Sospechan contubernio para obtener impunidad
El dolor de perder seres queridos en el avionetazo de la sierra La
Giganta, en Loreto, Baja California, no cesa, sino que se agudiza. La
opacidad de Aeronáutica Civil y de la Procuraduría General de Justicia
de aquel estado es la causa de esta nueva agonía.
A los deudos que reclaman la entrega de los cadáveres o de los restos mortales de sus seres perdidos se les habla con silencio.
A 16 días del accidente, nadie da razones de los avances en el caso y
eso molesta, indigna, y provoca una reacción de mayor fuerza y en
sentido opuesto: demandas penales y civiles. Las primeras contra el
gobierno bajacaliforniano y la segunda contra la empresa Aeroservicios
Guerrero, radicada en Guerrero Negro, pero con oficinas en esta ciudad.
Efraín Moreno, quien perdió a sus padres e hijo en el accidente
aéreo, Reyes Moreno Gastélum y Evelia López López, y Jhoan Efraín Moreno
López, respectivamente, dijo que desde que sucedió el hecho, la
información de las autoridades civiles de Baja California a los deudos
ha sido escasa.
“No informan nada, en concreto, que es lo que las familias quieren y
requieren para hacer sus movimientos, como juicios sucesorios, sepultura
de los restos, entre otras diligencias como cobro de seguros o
pensiones”.
Ante ese silencio, los deudos presumen que el Gobierno del Estado de
Baja California, la Secretaría de Comunicaciones y Transporte del
Gobierno Federal y Aeronáutica Civil pretenden deslindar a la empresa
Aeroservicios Guerrero de responsabilidad en el avionazo, y culpar al
piloto o alegar un error humano y no técnico o de regulación de la
aeronavegación.
Para los dolientes, afirma, Aeronáutica Civil es corresponsable en el
accidente porque aprobó despegar en condiciones climáticas adversas,
debido a que los efectos del huracán Manuel ya estaban sobre el estado y afectaba la aviación. “Pero parece que se quieren encubrir y negarlo”.
Es la misma dependencia la que ha retardado el peritaje del
accidente, y aunque se ha pedido en reiteradas ocasiones, el documento
no ha sido mostrado a nadie, denunció.
El Gobierno del Estado, acusa Moreno, responsable de la entrega de
los cadáveres o de los restos de los pasajeros muertos, no habla claro,
ni da fechas para la recepción de los cuerpos. “Culpan a la Procuraduría
General de la República de la tardanza en los resultados de las pruebas
de identificación genética, lo que indigna a los deudos, porque los
primeros tiempos ya se cumplieron y no hay nada”.
Ante la negativa a informar correctamente datos veraces, los deudos
recurrieron a tribunales federales. Se ampararon contra el Gobierno de
Baja California y en especial contra la Procuraduría General de Justicia
para que no retenga los cuerpos más allá de una prudencia y agilice la
entrega de los mismos.
Moreno afirma que en el crucigrama del caso, la aerolínea Guerrero es
otro tabú, porque se impuso silencio cuando los dolientes requieren
información y que cubran su responsabilidad, como también lo asegurado.
Ante ello, los deudos respondieron contratando despachos de abogados que encaminen las demandas civiles.
Mientras que en esta ciudad, el representante de la aerolínea, Luis
Ignacio Favela, y el de la aseguradora Air Claims, Julián Álvarez, se
reunieron para discutir el caso. Descubiertos por los deudos, no
emitieron ningún compromiso y se reservaron hablar de responsabilidades.
Eso indignó más a los deudos.
Avionetazo. El accidente ocurrió la mañana del 14 de octubre, en la sierra La Giganta.
Todos los fallecidos abordaron en Loreto la avioneta Cessna Gran
Caravan 2008-B, matrícula XATXM, propiedad de la empresa Aeroservicios
Guerrero para volar hacia Ciudad Constitución. Era un viaje de no más de
media hora. La aeronave había sido cargada con combustible para 90
minutos de vuelo, pero pasados 10 minutos del despegue, desapareció del
radar.
Se dio la voz de alerta y las brigadas de búsqueda despegaron. Estas aterrizaban en minutos pues el temporal del huracán Manuel les impedía realizar operaciones seguras.
Finalmente, la avioneta fue localizada destrozada en un cerro de la
sierra La Giganta. Restos de las alas, cola y frente quedaron intactos.
Una semana después se consumó el rescate de los cuerpos, y comenzó al vía crucis de los deudos.
Los fallecidos:
Esther Cota
Evelia López López
Israel Merino Parra
Reyes Moreno Gastélum
Joan Efraín Moreno Medrano
Arturo Pérez Inzunza
Alejandro Rosas
Andrea Rosas
Mario Rosas
Rossy Ornelas
Carmen Rojas López
Jesús Antonio Cárdenas Torres
José Ismael Duarte
Eleazar Inzunza (Piloto)
Fuente: Gobierno de Sinaloa.
Luis Fernando Nájera/ noviembre 10, 2013
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