México, DF.- Mientras la promesa del presidente Felipe Calderón de aprehender a Joaquín “El Chapo” Guzmán parece desvanecerse, familiares del capo permanecen en la mira del Gobierno de México y Estados Unidos, que entre pifias, dudas y desesperación, han llegado a confundir a desconocidos con sus hijos, han congelado bienes a gente allegada a él, y hasta han aprehendido a una de sus hijas embarazada, aunque el objetivo principal sigue a la deriva, lejos de las manos del Tío Sam y de la justicia mexicana.

El pasado 12 de octubre, aproximadamente a las 3:27 de la tarde, una mujer embarazada intentó cruzar caminando por uno de los puertos de entrada de la garita de San Ysidro, al otro lado de la ciudad de Tijuana, Baja California.

Parecía aquello una entrada de rutina: una ciudadana mexicana solicitaba su ingreso al vecino país del norte, bajo el argumento de ir de compras a San Diego. Pero algo “extraño” en la textura de la visa notó el agente del Servicio de Inmigración y Aduanas (CBP).

Pensando que aquel documento podría no ser auténtico, el agente del CBP hizo pasar a la joven a una segunda revisión. Fue entonces que al realizarle una prueba de huellas dactilares y una serie de estudios de biometría, se identificó a la portadora de aquella visa que, efectivamente, era mexicana, pero que “estaba ligada a personajes con récords criminales”.

Grande fue la sorpresa de los agentes al descubrir que la mujer que tenían en su poder era Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, hija de Joaquín “El Chapo” Guzmán, supuestamente el hombre más buscado del mundo.

Descubierta y señalada, la joven mujer no tuvo otra que aceptar que, efectivamente, era hija del líder del cártel de Sinaloa, y que el motivo por el cual intentaba ingresar a Estados Unidos era para llegar a Los Ángeles con el fin de dar a luz a su hijo.

Era aquel arresto un triunfo entre tanta derrota. Un trofeo que el Departamento de Justicia estadounidense rápido boletinó, provocando que la noticia diera de inmediato la vuelta al mundo.

Este arresto vindicaría además a la DEA, que apenas cuatro meses antes, proporcionara información a la Marina mexicana para arrestar a un joven diciendo que era hijo del “Chapo” Guzmán, y horas más tarde corrigió diciendo que “se habían equivocado”.

Esta vez los agentes del CBP hicieron su tarea y confirmaron una y otra vez que ahora sí estaba confirmado el parentesco entre hija y capo. La noticia acaparó las notas principales de diversos medios en el mundo. No le estaban dando al capo, pero al menos la familia y sus amigos estaban siendo boicoteados.

SERÁ LIBRE
No pasaron ni dos días después del arresto, cuando Alejandrina Gisselle fue presentada ante el juez Jan M. Adler durante una audiencia preliminar, en una corte federal de la ciudad de San Diego.

En esa primer audiencia, Adler determinó programar la primer audiencia formal hasta el próximo 25 de octubre, aunque los abogados de la acusada Jan Romis y Guadalupe Valencia exponen que debe salir libre por tratarse de un delito menor, por no contar con delitos en su contra, y por tener ocho meses de embarazo.

“Saldrá libre bajo fianza”, expusieron fuentes cercanas al caso, aunque sin determinar a cuánto podría ascender el monto de la fianza.

De acuerdo con las autoridades, la hija del capo se encuentra detenida en una cárcel de mediana seguridad en la ciudad de San Diego.

SIN PISTAS
Mientras la DEA afirma que su búsqueda por localizar y arrestar al hombre más buscado del mundo sigue, personas allegadas a la familia han dicho que Guzmán Loera se mantiene lejos de los ojos del mundo.
“El señor puede estar en Sinaloa como puede estar en cualquier otro estado, del sur o del norte, incluso, fuera de México”, observó una fuente de “Ríodoce”.

La DEA ha dicho por su parte, que los esfuerzos por localizar al “Chapo” han sido “extraordinarios”, pero reconocen que “no han podido localizarlo”.

