Alimentos, proporcionar al quejoso un menú “alto en fibra, blanda, sin carnes rojas”. Cabrera presenta un cuadro de estreñimiento.

En el CEFERESO 8 Norponiente, en Guasave, Sinaloa, el sicario del CAF, Manuel Martínez González “La Mojarra”, ha solicitado en diversas ocasiones, asegura, atención psiquiátrica, ya que presenta un cuadro de ansiedad e insomnio de larga evolución que le fue tratado con Tafil y Clonazepam desde que estaba internado en Almoloya de Juárez. Las autoridades carcelarias ordenaron su valoración y se le otorgó plan terapéutico, así como medicamentos.

En la “cárcel de las mil reinas”, el Centro Femenil Noroeste de Nayarit, las demandas de amparo son constantes por las reclusas. Desde el año pasado, cuando estaba presa Sandra Ávila Beltrán “La Reina del Pacífico”. La mexicalense sobrellevó el encierro tejiendo alianzas durante el último año. Encontró en Sara María Aldrete Villarreal “La Narcosatánica” a su mancuerna perfecta para encabezar constantes reclamos a favor de la mejora de condiciones para ellas y sus compañeras de cárcel.

La convivencia no es fácil de llevar en la penitenciaría femenil de El Rincón. Existe una especie de coctel molotov donde cohabitan sicarias y jefas de células de Los Zetas y de los cárteles del Golfo, Sinaloa, Jalisco Nueva Generación y otras profesionales del delito, entre ellas secuestradoras y robacarros. El principal reclamo es la falta de atención médica.

Los casos más recientes en los diferentes CEFERESOs, los han manifestado Miguel Ángel Márquez Treviño “El Micky”, quien tiene cáncer; Roberto Alejandro Aguilar Chávez, que padece diabetes; y Gerardo Garibay Espinoza, el cual alega estar perdiendo la vista gradualmente.

A ellos se adhieren un sinfín de narcotraficantes, secuestradores y criminales de cuello blanco que sin especificar sus males, piden amparo y protección, como Ismael Zambada Principal “El Mayito Gordo”, Servando Gómez Martínez “La Tuta” y su hermano Flavio, por mencionar algunos.

Sin duda todo este movimiento revela que, aunque los delincuentes siempre quieren estar mejor y más cómodos, algo está dejando de hacer la autoridad penitenciaria federal que, en un futuro no muy lejano pudiese enfrentar alguna contingencia carcelaria, como ya ocurrió a principios del sexenio de Enrique Peña Nieto en las Islas Marías, complejo penitenciario que por cierto, continúa subutilizado.

LOS PEORES CEFERESOS

Centros Federales de Readaptación Social como los más antiguos del sistema, en el Estado de México, Jalisco, Tamaulipas y Nayarit, sufren las consecuencias de albergar a más reclusos de los que pueden atender en el anhelado proceso de reinsertarlos a la sociedad. Si acaso el penal federal tamaulipeco se desahogó hace un par de meses con el traslado de reos al nuevo CEFERESO de Durango.

Sin embargo, casos como el del penal federal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, llaman la atención, pues ya casi tiene el doble de la población carcelaria para su capacidad y es uno de los establecimientos con mayor número de incidencias negativas y reclamos de sus huéspedes y familiares.

De acuerdo con estadísticas del Órgano Administrativo Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), dependiente de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS), de la Secretaría de Gobernación, durante los primeros 60 días del año se registraron 121 incidencias en los reclusorios a su cargo. Solo el CEFERESO 11 en Hermosillo, Sonora, y el Número 4 Femenil, en Nayarit, no reportaron altercados.

El penal federal de Durango, semiprivatizado, fue el centro penitenciario con mayor número de incidencias -34 en los primeros dos meses de 2015-. Le siguen el CEFERESO 4 de El Rincón, Nayarit, con 29 casos negativos; CEFERESO 2, Jalisco, con 18; CEFERESO  5, en Veracruz, con 25 incidentes; y el CEFERESO 13, Oaxaca, con 21.

Aunque en ese lapso de tiempo las autoridades de los centros penitenciarios federales no reportan homicidios, fugas y motines, destaca el registro de 121 riñas, la mayoría en cárceles que albergan a más internos de los que deberían tener, lo que dejó un saldo de 25 reclusos heridos. Las agresiones también alcanzaron al personal técnico, administrativo y operativo, así como a los familiares de los propios presos, como lo muestran los números del OADPRS:

INCIDENCIA                                          CANTIDAD

 Riñas                                                          121

Internos en riñas                                      312

Internos lesionados                                   25

Suicidios                                                        7

Huelgas de hambre                                      1

Agresiones a terceros                                56

Internos en agresiones                              91


CEFERESO 1 Altiplano, Estado de México
 836
 1120

CEFERESO 2 Occidente, Jalisco
 938
 1771
 + 88.81 %

CEFERESO 3 Noreste, Tamaulipas
 836
 841
 + 0.6 %

CEFERESO 4 Noroeste, Nayarit
 2640
 3451
 + 30.72 %

CEFERESO 4 Noroeste Femenil, Nayarit
 1120
 1073
 -4.2 %

CEFERESO 5 Oriente, Veracruz
 2538
 3353
 + 32.11 %

CEFERESO 6 Sureste, Tabasco
 648
 357
 -44.91 %

CEFERESO 7 Nor-Noroeste, Durango
 480
 409
 -14.79 %

CEFERESO 8 Norponiente, Sinaloa
 656
 488
 -25.61 %

CEFERESO 9 Norte, Chihuahua
 934
 1042
 + 11.56 %

CEFERESO 10 Nor-Noreste, Coahuila
 964
 358
 -62.86 %

CEFERESO 11 CPS Sonora
 2520
 3214
 + 27.54 %

CEFERESO 12 CPS Guanajuato
 2520
 1848
 -26.67 %

CEFERESO 13 CPS Oaxaca
 2520
 1425
 -43.45 %

CEFERESO 14 CPS Durango
 2520
 1527
 -39.4 %

Complejo Penitenciario Islas Marías
 8040
 2395
 -70.21 %

Centro Federal de Readaptación Psicosocial
 460
 306
 -33.48 %

Fuente: Órgano Administrativo Desconcentrado  de Prevención y Readaptación Social (OADPRS), de la Comisión Nacional de Seguridad (CNS). Febrero 2015

(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/Luis Carlos Sáinz Martínez / 05 de Mayo del 2015 a las 12:00:00)


No hay comentarios:

Publicar un comentario