A
Jorge Alberto Salmón, el empresario ejecutado en Ensenada junto con su empleado
Osvaldo Montoya, ex trabajadores y proveedores lo describen como una persona
amigable, buen anfitrión, pero “malo para administrar”. En la Procuraduría no
han avanzado con la investigación, no se conocen hipótesis sobre el móvil del
crimen. Ni siquiera los ministeriales han acudido a revisar la escena del
crimen. El rentero los sigue esperando
Doce
minutos rozaban las seis de la tarde del viernes 20 de febrero de 2015, ni frío
ni calor, raro para el voluble clima de Ensenada. La Francisco de Ulloa no es
una calle muy ancha, por eso, las estruendosas seis descargas del arma 9
milímetros que ultimaron a Jorge Alberto Salmón Nuza -administrador del bar
Lutzenkirch, dueño de la empresa Export Logistic y aficionado del off road-,
así como a su empleado Osvaldo Montoya Presichi, alarmaron a los vecinos que
inmediatamente reportaron a C4.
Para
las 6:25 pm, sirenas de las corporaciones policiacas Federal, Estatal y
Municipal ya resguardaban la zona del crimen. Acordonaron desde la calle
Delante hasta la San Marcos, restringieron el acceso y la salida a los vecinos
que se encontraban en el lugar de los hechos.
Ya
no permitieron la circulación vehicular, tampoco el paso a los transeúntes
curiosos que se arremolinaban a lo largo de los listones amarillos para
fotografiar la sangre que escurría hasta casi topar con el asfalto de la calle,
desde el interior del local 249-3.
Además
de su gusto por las carreras fuera de camino, los occisos compartieron el modus
operandi de su verdugo: el tiro de gracia. El patrón quedó tendido sobre su
silla, frente al escritorio; el empleado cayó cerca de la puerta, su cabeza
expuesta, colgando de un breve escalón.
El
fraccionamiento Buenaventura es una zona habitacional de clase media, Salmón
rentaba un local en la calle Francisco de Ulloa desde noviembre de 2014, donde
se estableció con la empresa Export Logistic, que estaba a cargo de Osvaldo
Montoya. Solo abrían por las tardes y se iban al filo de las ocho de la noche.
No estaban ahí a diario. Eran muy discretos, nunca hubo ningún escándalo,
fiesta o motivo para que su arrendador, que vive en el mismo predio, les
llamara la atención.
El
viernes 20 de febrero ambos estaban en el local, solo que acompañados de otros
individuos que no pudieron ser identificados por los vecinos. No se escuchó
discusión alguna, las endebles paredes de yeso que los separaban de su rentero,
solo proyectaron las percusiones de los proyectiles de bala. Cimbraron las
ventanas y se escucharon hasta el fraccionamiento aledaño, aseguró otra vecina.
EL ANFITRIÓN
Lutzenkirch
The Night Club está ubicado en Avenida Ruiz, zona turística del puerto de
Ensenada. Instalaciones lujosas, luces de neón y música electrónica, reservaba
su derecho de admisión a “gente bonita”. Abrió sus puertas en 2012 y para
diciembre de 2014 cerró por una supuesta remodelación.
Jorge
Salmón era propietario de la marca comercial 1270210, del club nocturno, pero
presuntamente solo era el administrador, informaron en la Procuraduría General
de Justicia del Estado (PGJE), aunque se ostentaba como dueño ante los clientes
que eran recibidos personal y amigablemente por él, en el lobby del “Lutz”,
comentó un ex empleado.
El
mismo año que Salmón Nuza inaugura Lutzenkirch, también fue invitado a conducir
en la off road Baja 500, en clase 10, trophy truck y full potential chevi,
rotulado con el número 1013.
En
Lutzenkirch, corredores y aficionados de este costoso deporte, en el que tan
solo la inscripción rebasa los 3 mil dólares, gozaban de atención y fiestas
VIP.
Las
noches no acababan para este club nocturno con goce de “privilegios”, con las
tan preciadas horas extra en los bares de las calles Ruiz y Primera. Pasadas
las cinco de la mañana, por las salidas alternas circulaban mujeres y hombres,
de todas las edades.
LAS DEUDAS
El
empresario ensenadense socialmente tenía buena fama, era amable, carismático,
trataba bien a los clientes, sin embargo, en los negocios no llevaba la misma
estrella. “Buena gente pero mala paga con las cuestiones de su bar, no te puedo
decir más”, dijo a ZETA uno de sus proveedores, que prefirió mantenerse en el
anonimato.
En
referencia a Salmón, el arrendador de la oficina de Export Logistic se expresó
en el mismo sentido respecto a adeudos que sostenía por concepto de renta el
empresario: “Se había comprometido a pagar las rentas atrasadas el día último
del mes de febrero”.
La
Subprocuraduría de Justicia Zona Ensenada, a cargo de la investigación, asegura
que hasta el momento no hay detenidos y guarda celosamente las líneas que
siguen para dar con el o los presuntos homicidas, y conocer el móvil del
crimen.
Allegados
a la familia Salmón expresaron a ZETA que se encuentran consternados por el
homicidio, desconocen el motivo por el cual les quitaron la vida al empresario
de 32 años de edad y a su empleado, de 27.
Por
su parte, el propietario del lugar donde ocurrieron los hechos manifestó que
nadie se ha presentado para disponer de las pertenencias que están al interior
del local, documentos y computadora; ni los familiares, ni la Policía
Ministerial, que supuestamente se presentaría el lunes 23 de febrero para
continuar las investigaciones. “Ya es miércoles y nadie se ha presentado desde
el sábado 21”, reclamó el arrendador.
LIGAN EL ARMA A OTRO HOMICIDIO
En
rueda de prensa realizada el jueves 26 de febrero, Marco Antonio Chavarría
López, titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) Zona
Ensenada, a cargo de la investigación, informó que el arma que privó de la vida
a Jorge Salmón y a Osvaldo Montoya, dio positivo con otro homicidio perpetrado
en Tijuana.
Chavarría
López expresó que las pruebas de balística arrojaron que el arma fue la misma,
en un evento ocurrido en Tijuana. Ese homicidio también es materia de
investigación, por lo que no pudo revelar más detalles.
Sin
embargo, el subprocurador afirmó que el homicida es habitual en el uso de
armas, porque sus disparos están agrupados en el cuerpo de los occisos, cabeza
y tórax. Disparó en suficientes ocasiones para privarlos de la vida; fue
notorio su dominio de las armas de fuego. Hasta el momento, no hay detenidos.
Respecto
al caso ligado en Tijuana, ZETA pudo conocer que se trata del homicidio del
empresario José Ramón Jiménez Medina, asesinado mientras circulaba como
copiloto cobre la calle Esteban Cantú de la colonia Dávila, frente al hotel San
Francisco, en una camioneta Rav4 guinda.
Iba acompañado de un socio de trabajo que salió ileso.
El
asesinato se cometió la mañana del 21 de agosto de 2014, y en las primeras
indagatorias, la versión fue que previo a la balacera, el hombre había estado
en el hotel Palacio Azteca, concretando
el compromiso de venta de unos terrenos ubicados en Ensenada. Después, las líneas de
investigación incluyeron la posible venta de un sistema de patente para
localizar petróleo.
En
aquel momento, el nombre de Jiménez y su socio fue localizado por las
autoridades en varios expedientes judiciales donde se investigaban delitos de
despojo de tierras y fraude, pero no se especificó si aparecían como víctimas o
acusados.
(SEMANARIO
ZETA/ REPORTAJEZ/ Viridiana Talamantes/ 02 de Marzo del 2015 a las 12:00:00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario