Un productor de aguacate cuenta la forma en que La Tuta los extorsionaba en reuniones celebradas cada mes.
Michoacán.- Cada año Felipe exporta de San Juan Nuevo Parangaricutiro,
Michoacán, a Estados Unidos 130 toneladas de aguacate. Pero paga al
crimen organizado 2 mil pesos cada mes por cada una de las ocho
hectáreas de su huerta. Eso no incluye la extorsión a la empacadora.
El productor relata que cada mes los aguacateros son llamados por El profe, como le dicen a Servando Gómez, La Tuta, líder de Los caballeros templarios, para entregarle una cantidad de sus ganancias.
Según Felipe, La Tuta no los obliga. El problema son los jefes de plaza, quienes pasan a los huertos a cobrar. Ellos sí exigen el pago.
“Los aguacateros íbamos a juntas cada mes con La Tuta y ahí El profe nos decía: ‘si quieren cooperar, está bien, si no, no’. Pero los que se pasaban de listos eran los jefes de plaza; esos agüevo nos pedían”.
Felipe cuenta que en esas reuniones mensuales se denunciaban a La Tuta esas extorsiones.
“A veces los reportábamos. El profe
los mandaba llamar y les decía que no se pasaran de lanza. Pero ellos
echaron a perderlo todo, porque les decían que cobraran cinco, pero
ellos cobraban 15.”
San Juan Nuevo Parangaricutiro, municipio
cercano a Uruapan, en la Tierra Caliente de Michoacán, fue tomado por
los grupos de autodefensa de Tancítaro y Paracuaro la noche del sábado.
Los pobladores recibieron con aplausos a los civiles armados, pero no ocurrió lo mismo con el comisariado ejidal.
“La
gente está harta; ya no se quiere dejar y los mismos aguacateros se
unieron. Algunos dueños de huertas se han matado con ellos (los
criminales). Un aguacatero dijo a un criminal que si quería cuota que
mandara a su jefe; llegó el jefe y se mataron a balazos”, recuerda.
Relata
que hace un par de días dejaron un cuerpo a unos metros de su huerta.
Tenía un mensaje. No sabe qué decía, porque no dejaron que se acercara.
Felipe
estuvo en la plaza principal el sábado pasado, y si bien apoya el cese
al pago de cuotas, asegura que muchos integrantes de las autodefensas fueron templarios.
“Los que eran antes templarios ahora son comunitarios,
nomás se cambiaron el nombre. El jefe plaza (de este pueblo) no era tan
cargado (abusivo) como en otros lados. En otros lados había secuestros y
muertos; aquí no había eso, casi no se vio, será porque era de aquí,
pero ayer entró como comunitario”.
La huerta de Felipe
está cerca de la entrada principal de San Juan. Ahí se instaló un retén
de la Policía Federal y ahí mismo los pobladores colgaron una pancarta.
“La
sociedad de San Juan Nuevo no quiere ningún grupo armado. ¡Queremos paz
y tranquilidad; que sean las instituciones las que nos garanticen la
seguridad! Y es que en este poblado, pese al ingreso de las autodefensas, hay quienes no aceptan su presencia.
(TABASCO HOY / Redacción/ 27/01/2014 02:29 AM)
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