sábado, 26 de julio de 2014

EL PRI-GUAYMAS EN LA MIRA DEL OTTO (CLAUSSEN IBERRI)

La Viña del Señor

Desde hace rato el alcalde Otto Claussen Iberri, tiene puesto el ojo en el PRI porteño. Sus cálculos le indican que es necesario apoderarse de su estructura como estrategia que lo lleve a controlar –o al menos influir— en la designación de candidatos en la justa comicial venidera y en ese afán no ha estimado esfuerzos, ni recursos, y si estos han sido legales o ilegales no importa si el proyecto familiar lo amerita.  
Por ejemplo, echó toda la carne al asador para imponer en el FJR como dirigente a la hija de Víctor Pérez Ascolani y sobrina de la regidora Mireya Acuña y como su segundo de a bordo al titular de la Profeco Eduardo Gaxiola, jr. y para ello se implementó sin rubor un operativo policíaco, con uso de patrullas y elementos de la corporación.
Después, metió mano en llevar al frente de la CNOP a su director de la Inmobiliaria Municipal, el Gato Bárcenas, un tipo sin militancia partidista, ni experiencia en las lides políticas.
Ahora, en reciente jugada, sacó a Manuel Ibarra, de la tesorería de la comuna y lo mandó a agenciarse la presidencia del comité directivo municipal del PRI, en sustitución de Susana Corella Platt, una dama identificada con el grupo del exalcalde Antonio Astiazarán Gutiérrez, igual que su antecesora en el cargo Lorena Garibay Ulloa.
Si bien es cierto que el PRI obtuvo carro completo en 2012, ahora la coyuntura será diferente, cuando el PAN en el gobierno estatal ha desplegado tácticas de avasallamiento en su contra y en donde el poder mediático de ambas fuerzas será vital.
Gobierno sectario
Sin embargo, si esperaba que sería terso el arribo de “su gallo” y con esa maniobra tomar las riendas del expartidazo sin broncas, al parecer se le está haciendo bolas el engrudo, cuando empieza a permear diversa grilla entre las tribus tricolores, dejadas de lado por la soberbia tanto del Toño como del actual alcalde, a quien en su momento le reclamaron por la inclusión en su gobierno de funcionarios golondrinos ajenos al partido y por haber dejado de  lado  probados militantes del puerto.
Uno de los más señalados en esa ocasión fue su mega-asesor para asuntos sin importancia Miguel Pilo Gaspar, a quien lo menos que le espetaron es que hacía en Guaymas siendo de Empalme.
Asonada interna en puerta
Si su tendencia a gobernar sin el PRI ha sido la principal característica de la administración germana, ahora las quejas empiezan a aflorar por esa forma de gobernar sectaria, y que el partido habrá de resentir en las próximas elecciones.
Como cabeza de la asonada que sacude al exinvencible local puede ubicarse al Chimpitas Germán Uribe Corona, quien mece la cuna, como lo hizo hace tres años y busca moverle el tapete al Otto. “Lo que quiere es asegurarle una regiduría a uno de sus incondicionales en el futuro cabildo” dicen los malpensados. También Manuelita Ojeda Amador se ha mostrado contrariada ante la imposición del líder priísta.
Si en 2009 Uribe, trató de definir las candidaturas panistas, cuando Alfredo Ortega López, era su candidato para la alcaldía y en 2012 pudo aglutinar alrededor suyo y para su causa a gentes como Marco Antonio Cachorro Ulloa Cadena, Carlos El Bebo Zataraín González, Pedro Romano, José Luis Marcos Léon Perea, Jesús Fajardo Valenzuela y otros, al final se quedó solo y enfrentado con el grupo del Toño, a quien por todos los medios trató de sacar de la carrera electoral, sin lograrlo. León Perea y Fajardo negociaron lo suyo y abandonaron sin pudor la rebelión uribista. El Cachorro renunció al PRI y buscó una candidatura por la izquierda. El Bebo por su parte aseguró chamba allá en el centro y puso tierra de por medio.
Ahora, se comenta en los pasillos priístas, se busca impugnar el proceso sucesorio, como forma de meter presión, llegar a una negociación y asegurar posiciones.
Sin proyecto político visible y sin miembros destacados en su entorno, el Chimpitas, a quien se ha mencionado como posible tirador a la curul federal, podría terminar “chillando en la loma” como otras tantas veces. Su falta de seriedad y el hacerse el aparecido en tiempos de pizcas electorales han dado al traste con su intención de venderse como todo un político profesional y en el pecado ha llevado la penitencia.
Negada la democracia interna, con una imagen pública no muy aceptable y quebrada su hegemonía en el municipio desde 1991, el PRI este 2015 deberá enfrentar el reto de convencer de que a pesar del desgobierno de Otto Claussen Iberri, es capaz de ofrecerse como todavía una opción política viable.
Ya se verá
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ COLUMNA LA VIÑA DEL SEÑOR/ Viernes, 25 de Julio de 2014 11:53)

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