Los Mochis vive sus últimas horas tinto en sangre con saldo de cuatro ejecutados a plena luz del día.
Este tarde, en hechos casi simultáneos, dos personas murieron a manos
de comandos que huyeron antes de que los grupos tácticos de policías
arribaran el lugar.
Alrededor de las 18:45 horas, en la esquina de Gabriel Leyva y
Venustiano Carranza, crucero céntrico de la ciudad, un grupo armado mató
a mansalva a Jesús Enrique Ibarra, de 55 años de edad. Este murió a un
costado de su camioneta. Aparentemente se trataba de un agricultor.
Minutos después, sobre la prolongación de la misma calle Gabriel
Leyva al sur, en la colonia Margarita, otro grupo armado asesinaba a
Horacio Alfredo Ramírez, de 43 años de edad.
En ningún caso hay pistas de los asesinos.
Como siempre, los peritos de la Procuraduría General de Justicia del
Estado sólo llegaron a levantar los cadáveres de los ejecutados y a
recontar los casquillos de las armas homicidas.
En la víspera de ambas ejecuciones, esta madrugada de lunes murió en
un hospital público Julio César Escoboza Berumen, de 42 años de edad.
Este fue uno de las cuatro personas que resultaron lesionadas a
balazos en un ataque masivo perpetrado casi a la media noche del
domingo, en la esquina de las calles Veracruz y Seis, en la colonia
Rubén Jaramillo.
El resto de los lesionados fue Carlos Paúl Castro Heredia, Jesús Daniel Vázquez Ahumada y José Rodríguez Reyes.
Y antes, unas seis horas, dos supuestos vendedores de carros fueron
masacrados en el estacionamiento de una tienda departamental, en la
colonia Tabachines Uno.
Se trata de Sergio Romero Espinoza, quien contaba con 21 años de edad
y Pablo Miguel Domínguez Elguezabal, de 36 años, quien residía en calle
Corregidora sur, en la colonia Bienestar.
De todos los casos no hay avances.
La Policía Ministerial del Estado, encargada por ley de investigar
los asesinatos, sólo se limita a patrullar, recoger casquillos y
redactar reportes que no tienen ninguna consecuencia de justicia.
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