domingo, 30 de marzo de 2014

NULO AVANCE Y MUCHOS SOSPECHOSOS DE JUAN ANTONIO SALGADO BURGOIN




A dos semanas del homicidio del ex policía,  apenas se ha comenzado a citar a declarar a familiares, amigos, agentes y comandantes de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz. Pero nada se sabe del presunto chofer y sicarios que participaron en el crimen

 A 15 días de la ejecución del ex suboficial de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz, Juan Antonio Salgado Burgoin, la Subprocuraduría de Investigaciones Especiales (SIE) no tiene resultados oficiales respecto a las investigaciones, menos aún, ha definido alguna de las tres líneas de investigación del asesinato.

El titular de la SIE, Isaí Arias Famanía, desapareció del escenario público, y en dos ocasiones se ha negado a recibir a ZETA, bajo el argumento de que “hasta ahora no tenemos nada concreto”.

Hasta el cierre de esta edición, el chofer y los dos sicarios que participaron en el asesinato no habían sido identificados, tampoco se sabía nada sobre su paradero, pese a haber dejado indicios dactilares en los cartuchos percutidos, así como dentro y fuera de la camioneta pick-up que se utilizó para perpetrar el crimen.

Las huellas dactilares de los presuntos responsables de la ejecución fueron ingresadas casi de inmediato al Sistema Automatizado de Identificación. Su resultado será clave para lograr la identificación de los autores materiales del crimen de Salgado Burgoin.

Lo que sí se sabe, es que el Agente del Ministerio Público del Fuero Común Especializado en Homicidio Dolosos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), comenzó a citar a declarar a familiares, amigos, agentes y comandantes de la Dirección de Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de La Paz.

Los señalados por el propio ex policía durante una videograbación, particularmente la alcaldesa de La Paz, Esthela Ponce Beltrán; el comisionado y el director operativo de la Policía Municipal, Noé López Ramírez e Iván Sánchez Escobar, respectivamente; además del coordinador de Enlace del Gobierno del Estado de Baja California Sur, José Manuel Santoyo García, solo estaban en vías de ser citados y declarar sobre las imputaciones en su contra.

En medio del festejo del 85 Aniversario del Partido Revolucionario Institucional, la presidenta municipal de La Paz no hizo pronunciamiento alguno sobre el caso -como se esperaba-, ya que a decir de un colaborador cercano, “era una infamia lo que estaba viviendo”, y “cuyo fuego amigo, es más que evidente en los colaboradores de los senadores Isaías González Cuevas y Ricardo Barroso Agramont, se han encargado de enlodarla”.

Datos recabados por ZETA -con base en información de peritos de la Dirección de Servicios Periciales- evidencian que en el crimen del ex policía se usaron una pistola 9 milímetros de la marca Luger o Parabellum. y una subametralladora 9 milímetros.

Según la prueba de balística, lo anterior se determinó por el sello encontrado en los cartuchos percutidos y asegurados en la escena del crimen.

Un perito criminalista consultado por este Semanario, reforzó la versión: “El sello es como la huella dactilar del arma, porque en cada disparo queda una marca única en la bala, la cual es diferente en cada armamento de fuego”.

Las conclusiones de la Dirección de Servicios Periciales, es que de los 11 cartuchos percutidos, tres eran de pistola y ocho de una subametralladora.

No obstante, del nulo avance en el resultado de las investigaciones, surgió una luz en el camino, cuando la Policía Ministerial del Estado logró, el lunes 3 de marzo, la captura de los narcomenudistas Imer Reynosa Aguilar y Aarón Medina Arias, quienes llevaban consigo una subametralladora 9 milímetros.

Los detenidos circulaban por la calle Alfredo V. Bonfil, entre Rojo Lugo y Manuel Valencia, en el poblado del Vizcaíno, cuando fueron sorprendidos en posesión del arma, con once cartuchos útiles.

Un agente de investigación que participó en la captura informó que los narcomenudistas “iban caminando por la calle, uno de ellos con una mochila negra sobre el hombro, cuando al observar a la Policía, de inmediato cambiaron el ritmo del caminado y la dirección; al notar el cambio fueron hacia ellos, quisieron correr, pero fueron alcanzados y detenidos”.

imer reynosa aguilarLos agentes preguntaron sobre la procedencia del arma, pero los sospechosos se negaron a declarar, por lo que fueron consignados al Agente del Ministerio Público de la Federación,  de la Procuraduría General de la República (PGR).

Hasta el jueves 6 de marzo, la Dirección de Servicios Periciales de la PGJE había solicitado una prueba de balística de la subametralladora para determinar si ésta fue utilizada o no en el crimen de Salgado Burgoin.

En tanto, el Agente del Ministerio Público de la Federación de la PGR puso a los dos detenidos a disposición del Juez Mixto de Primera Instancia en Guerrero Negro, quien en un término de 72 horas, resolvería su situación jurídica.

En su declaración preparatoria,  la propia esposa del ex policía, Yuridiana Bibiana Geraldo, expuso que solo logró reconocer a uno de los dos matones, a quien definió como de “tez blanca y complexión delgada”, y portaba “una pistola en la mano”.

Respecto al otro implicado, Geraldo apenas lo vio de reojo y no supo qué arma traía, “solo recuerdo que primero se escucharon tres balazos, y después muchos, yo abracé a mi hijo y me agaché”.

(SEMANARIO ZETA/ Investigaciones ZETA/ marzo 11, 2014 12:00 PM)

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