domingo, 31 de marzo de 2013

LUCRAN CIRCOS CON EL DOLOR DE LOS ANIMALES



Excélsior
Distrito Federal.- Las luces del escenario circular se apagan, y de repente, una voz grave anuncia, a través del micrófono, uno de los actos estelares de la tarde. Chicos y grandes se levantan de sus sillas metálicas, acondicionadas como butacas, para tratar de ver más de cerca. De pronto, un reflector ilumina el centro de la pista para descubrir a un hombre de cabello largo y torso desnudo que saluda a la concurrencia, sujetando con la mano derecha un garrote y con la izquierda a una leona africana.

“El Guapísimo Tarzán”, como se hace llamar, aparece una y otra vez en un espectáculo que visita los pueblos más recónditos de la República Mexicana, en una gira interminable del circo que se presenta bajo el nombre de Daniel Atayde, donde las localidades cuestan la módica cantidad de 20 pesos.

La música sube de volumen mientras el hombre, ataviado con un “taparrabos atigrado”, pasea sobre el escenario jalando con una gruesa cadena a Morelia, una leona adulta con evidente estado de desnutrición y marcas de laceraciones en todo su cuerpo.

Al menor intento del felino por rebelarse, “El Guapísimo Tarzán” deja caer el garrote con toda su fuerza sobre el cráneo de Morelia. Los espectadores, que en esta ocasión acudieron a ver la función en Ixtlahuacán de los Membrillos, Jalisco, piensan que cada movimiento fue ensayado y aplauden contentos al ver el dominio del hombre sobre la bestia.

La función llega a su fin y familias enteras salen de la carpa celebrando la “valentía” del domador que, igual aparece con la leona Morelia, que con una hembra de tigre de bengala llamada Selva o una boa constrictora, bautizada como Boatriz.

Horas más tarde, elementos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) realizan en el lugar una visita de inspección ante denuncias ciudadanas por “maltrato animal” y una campaña masiva que inició en las redes sociales el 21 de febrero y que invitaba a los usuarios de Facebook a ayudar a las autoridades a ubicar al circo en su largo peregrinar por el estado.

En un mensaje que se volvió viral, millones de personas pudieron observar la foto de Morelia, echada en su pequeña jaula con claros signos de tortura, sobre todo en la parte frontal del cráneo; la piel con aparente sarna y flaca hasta los huesos.

Durante el operativo de la Profepa, los representantes del Circo Daniel Atayde no pudieron comprobar la legal procedencia de las especies de fauna silvestre que utilizaban para su espectáculo y se pudo confirmar que no existía un “trato digno y respetuoso hacia los animales”, por lo que se inició un proceso administrativo con el aseguramiento precautorio de la leona, la tigresa, la boa y un mono araña. Los ejemplares fueron trasladados al Centro para la Conservación e Investigación de la Vida Silvestre (CIVS) de Guadalajara, administrado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), para ser valorados por un médico veterinario.

De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, los empresarios responsables de los animales podrían ser sancionados con su decomiso definitivo, la revocación del registro para operar como circo y una multa que puede ir de 50 a 50 mil días de salario mínimo (de tres mil 238 pesos hasta tres millones 238 mil pesos).

RESCATE ANIMAL

Días después del operativo y previa autorización de la Profepa, Erika Ortigoza Vázquez, directora de Bioparque Convivencia Pachuca, se presentó en el CIVS de Guadalajara para llevarse a los animales asegurados a sus instalaciones, a un zoológico en Hidalgo, convertido ahora en una estancia de rescate, recuperación y rehabilitación de fauna silvestre.

Ortigoza Vázquez comentó que el caso más grave de los ejemplares asegurados al Circo Daniel Atayde es el de la leona Morelia, que tiene laceraciones en la piel, desnutrición grave, deshidratación y una cicatriz profunda en el frontal, consecuencia de golpes que se repitieron a lo largo de 20 años, así como una atrofia en su pata derecha, por una descalcificación severa y la extracción que hicieron de sus garras, con uno de los métodos más arcaicos y crueles que existen en tortura animal.

“El método que utilizaron de extracción consistió en darle un garrotazo en sus patas para que se durmieran un poco y proceder a arrancarle las garras con unas pinzas”, explicó.

La directora de Bioparque Convivencia Pachuca detalló que la recuperación de Morelia es impresionante, pues en una semana subió alrededor de 15 kilogramos y ya se puede incorporar, caminar e incluso correr.

“Realmente era un guiñapo, totalmente postrada en su jaula, ya no podía incorporarse. Ahora la vemos que puede caminar y pelear la comida.

“Ahorita su dieta consiste en cinco kilos en la mañana y cinco kilos en la tarde de carne roja y carne blanca de pollo. La intención es que vaya recuperando grasas y proteínas”, indicó.

Ortigoza Vázquez señaló que “el objetivo final será rehabilitar completamente a los cuatro animales asegurados en Jalisco para enviarlos a programas de conservación, santuarios o áreas de reserva ecológica”.

(DIARIO DE CHIHUAHUA/ Excélsior | 31 de Marzo del 2013 | 06:23 hrs)

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