Redacción | |
Boca del Río, Ver., 2 de marzo. La estrategia del presidente Felipe Calderón
contra el narcotráfico no ha funcionado porque siguen intactas las redes
financiera, empresarial y política que lo sostienen, y éstas ya llegaron a las
campañas políticas.
Asimismo, hubo consenso entre los participantes en que es indispensable más compromiso de la sociedad civil en esa lucha. Explícita o de manera implícita, los ponentes pusieron en entredicho la estrategia calderonista, pero en ningún caso sugirieron que el gobierno federal abandone el combate al crimen organizado, sino que plantearon la urgencia de modificarlo. Antonio Ingroia, fiscal adjunto de la procuraduría antimafia de Palermo (Italia), compartió la experiencia de su país en la materia. Afirmó que la mafia es una cosa muy seria que debe ser enfrentada con seriedad, y enfatizó que el problema es inmenso y no se puede ganar sólo con acciones represivas, sino buscando consenso social. Ingroia reconoció que su país aún tiene una mafia que ha tenido por periodos el control interno y el monopolio de la violencia. Recordó que en 1980 la Cosa Nostra fue la organización criminal más potente del mundo y tenía capacidad para condicionar la vida política y económica. El fiscal antimafia recordó al fiscal Giovanni Falconi, quien finalmente fue asesinado. Él decía, apuntó, que la mafia es un fenómeno humano que tiene un principio y tendrá un fin. Asimismo, que debía ser enfrentada con una estrategia de largo plazo y después con consenso social, una policía de investigación especializada, una legislación especial no excepcional y prioridad a los derechos humanos, sintetizó. Dijo que en los años más difíciles hubo en Italia empresarios con relaciones con la mafia, pero que actualmente ya entendieron que la mafia no conviene al gobierno (ni) a la economía. Consideró que el trabajo principal es por la construcción de una cultura de la legalidad. En su turno, el especialista Edgardo Buscaglia, de la Universidad de Columbia (Nueva York), insistió en que a las distintas instancias del gobierno de México ha faltado decisión política para desmantelar gran parte de las empresas que apoyan financiera y logísticamente al crimen organizado. Éstas, aseguró, ya están financiando las campañas políticas. Por su parte, Francisco Moncayo Gallegos, ex alcalde de Quito (cargo que ocupó ocho años), Ecuador, consideró que México y América Latina no tienen una estrategia para combatir la inseguridad. Estamos dando palos de ciego, buscando culpables en vez de buscar soluciones. Las víctimas terminan siendo los victimarios. Policías y municipios son los culpables, subrayó. Abundó: En la actualidad estamos enfrentando el crimen organizado con una sociedad internacional desorganizada. José Luis Colina, director general de Vinculación del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hizo un tibio intento de defensa de la estrategia federal contra el narco tratando de ironizar y refutar los argumentos de los panelistas. Sostuvo: Mientras el país siga siendo una federación, las grandes decisiones continuarán siendo responsabilidad del Ejecutivo. Y habló de la necesidad de una transferencia nacional de respon- sabilidades en una reforma penal integral, que en el país se ha retardado. Las buenas intenciones, sin dinero, es el camino empedrado al infierno, declaró. Mayolo Medina Linares, coordinador académico del diplomado en seguridad pública del INAP, aseveró que si no se entiende que la seguridad pública es situacional poco se avanzará en el combate efectivo del cáncer de México. Advirtió que los llamados C-4 –comandos de control y cómputo– lamentablemente se han convertido en refugio de políticos que no entienden la problemática y función de las policías La Jornada |
sábado, 3 de marzo de 2012
INTACTA, RED FINANCIERA DEL NARCOTRÁFICO EN MÉXICO
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