Álvaro Delgado/ Proceso
MÉXICO,
D.F. (proceso.com.mx).- En una reforma tan sorpresiva como profunda, que cambia
el diseño institucional desde su fundación, la Asamblea Nacional del Partido
Acción Nacional (PAN) quitó hoy la facultad de elegir a su presidente a los
menos de 400 consejeros y se la confirió a todos los 368 mil militantes en una
elección abierta.
La
decisión cimbró al PAN que, desde 1939, elegía al presidente por mayoría
calificada del Consejo Nacional, el máximo órgano de dirección del partido,
cuyo método para elegir a sus integrantes también se modificó hoy y, en vez de
ser electos en la Asamblea Nacional -como la celebrada este sábado-, lo serán
en asambleas estatales.
El
cambio en el método de elección del presidente nacional del PAN -que también lo
será de los presidentes estatales y municipales- fue tan sorpresivo que redujo
a anécdota la “guerra” entre los grupos de Gustavo Madero y Felipe Calderón,
que no esperaban un cambio de esta envergadura.
Sin
embargo, esta 17 Asamblea Nacional Extraordinaria, celebrada en la Arena Ciudad
de México, está también el riesgo: Jorge Manzanera, operador cercano a
Calderón, la impugnó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la
Federación (TEPJF) por diversas irregularidades.
Manzanera,
quien considera que los nuevos estatutos concentran facultades en Madero y el
CEN, el año pasado impugnó las designaciones de
candidatos a diputados y senadores y el TEPJF le dio la razón y apuesta
a que ocurra lo mismo ahora.
La
elección directa del presidente del PAN, aprobada por mayoría abrumadora de la
Asamblea Nacional a propuesta del senador Javier Corral, generó reacciones
contradictorias: Una parte de los panistas considera que con esta reforma los
grupos internos tradicionales pierden el control de la elección, como los de
Madero, Calderón y la organización El Yunque.
A
otros les causó alarma: Implicará reformar varios artículos de los estatutos
-aprobados en lo general-, definir detalles de la elección en reglamentos, pero
sobre todo implicará numerosos riesgos en una elección así: El poder del
dinero, la intromisión de manos ajenas al PAN, la reactivación de la afiliación
corporativa y hasta el dinero sucio.
Hubo
quienes, inclusive, ven en esta reforma el camino libre para que Josefina
Vázquez Mota sea la próxima presidenta del PAN, porque es la que cuenta
actualmente con mayor “arrastre” entre la militancia, como lo demostró el
aplauso que recibió al presentarse ante los delegados panistas.
La
reforma aprobada fue de tal magnitud que para miles de delegados la 17 Asamblea
Nacional del PAN perdió sentido y comenzaron a retirarse hasta el puno de que
ya no hubo quórum y Madero tuvo que suspenderla, o cancelarla -no quedó claro-,
aunque advirtió que esa reforma, las otras aprobadas en lo particular, quedaban
firmes.
Luego
de que la mayoría de los 9 mil 338 delegados con los que inició la Asamblea
Nacional aprobaron los nuevos estatutos en lo general, interpretada como una
victoria para Madero -quien llamó a los panistas a hacer de este partido “el
mejor de la historia”-, comenzó la discusión en lo particular, cuya lista
involucró casi la totalidad de los 130 artículos.
Cuando
se discutía la “descentralización” de la elección de los consejeros nacionales,
subió a la tribuna Corral, paisano de Madero, para plantear una reforma que ya
había sido propuesta en por lo menos dos asambleas nacionales previas y que se
había rechazado: Modificar el artículo 11 del proyecto de Estatutos, por el que
pidió votar.
El
polémico legislador dijo que para dar un paso en una reforma de fondo que
cambie la fisonomía al PAN y reconstituir la fuerza de su tradición democrática
se dé derecho a los militantes de elegir a los presidentes de los comités.
Ese
derecho, dijo, “nos daría un jefe nacional y jefes estatales con la fuerza de
un mandato para transformar, desarrollar, modernizar y también para limpiar al
PAN de vicios, distorsiones y de la dinámica grupal en la que se han resuelto
las elecciones de los presidentes estatales y municipales”.
Su
discurso encendió a los delegados que, al ponerse a discusión la propuesta, no
tuvo oposición: El jalisciense Herberto Taylor, que habló en contra, no fue
convincente y se aprobó.
Hubo
reuniones de Madero con sus allegados y más tarde, cuando ya era evidente la
falta de quórum, se decidió finalizar la Asamblea Nacional, aunque sin claridad
sobre lo que sigue: Si se reanudará la número 17, que fue extraordinaria, o si
se convoca a una nueva.
Lo
que sí reconoció Madero, luego de clausurar la sesión, que el cambio propuesto
por Corral es “mayúsculo en la vida de nuestro partido, en el funcionamiento
interno”.
Y
aclaró: “Yo no lo veo como malo el que la Asamblea interrumpa momentáneamente
su proceso para que sean analizados todos los artículos que faltan y puedan
armonizarse con los cambios ya aprobados. Esa es la lógica, es una decisión que
le permitirá al PAN tener Estatutos que no sean controvertibles en los
tribunales”.
Pero
la Asamblea Nacional está impugnada…
(PROCESO/Álvaro Delgado/16 de marzo de 2013)
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