sábado, 28 de abril de 2012

NI RASTRO DE JÓVENES CAJEMENSES DESAPARECIDOS







Martín Alberto Mendoza


Alcántar Salas que es estudiante del noveno semestre de Ingeniería Industrial de una institución académica de nivel superior local, salió de su hogar el martes 27 de marzo.

Se dirigió al Seguro Social a dejar a su madre, Magdalena Salas Lapizco, quien labora como enfermera en ese nosocomio.

De ahí acudió a dejar a su hermano, un menor de 13 años, que estudia en un colegio que se localiza en avenida Guerrero y Otancahui.

El universitario, tripulaba un sedán Volkswagen Jetta, color azul marino, modelo 1997 y con placas del Estado de Sonora.

Dicha unidad motriz apareció abandonada al día siguiente, el miércoles 28 de marzo, en el recinto oficial del Only Sonora, ubicado al sur de Empalme. En su interior, autoridades policíacas localizaron cuatro armas largas AR-15.

Según Magdalena Salas y su esposo Miguel Ángel Alcántar Alcaraz, padre del estudiante, su hijo, les dijo que una vez que dejara a su vástago en su colegio se iría a la biblioteca de la universidad donde estudia para terminar un proyecto como parte de sus tareas académicas.

Sin embargo, no acudió a clases y posteriormente los familiares de Llamas Jiménez dijeron que Alcántar Salas había acudido por él a su casa. Se desconocía hacia dónde se dirigían. Desde entonces se desconoce su paradero.


A un mes de que transcurrió lo anterior, los padres del primero han acudido a varias instancias de procuración de justicia, tanto estatal como federal, pero nadie les ha dado respuesta de su paradero.

También entablaron comunicación con el licenciado Rafael del Razo Camacho, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, quien les informó que estaba enviando 151 oficios a hospitales, CERESOS, procuradurías, al Instituto de Búsqueda de Personas y Servicios Médicos Forenses del país.

Como parte de la búsqueda que se ha implementado con el afán de establecer su paradero, agregando que acudirían ante el Procurador de Justicia, Carlos Navarro Sugich y la Comisión Estatal de Derechos, para continuar tocando las puertas.

“Es indescriptible la angustia en que vivimos al no tener conocimiento de mi hijo”, dijo con el rostro anegado de lágrimas la enfermera del Seguro Social, durante una visita que realizaron a DIARIO DEL YAQUI la tarde de ayer.

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