Luz del Carmen Sosa
Al menos 50 cuerpos sin identificar que permanecen en el Servicio Médico Forense pertenecen a personas que estuvieron en tránsito por la ciudad y que podrían ser procedentes de otros estados de la República o bien, originarias de Centroamérica, de acuerdo con el informe de actividades que emitió el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).
“En este sentido, los esfuerzos por identificar los 50 restos pendientes se centran hoy en la búsqueda de personas desaparecidas de otros estados de México y países centroamericanos”, explica el documento.
Por ello, en ese informe las profesionistas exhortan a las autoridades a continuar los esfuerzos en la búsqueda de las restantes mujeres desaparecidas, “explorando la posibilidad de que pudieran estar vivas, así como por la vía de los servicios forenses de la región”.
Carlos González, vocero de la Fiscalía General del Estado (FGE), dijo que se apoyan en organizaciones como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para que respalden la búsqueda y localización de familiares de personas que cuentan con reporte de desaparición en otras entidades.
Reiteró que ya establecieron contacto con el equipo de antropólogas, quienes en breve entregarán la base de datos con los perfiles genéticos actualizada.
Posteriormente, esa información se pretende cruzar con la que tiene la FGE y empezar a descartar identidades.
Tiene Fiscalía base de datos de 700 perfiles genéticos no identificados
Actualmente la Fiscalía cuenta con una base de datos de 700 perfiles genéticos de personas sin identificar y que han sido inhumadas en fosas individualizadas.
Esa información ha sido entregada a la CNDH para que apoye en identificación de las personas fallecidas, dijo el portavoz.
El EAAF dio a conocer que fue en el 2005 cuando la entonces Procuraduría del Justicia del Estado de Chihuahua (PGJE) solicitó a este equipo analizar 30 restos femeninos.
A pedido de la misma institución y luego de una investigación, el EAAF logró ubicar y recuperar 83 restos femeninos no identificados.
Algunos de estos restos se encontraban almacenados en el Semefo de Ciudad Juárez y en el C4 de Chihuahua capital.
Otros fueron exhumados de fosas comunes luego de una investigación en libros de panteones locales, o recuperados de la Osteoteca y la Sala de Embalsamamiento de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, y de las antiguas instalaciones del Semefo juarense.
El EAAF identificó 33 de estos restos femeninos y excluyó tres identificaciones oficiales; estas últimas, todas correspondientes al Campo Algodonero, refiere el documento.
En todos estos casos los restos fueron devueltos a sus familiares y el equipo argentino entregó los dictámenes a las autoridades.
El EAAF posee copia de cada uno de estos dictámenes entregados, con sello de recibido por parte de las autoridades del estado competentes.
Varios de estos dictámenes sobre pasan las 150 páginas, debido a la complejidad de los mismos, asegura.
Estas identificaciones se obtuvieron en gran medida a través de una metodología no empleada hasta el momento para los casos de feminicidios de Ciudad Juárez, que consistió en un enfoque multidisciplinario y en cruzar la información de todas las desapariciones de mujeres del estado de Chihuahua desde 1993 hasta el 2009, con todos los restos femeninos no identificados recuperados en Juárez y en la ciudad de Chihuahua.
Así, EAAF recolectó y cruzó información genética, antropológica y de antecedentes de cada caso que resultó en la resolución de identificaciones y exclusiones identificatorias, que no habían podido resolverse durante más de una década en algunos casos.
De acuerdo con información del Equipo, en octubre de 2010 había agotado todas las posibles vías para identificar los restantes restos.
Los resultados genéticos y antropológicos alcanzados confirmaron que no correspondían a ninguna de las jóvenes desaparecidas cuyos familiares habían sido incluidos en la base de datos genéticos.
“Lamentablemente, los 50 restos femeninos restantes no habían coincidido genéticamente ni antropológicamente con ninguna de las 42 familias que quedaron sin respuesta.
Y así lo informamos a las autoridades correspondientes como consta en el documento que adjuntamos”, citan las antropólogas.
En ese mismo documento, el EAAF solicitaba prórroga para el cierre administrativo por cambio de gestión y la entrega de todos los restos femeninos que no pudieron ser identificados.
“Habiéndose agotado todas las posibilidades identificadoras entre los restos bajo análisis y los familiares de víctimas testeados para ADN, el EAAF solicitaba una prórroga para esta entrega, para conversar con las nuevas autoridades para realizar comparaciones de datos con personas desaparecidas de otros estados de México y Centroamérica”, expone.
Al mismo tiempo, dada la situación de inseguridad reinante en la ciudad y el estado de Chihuahua, el EAAF comunicaba su decisión de no desplazarse por el momento hacía allí.
Las antropólogas explicaron que la situación era alarmante, ya que el 27 de septiembre de 2010, días antes del cambio de administración de gobierno, hombres armados ingresaron al complejo de Seguridad C4 de la ciudad de Chihuahua, dentro del que se encuentra los servicios periciales, y saqueó su armería.
“Este episodio se sumaba al asesinato de varios funcionarios periciales en los dos años anteriores, incluido el director Pedro Aragonés, en agosto del 2008.
Al mismo tiempo, nos poníamos a disposición de las nuevas autoridades para entregarles toda la información que necesitaran al respecto”, puntualiza el texto.
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