“La meta sigue siendo agarrarlo antes de que termine la administración del actual presidente, pero parece que a estas alturas va a ser difícil lograr eso”, dijo a “Ríodoce” William Sherman, agente especial de la DEA en el sur de California.

No obstante, el Gobierno DE Estados Unidos continúa “la búsqueda” y hasta “realizan”, una serie de operaciones para al menos “afectar” el sistema financiero del “Chapo”, En México, lo más que han logrado es arrestar a uno de sus hijos, quien al final de cuentas resultó un completo desconocido.

PATADAS DE AHOGADO
Mayo 12 de 2010. El Ejército Mexicano detuvo a Griselda López Pérez. Horas después fue puesta en libertad.

Mayo 8 de 2012. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos boletinó a Iván Archivaldo Guzmán Salazar y a Ovidio Guzmán López, para que ninguna compañía de ese país realice transacciones con ellos.

Junio 22 de 2012. Con información de la DEA, la Armada de México detuvo en Zapopan, Jalisco, a un supuesto hijo del “Chapo”. Horas más tarde, sin embargo, tanto la DEA como la Marina corrigieron y dijeron que se habían equivocado, “que la persona que tenían no era hijo de Guzmán Loera”.

Septiembre 6 de 2012. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos vuelve a boletinar a otra persona cercana al “Chapo”, esta vez la ex esposa, Griselda López López.

Octubre 12 de 2012. Agentes de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos arrestan a Alejandrina Gisselle Guzmán Salazar, cuando intenta ingresar a Estados Unidos.

Difícil de atrapar
“La meta sigue siendo agarrarlo antes de que termine la administración del actual presidente, pero parece que a estas alturas va a ser difícil lograr eso”, dijo a Ríodoce William Sherman, agente especial de la DEA.

Mexicanos dudan que haya sido abatido ‘El Lazca’
Uno de cada cuatro mexicanos cree que la Marina mató a Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca” como lo informó dicha dependencia el pasado 7 de octubre, mientras que cuatro de cada 10 cree que el líder del conocido cártel de la droga no fue abatido en la confrontación, tal como las autoridades lo señalan y tres de cada 10 no sabe si creer o no la versión de las autoridades.

Los números corresponden a una encuesta realizada por Parametría, realizada del 13 al 17 de octubre a nivel nacional.

El pasado 7 de octubre, la Secretaría de Marina dio a conocer que Heriberto Lazcano Lazcano, “El Lazca”, fue abatido durante un enfrentamiento en Progreso, Coahuila, el evento fue ampliamente conocido por los mexicanos, pues de acuerdo a la casa encuestadora, ocho de cada 10 mexicanos se enteraron del suceso.

Horas más tarde, diferentes medios de comunicación difundieron la noticia de que el cuerpo de Heriberto Lazcano había sido sustraído de la funeraria en Sabinas, Coahuila, este hecho fue conocido por siete de cada 10 mexicanos.

DUDAN QUE HAYA MUERTO
Tras una serie de contradicciones e inconsistencias en el caso, las autoridades afirman que aún sin el cuerpo, tienen evidencia para asegurar que el segundo hombre más buscado por la DEA y por el Gobierno federal fue abatido en el enfrentamiento. En la opinión pública, sin embargo, sólo 26% de los entrevistados cree que la Marina mató a Heriberto Lazcano Lazcano, para 41% “El Lazca” no fue abatido en la confrontación tal como las autoridades lo señalan y el 33% no sabe si creer o no la versión de las autoridades.

Otro de los hallazgos de la empresa, es que sólo uno de cada 10 entrevistados considera que la violencia en el país disminuirá con el deceso del presunto líder del grupo criminal, para 47% la situación seguirá igual y un 31% considera que la violencia aumentará.

Parametría termina su estudio señalando, que “el caso de la muerte de ‘El Lazca’ deja ver una vez más la opacidad en el sistema de justicia mexicano, la nula coordinación de las autoridades locales y federales y la poca confianza de la opinión pública, en que la muerte y captura de capos disminuirá el problema de inseguridad que se vive en el país”.