Tanto agentes de seguridad como el bombero que
participaron en el conato de enfrentamiento del 30 de agosto, aseguran
que sus jefes se han lavado las manos y les han negado la ayuda
Luis Miguel Ramírez
Ensenada, B. C. - Autoridades de la Policía Municipal y Bomberos
han dado la espalda a los elementos de ambas corporaciones, tras el
reciente conato de enfrentamiento protagonizado por agentes municipales y
federales, ocurrido la tarde del pasado 30 de agosto.
Un agente de la corporación policiaca, que por temor a represalias
prefirió mantenerse en el anonimato, manifestó haber cumplido con su
deber en la detención de los oficiales de la Procuraduría General de la
República (PGR), quienes probablemente cometieron abuso de autoridad.
“Ya nos dimos cuenta que nuestros jefes, llámese presidente
municipal, secretario de Seguridad Pública, director de la Policía,
coordinador operativo y comandantes, cuando ven la bronca encima se
hacen conejos y nos voltean la cara”, escribió el elemento a El Vigía.
A través de los comentarios publicados en la nota “Ordena el alcalde
liberar a federales”, el lector que dijo ser oficial, escribió que no es
el primer caso en el que los mandos municipales dejan en desventaja a
los efectivos.
“Hay compañeros involucrados en el caso del 15 de septiembre del 2012
y resulta que ningún jefe dio la orden, los que estuvimos en ese evento
claramente escuchamos cuando el general Cuevas le indicó al comandante
Orosco”, recordó el usuario con el seudónimo “Karliz”.
Por otra parte, precisó que no hubo preferencia con el bombero
detenido por los federales, sólo por el hecho de ser proveniente de una
corporación municipal; por el contrario, evidenció falta de coordinación
con los “tragahumo”, al no involucrarse ellos por ser sindicalizados.
“En nombre de todos mis compañeros, los que intervenimos y los que no
lo hicieron, esta acción en particular se procedió como lo haríamos con
cualquiera que estuviera en peligro, la mayoría de nosotros no tenemos
compromisos con nadie, hacemos solamente nuestro trabajo”, finalizó.
Familiares piden ayuda
Sin apoyo jurídico o el respaldo de los mandos municipales, la madre y
esposa del bombero Ulises Alonso Contreras, dijeron que continúan en
búsqueda de un abogado para dar seguimiento al caso perseguido por
agentes federales.
Fue ayer al mediodía, cuando ambas mujeres esperaron frente al
Juzgado Décimo de Distrito, para ver por un instante a su allegado,
quien se presentó a declarar ante las autoridades, por el probable
delito de narcomenudeo que se le imputa.
Jessica Cortez Placencia y Rosa Elena Alonso Contreras, declararon
desconocer supuestos vínculos del “tragahumo” con la presunta venta de
drogas, debido a que ha realizado su labor para el heroico cuerpo desde
hace 16 años, sin obtener lujos a cambio.
Por el contrario de una vida ostentosa, la mamá del indiciado comentó
que viven de manera sencilla, en una vivienda modesta y con un
automóvil tipo sedán, modelo 1980, que ha conducido los últimos 10 años.
Ulises, de 34 años, es padre de tres menores de 10, 9 y 7 años, a
quienes mantiene en sus necesidades básicas, lo que resulta absurdo,
frente a los señalamientos que hace la Procuraduría General de la
República (PGR).
Según mencionó Cortez Placencia, tras la detención de su esposo,
autoridades y jefes operativos de él ni siquiera se han inmutado, por lo
que con escasos recursos se han movilizado en transporte público para
ayudar a liberarlo.
La unidad móvil del ahora preso continúa resguardada en la Estación
Obregón, donde la dejó estacionada el pasado viernes; sin embargo no
pueden moverlo porque desconocen el paradero de las llaves, así como
otras pertenencias de Alonso Contreras.
Rosa Elena externó su preocupación al sentirse desprotegidos y poco
informados sobre el proceso legal que enfrenta su cónyuge. Por tal
motivo hizo un llamado a las autoridades municipales para que las ayuden
con un abogado experto en la materia.
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